Lucas capítulo 20 es nuestro texto, Lucas capítulo 20. Y, quiero leerle los versículos 27 al 40. Lucas capítulo 20, versículos 27 al 40. Vamos a ver este texto y encontrar revelación fascinante de la majestad del Señor Jesucristo, aquí. Y usted no pensaría que el contexto produciría ese resultado, debido a que es un ataque por parte de enemigos que lo quieren muerto. Pero al final, como siempre, Él sale siendo gloriosamente triunfal.
Versículo 27, “Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan la resurrección, le preguntaron, diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos. Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos. La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia. Finalmente murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; más los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo, y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho. Y no osaron preguntarle nada más.”
Siempre me ha parecido fascinante que la humanidad tiene una expectativa de la vida después de la muerte, palpita en el corazón humano en toda sociedad, en toda época de la historia. Usted puede remontarse al libro egipcio de los muertos, y encontrar ahí una creencia prominente en la vida después de la muerte. En la mayoría de las épocas más antiguas de la historia humana, en la tumba del Faraón Keops, sellada más de 5,000 años atrás, los arqueólogos encontraron el barco solar, el cual él había construido para navegar por los cielos en la vida después de la muerte. En la religión griega antigua, una moneda de plata con frecuencia era colocada en la boca de un cadáver, para pagar su cuota para cruzar por el río místico de la muerte, para llegar a la tierra de la resurrección de la vida.
Inclusive los indios norteamericanos, con frecuencia colocaban dentro de la tumba de un guerrero muerto su arco y sus flechas, y algunas veces su pony muerto, para que él pudiera tenerlos en el lugar de la Casa Feliz. Hombres que también fueron sepultados en Escandinavia, eran sepultados con un caballo muerto, y armadura para continuar con la vida en el mundo venidero. En Groenlandia, niños muertos eran sepultados con un perro, para guiarlos por el lugar frío y desierto venidero.
La humanidad siempre ha sentido la atracción hacia la vida después de la muerte, inclusive en las más primitivas de las sociedades. En las sociedades mucho más sofisticadas, por ejemplo, Benjamín Franklin, quien no fue un cristiano, no obstante, creyó en la vida después de la muerte. Franklin, escribió su propio epitafio, el cual está en su lápida hasta el día de hoy, en la iglesia de Cristo en Filadelfia, expresa su sentimiento acerca de la vida después de la muerte. Esto es lo que Franklin escribió: “El cuerpo de Franklin, impresor, como la tapa de un libro antiguo yace aquí como alimento para los gusanos. Su contenido está destrozado y está despojado de sus letras y su brillo, pero el trabajo no será perdido porque aparecerá una vez más, en una edición más elegante y nueva, revisada y corregida por el autor.” Así dijo Franklin. Sea que usted esté en una sociedad antigua primitiva o una sociedad más sofisticada, palpita en el corazón humano el creer en la vida después de la muerte.
Los judíos no eran diferentes, tenían una creencia fuerte en la vida de la resurrección. Usted lo encuentra en muchos de sus escritos. Por ejemplo, en 2 Macabeos, uno de los libros contenido en los libros apócrifos, escritos no escriturales entre el período del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en esos 400 años. Este libro en particular, los Macabeos, 2 de Macabeos, escrito en el año 1 AC, se estima, nos da una idea interesante de la idea de la resurrección. Es una muy cruda y primitiva. Aquí está.
Macabeos cuenta de un anciano cuyo nombre fue Razis. “En lugar de caer en las manos de los griegos odiados, él tomó una espada y se sacó las entrañas a sí mismo. Después, estando de pie en una roca que estaba inclinada, él metió la mano,” dice este libro apócrifo “y arrancó las entrañas que le quedaban y las arrojó a la multitud. Y entonces se murió,” dice el escrito, “invocando aquel quien es Señor de la vida y el espíritu, para que se los volviera a restaurar de nuevo.” Así dice, 2 Macabeos 14:46. Mientras que esto es apócrifo, no es verdad, no es histórico y ciertamente no es escritural, es una indicación de la manera de pensar de la época.
Otro escrito del siglo 1 después de Cristo, un escrito judío, Baruc. Baruc tiene una indicación semejante, dice esto: “La tierra entonces, ciertamente restaurará los muertos, no habrá cambio en su forma, pero como fueron recibidos así los preservará, y como fueron entregados, así también los resucitará.” Esto también es un escrito después de Cristo, lo coloca, claro, cerca del tiempo de Cristo. La gente habría conocido esto. Eran la idea de que habría una resurrección, pero que cuando usted fuera resucitado de los muertos, usted sería resucitado de la misma manera en la que usted murió. En la misma forma, y en las mismas relaciones.
Y después Baruc procedió a decir, “Sucederá que cuando hayan reconocido a aquellos a quienes ahora conocen,” en otras palabas, van a regresar igual que como dejaron a todo mundo, de tal manera que todo mundo, van a saber quiénes son, “que su esplendor será glorificado en cambios. Serán transformados al esplendor de los ángeles y serán hechos iguales a las estrellas, y serán cambiados en toda forma que ellos desearon, de la belleza, lo hermoso, y la luz al esplendor de la gloria.” Entonces, usted regresa exactamente como usted se fue. Y entonces, cuando usted reconoce a todo mundo, una metamorfosis comienza y usted comienza a cambiar en lo que usted quiere volverse.
El Apocalipsis de Esdras, el Apocalipsis de Enoc, etc., otros escritos judíos expresan la misma esperanza de resurrección con tipos parecidos de confusión. No obstante, como todos los pueblos en todas las épocas, existe este sentido general de que esta vida no es todo que hay. Se habla de manera común de la resurrección del cuerpo en el Talmud, el cual es la fuente de enseñanza rabínica que básicamente expresa la teología judía tradicional, acumulada a lo largo del tiempo. Pero además de todo eso, los judíos claro, tenían la Escritura, y ellos conocían la Escritura, y sabían que la Escritura prometía la vida de resurrección. Salmo 16:9 el salmista David escribe, “Mi corazón está gozoso y mi gloria se regocija, mi carne también morará en seguridad, no abandonarás mi alma al Seol,” o la tumba, “ni permitirás que tu santo enfrente corrupción. Me darás a conocer el camino de la vida. En tú presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.” David expresa la esperanza que aunque muere, él no permanecerá en la tumba, él encontrará el camino de la vida, el Señor lo llevará a Su presencia en dónde él vivirá para siempre en placer. Eso es bíblico.
En el Salmo 49, también y únicamente voy a mencionar un par de estas, pero en el Salmo 49, versículo 15, el salmista de nuevo dijo: “Dios redimirá mi alma del poder de la tumba. Él me recibirá.” Ahí de nuevo está esa confianza. Job dijo, “Aunque él me matare, aún me regocijaré. Sin embargo, confiaré en él. Voy a despertar a su semejanza,” dice el salmista. Tenían esa confianza presentada ahí, conforme a las Escrituras. Otro, en el Salmo 139, creo que es el versículo 8, se hace una afirmación muy parecida, dice esto, “Si asciendo al cielo, tú estás ahí, si hago mi cama en el Seol, he aquí, tú estás ahí.” En otras palabras, adónde quiera que usted vaya, al cielo o la tumba, usted está en la presencia del Señor, lo cual significa que usted todavía existe en Su presencia.
Oseas capítulo 6 dice lo mismo, Isaías 26 dice lo mismo, quizás otro que le puedo leer específicamente está al final de la profecía de Daniel, capítulo 12, versículo 2, “Muchos de aquellos que duermen en el polvo, del suelo despertarán. Estos ha vida eterna, y los otros a desgracia y a vergüenza eterna.” Habrá la resurrección de todo mundo, algunos para vida eterna, algunos para vergüenza eterna. Algunos al cielo, y algunos al infierno.
Entonces, tenían Escritura, como también como sus ideas tradicionales de la vida de la resurrección. Se cree de manera común, entre los judíos a lo largo de su historia, y ciertamente en la época de Jesús, que habría vida después de la muerte, habrá vida en la presencia de Dios, o fuera de la presencia de Dios, y habrá un cuerpo de resurrección. Una resurrección para vida, o para vergüenza y desgracia. Ese es el trasfondo del texto que tenemos frente a nosotros. Ahora, había algunos que disentían con esa perspectiva entre los judíos. Eran conocidos como saduceos. Les son presentados con una descripción simple y breve de lo que no creían, en el versículo 27, “Ahora vinieron a él algunos de los saduceos, que dicen que no hay resurrección.” Dicen que no hay resurrección.
A pesar de la creencia judía común en la resurrección, a pesar de la Escritura del Antiguo Testamento, algunas de las cuales le mencioné a usted con respecto a la resurrección, hay un grupo de judíos que de manera abierta rechazaba esa idea; son los saduceos. Porque no hay vida venidera, no hay esperanza para el futuro, Hechos 23:8, de nuevo los caracteriza, porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni un ángel, ni un espíritu. Pero los fariseos reconocen todo esto. Esto es espíritus, ángeles, y resurrección. Entonces, estaban en el polo opuesto de los fariseos, que creían en la resurrección, en ángeles, y en espíritus.
Ahora, éste grupo no era una secta judía impresionante evaluándolo desde el punto de vista de números, era muy pequeña. Pero era impresionante en poder. Son los aristócratas, quienes eran los saduceos, los ricos, los influyentes, los principales sacerdotes, mencionados al final del capítulo 19 versículo 47, mencionados al principio del capítulo 20 en los primeros versículos, los principales sacerdotes eran saduceos en su mayoría. Los sumos sacerdotes eran saduceos. La mayoría de los miembros del Sanedrín, esto es, los setenta hombres que eran los líderes de Israel, el Concilio que emitían los juicios para la nación, la mayoría de ellos eran saduceos. Entonces, estaban sentados en los lugares de poder, e influencias y no eran grandes en números.
Al llegar al texto, entonces, comencemos con el enfoque de los saduceos. El enfoque de los saduceos en el versículo 27. “Llegando entonces algunos de los saduceos,” ellos se acercan a Jesús. Y como sabemos, esto es miércoles, ¿se acuerda de eso? Mateo de hecho presenta el relato paralelo de Lucas, en Mateo 22, Marcos presenta el relato paralelo en Marcos 12. Mateo dice que vinieron el mismo día, el mismo día que el cuestionamiento previo por parte de los fariseos, lo cual lo coloca el miércoles, el miércoles fue un día ocupado para Jesús, la última semana de Su vida, Él es crucificado el viernes, el miércoles Él está enseñando en el templo, y Él está en diálogo con la gente, y Él está en conflicto con estos líderes.
Los fariseos han venido tras Él, los herodianos han venido tras Él, y ahora es el turno de los saduceos. Y ellos están furiosos contra Jesús. Cuando usted estudia los relatos del evangelio, usted no ve con mucha frecuencia a los saduceos, usted no los ve en el ministerio de Jesús en Galilea, usted no los ve conforme Él se está moviendo por la tierra de Judea. En dónde usted los ve es en dónde ellos siempre estuvieron y eso es en el templo. Entran en juego en los momentos en los que Jesús limpia el templo. Él lo hizo al principio de Su ministerio, lo volvió a hacer al final, como usted recuerda, lo estudiamos en el capítulo 19. Ellos estaban a cargo de la operación del templo, muy lucrativo, muy poderoso, eran ricos. Y Jesús interrumpió su negocio tan exitoso, lo odiaban. Estaban enfurecidos con Él, por lo que Él acababa de hacer en cuestión de horas antes de este acontecimiento, en la limpieza del templo, expulsando a los que compraban y a los que vendían, y a los cambistas.
Y entonces, Él los había atacado, así como Él había atacado la teología de los fariseos, Él había atacado la economía de los saduceos. Ellos tenían el poder sobre la operación del templo. Ahora, permítame tan solo, darle un poco más de trasfondo acerca de ellos. Políticamente, ellos estaban dispuestos a cooperar con Roma, debido a que no había resurrección, debido a que no había nada porque preocuparse en la vida venidera, invirtieron todo en esta vida, buscaron todo el poder, toda la riqueza, toda la posición, todo el control que podían obtener. Y para hacer eso, tenían que cooperar con Roma, porque eran un país ocupado bajo el poder romano. Fueron los romanos quienes le dieron el derecho de hacer lo que hacían. Tenían una autoridad delegada de los romanos. Y entonces, hacían todo lo que podían por quedar bien con Roma, para mantener el favor de Roma y mantener su posición.
El pueblo los odiaba, los odiaba. Esa es la razón por la que no habían muchos de ellos. No era algo popular ser Saduceos. El pueblo los odiaba, porque querían quedar bien con Roma y los odiaban por la corrupción del sistema al cual el pueblo estaba sujeto cada vez que venían al templo. Buscaban políticas que agradaban a Roma, y por lo tanto buscaban políticas que hacían enojar a los judíos. Y su operación corrupta del templo, era una irritación continua para la nación. Por cierto, en la destrucción del 70 DC cuando los romanos finalmente acabaron con los judíos que se estaban rebelando contra ellos y vinieron destruyeron Jerusalén, destruyeron el templo, aplastaron a la nación. De hecho, masacraron a la gente hasta mil ciudades y aldeas alrededor de Israel. Cuando los romanos finalmente destruyeron todo, los saduceos dejaron de existir. Una vez que su posición sacerdotal y el poder fue quebrantado, su historia se acabó.
En términos religiosos, eran muy estrechos y muy estrictos. Algunas personas han pensado que eran liberales, eran liberales en el sentido de que no creían en una resurrección y ángeles y espíritus, y esa es una postura como los teólogos liberales adoptan en la actualidad. Pero al aplicar la justicia en la tierra, y al aplicar la ley, virtualmente eran crueles, era parte de cómo mantenían su poder, siendo crueles. Josefo nos cuenta, que eran más salvajes que cualquier otro grupo de judíos. “Los fariseos.” dice él, Josefo dice, “eran ligeros en su trato hacia la gente, comparado con los saduceos. Eran brutales, al implementar su voluntad sobre el pueblo, conforme interpretaban la ley de Dios para mantener su poder y su posición.” Eran vistos entonces, como fundamentalistas y tradicionalistas que se rehusaban a aceptar la ley oral, y la ley de los escribas, la cual por cierto los fariseos aceptaban de manera plena. Los fariseos aceptaron la Escritura y la tradición oral, y los escritos de los escribas. Pero los saduceos, no. Únicamente aceptaban la Escritura. Se enorgullecían por estar comprometidos con la fe pura, nada más.
Interpretaban la ley mosaica de manera más literal que cualquier otro, y eran muy quisquillosos más allá de cualquier otro en asuntos de pureza levítica. Negaban cualquier vida futura, de bendición o recompensa en absoluto. Creían, dice Josefo, que el alma y el cuerpo perecen juntos en la muerte. No hay castigos en la vida venidera, no hay vida venidera, no hay recompensa, son conocidos por eso. Y esa es la manera en la que son definidos por el Nuevo Testamento.
Ahora, la pregunta surge, ¿cómo es posible que pudieran llamarse a sí mismos literalistas, fundamentalistas, tradicionalistas, puristas, adhiriéndose a la Escritura, y no aceptar las Escrituras que le acabo de leer a usted acerca de la resurrección? Y la respuesta es, que es muy probable que se aferraron a la supremacía y a la prioridad de la ley mosaica, esto es, los cinco libros de Moisés, los cinco libros de Moisés. El pentateuco, los cinco libros. Todo estaba subordinado a los libros de Moisés. Debido a que eran protectores de la fe pura, aparentemente afirmaron la prioridad absoluta de Moisés y dijeron, “los demás libros del Antiguo Testamento, meramente son comentarios de esos cinco libros. Y debido a que en ningún lugar en esos cinco libros se menciona la resurrección, por lo tanto, la resurrección no es una parte de la fe pura, y cualquier otro intento de hablar de la resurrección es una aberración, inclusive por parte de otro escritor bíblico. La doctrina de la vida de la resurrección no puede ser hallada en el pentateuco,” decían entonces, “la resurrección como una realidad debe ser rechazada.”
“Debido a que el resto del Antiguo Testamento únicamente es un comentario de Moisés, y no estuvo en los escritos de Moisés, debe haber otra manera de entender ese comentario, que creer en la resurrección.” Así se definían a sí mismos. Vivían la vida como si no hubiera un mañana, siendo sumamente quisquillosos, por un lado, tratando a la gente de manera cruel y brutal con la ley, pero con miras a usar eso para mantener su poder para que pudieran satisfacer su deseo en toda área que querían, a expensas del pueblo.
Ahora, por otro lado, los fariseos eran muy, muy precisos acerca de la resurrección. Y a los fariseos les encantaba hablar de la resurrección. Me parece que, en cierta manera, siguieron el flujo de Baruc, y algunos otros escritores que usted sería resucitado de la misma manera en la que usted murió, porque los fariseos discutían cosas como, ¿cuándo usted sea resucitado de los muertos, usted estará desnudo o tendrá ropa puesta? Bueno, no podían comprender que toda persona en la resurrección estaría desnuda, entonces llegaron a la conclusión que usted tendría ropa. Y después la pregunta era, ¿de dónde sacaría usted la ropa? Y después el debate era si usted iba a usar ropa nueva, o si iba a resucitar en la misma ropa que usted solía usar. De hecho, la ropa misma con la que usted fue sepultado.
Y después, la pregunta que les encantaba discutir era si usted tenía defectos en esta vida, defectos físicos, o defectos mentales, o lo que sea, ¿cuándo usted resucite de los muertos, usted va a tener esos mismos defectos? Y muchos de los fariseos pensaban que usted resucitaba en la misma ropa que usted moría, y usted resucitaría con los mismos defectos que usted tuvo en esta vida. De hecho, algunos de ellos creían que todos los judíos resucitarían, todos los judíos que habían muerto a lo largo de toda la historia resucitarían en la tierra de Israel. En otras palabras, en el lugar en el que murieron resucitarían todos en la tierra de Israel. Y, de hecho, se sugería que debajo de la tierra, hay una red masiva de túneles y de alguna manera todos están inclinados de tal manera que cuando los judíos entraban a la tierra, terminaban todos rodando por una serie de túneles, hasta que todos aterrizaban en un montón en Israel.
Entonces, estaban todos ahí de manera cómoda, como un resultado de este complejo de túneles, y todos serán resucitados ahí. A los fariseos les encantaba discutir este tipo de cosas, y ocasionalmente las discutían con los saduceos. Los saduceos pensaban que esto era ridículo, como lo es, pensaban que era absurdo. Y les encantaba burlarse de cosas tan ridículas. Se volvieron burladores de la resurrección, estaban tan definidos a no creer en la resurrección que habían dominado el arte de hacer enojar a los fariseos y al resto de la gente con sus argumentos. Se burlaban de la resurrección.
Y una de las cosas que era absurda e irracional acerca de la resurrección para ellos, era que, si alguien se había casado muchas veces en esta vida, en la próxima vida si usted regresaba en la misma ropa, en la misma forma, con los mismos defectos, y en las mismas relaciones, ¿quién va a ser su marido y su mujer? Y aparentemente esta pregunta, nunca había sido respondida de manera adecuada, porque cuando viene su turno de presentar una pregunta al rabino Maestro, esta es su mejor pregunta. Son muy buenos, y muy hábiles en defender su incredulidad de la resurrección, lo han estado haciendo por mucho tiempo. Sacan su mejor arma.
Entonces, vienen a Él, es miércoles, y vienen acercándose a Él con la intención de deshacerse de Él, porque Él es una amenaza para ellos. Eso se presenta de manera clara en las palabras de Juan 11, Juan 11:47, los principales sacerdotes, quien habrían sido los saduceos, y los fariseos tuvieron un consejo, un concilio. No pueden estar de acuerdo en la teología, pero pueden estar de acuerdo en que quieren a Jesús muerto. Vimos la semana pasada el enfoque de los fariseos: que sea arrestado por los romanos. Pero los principales sacerdotes adoptaron un enfoque diferente. Realmente no creo que querían que fuera arrestado por los romanos, no creo que necesariamente les preocupaba eso, eventualmente se alinearon con eso, creo que estaban muy preocupados porque Roma se involucrara en algo que hiciera algo para irritar a Roma, y amenazara su seguridad.
Pero en esta unión de fuerzas de fariseos y saduceos en Juan 11:47, se unen, tiene una junta y dicen, “¿qué estamos haciendo? Este hombre está haciendo muchas señales,” nunca negaron sus milagros, inclusive la resurrección de Lázaro de los muertos. “Si dejamos que siga así, todos los hombres van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos van a quitar nuestro lugar y nuestra nación.” Eso era lo que temían. Temían perder su posición, perder su lugar. Y si no hacemos algo acerca de Él, los romanos van a venir y nos van a quitar nuestra posición. Ese tiene que ser el sentimiento de los principales sacerdotes. Los fariseos quieren que los romanos vengan, y lo arresten, y el pueblo inmediatamente va a saber que Él no es el Mesías porque Él no puede superar al enemigo. Pero los saduceos, no quieren que los romanos se involucren en esto, porque piensan que van a perder su posición.
Entonces, uno de ellos, de los principales sacerdotes, Caifás, quien es un saduceo, les dijo: “Ustedes no saben nada, ¿han considerado que es mejor para ustedes que un hombre muera por el pueblo, y que toda la nación no perezca?” En otras palabras, tenemos que hacer que Él muera. Él tiene que morir, de lo contrario, todos vamos a perecer. Y entonces, los fariseos y los saduceos se unen, aunque los fariseos lo querían muerto, con toda seguridad, los saduceos quizás no necesariamente lo querían muerto, pensando que Roma podría invadir, Caifás entra, él es el sumo sacerdote y dice, “esperen un minuto, Él tiene que morir o todos vamos a perder todo.” Están determinados en que Jesús tiene que morir.
El enfoque de los saduceos es desacreditarlo enfrente del pueblo, al hacerle una pregunta que nadie jamás ha podido responder. Esta es su pregunta definitiva, esta es la que pisó a todo mundo, estoy seguro, a lo largo del proceso de los debates. Esta es su mejor arma. Hagamos verlo torpe, hagamos verlo como un necio, con esta pregunta de la resurrección. Entonces, vemos la estrategia de los fariseos, en segundo lugar, lo absurdo de la resurrección. Lo hacen ver como algo absurdo.
“Lo cuestionaron diciendo:” versículo 28, “Maestro,” era algo muy honorable llamarlo así, como recordamos a partir del versículo 21, reservado para los rabinos más notables, “Maestro,” ellos ahora están elevando la norma, por así decirlo al reconocerlo de esta manera honorable, esperan que Él les dé una respuesta sabia, “Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere, tendiendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella y levante descendencia a su hermano.” Sacan a Moisés, claro, sacan al pentateuco, claro, sacan Deuteronomio 25, Deuteronomio 25. Simplemente le recuerdo, Deuteronomio 25, parte de la ley de Dios para la nación de Israel.
Esto es lo que dice, versículo 5, “Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño,” hay varios hermanos, uno de ellos se casa, muere antes de que pueda tener un hijo para propagar la familia, ella no debe casarse con un extraño, su cuñado se llegará a ella y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diera a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel. En el momento en el que Israel está al borde de entrar a la tierra al libro de Deuteronomio, van a entrar, la tierra va a ser dividida, familias, tribus van a recibir ciertas porciones de la tierra, es muy importante para esas tribus tener descendencia, continuar con la promesa del pacto de Dios y la promesa está en el entregar la tierra a esas tribus, que sucede si alguien tiene una esposa y nunca a da a luz un hijo, un hermanos en la misma familia, entonces, toma a esa mujer como su propia esposa, para levantar la descendencia para que la familia avance porque esa fue la promesa y el propósito del pacto de Dios.
Esa fue una manera de proteger y preservar a la nación y la identidad de la gente y los lugares que Dios había diseñado, es llamado matrimonio levirato, del latín que significa hermano. Primero aparece en el Antiguo Testamento, por cierto, atrás en Génesis 38 en la casa de Judá, hijo de José. Onán se rehusó a hacer esto, y tener un hijo con la esposa que había sido de su hermano que había muerto. Y resultó en que Dios le quitó la vida a Onán en Génesis 38. Dios quería proteger y preservar a Su pueblo, y las tribus de Su pueblo, para el cumplimiento de Su plan y profecía, y ésta es la manera en la que Dios lo hizo.
Entonces, los saduceos conocen el pentateuco, y conocen esa ley como todos los judíos. Y entonces, se la presentan a Jesús. Quizás la ilustración más notable de eso, es Rut, Elimelec, usted recuerda murió sin tener un heredero. Y entonces cuando Rut regresó a Israel, el pariente de Elimelec, Booz vino, tomó a Rut como su esposa, y tuvo un hijo llamado Obed, y de Obed viene Isaí, de Isaí viene David, y de Isaí de ultimas viene el Señor Jesucristo. Dios tuvo un propósito para esta ley en los primeros años de su historia.
Entonces, sacan esta ley, y después presentan su situación ridícula. Aquí está, “Hubo,” versículo 29, “pues, siete hermanos.” Y, por cierto, el relato de Mateo dice, siete hermanos con nosotros. ¿Están diciendo con eso, que esto realmente sucedió? No sé. Pero aquí simplemente dice, quizás de manera hipotética, quizás es algo que sucedió en algún momento, en algún lugar. “Hubieron siete hermanos, y el primero tomó esposa y murió sin hijos. Y la tomó el segundo el cual también murió sin hijos. La tomó el tercero y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia.” Wow, esta es una dama peligrosa. Creo que si yo soy el hermano número cuatro, yo me voy de la ciudad. Ciertamente si soy el hermano. Ciertamente si soy el hermano cinco, seis, y siete, voy a desaparecer. Esta mujer es fatal. Wow, siete hermanos se casan con ésta mujer y todos mueren.
Y después, versículo 32, de manera misericordiosa finalmente murió también la mujer. ¡que regalo es ése! No sabemos cuántas vidas más fueron salvadas por eso. Y entonces, presentan esta situación absurda, y después dicen, “¿en la resurrección, pues, de cuál de ellos será mujer? Ya que los siete la tuvieron por mujer.” Usted puede ver la sonrisa en el rostro de ellos. ¿Cuántas veces habían presentado esa pregunta antes? ¿Cuántas burlas habían hecho de lo ridículo que era la resurrección, usando este tipo de ilustración o analogía? Los fariseos eran los que decían que en la próxima vida seremos como en esta vida. Misma persona, mismas características, misma ropa, mismas debilidades y fortalezas, mismas relaciones, ¿estás bromeando?
Y hubieron algunos como Maimónides, quien de hecho dijeron que hijos nacerían después de la resurrección. Él es el mormón original. Eso no es nuevo. Entonces, presentan lo ridículo de la resurrección. Es una broma para ellos, en la manera en la que fue entendido en ese entonces. Entonces, de la estrategia, a lo insensato, finalmente a la respuesta de la Escritura, la respuesta de la Escritura. Versículo 34, y vamos a avanzar más rápido aquí.
“Entonces, respondiendo Jesús,” Oh, y tengo que detenerme ahí, no me gusta hacer eso, porque algo se quedó afuera aquí que está incluido en Mateo, y no puedo pasarlo por alto. Mateo 22, el cual es el pasaje paralelo, presentando el mismo relato añade esto, Mateo 22:29, “Jesús respondió y les dijo,” escuche esto, “erráis ignorando las Escrituras, ni el poder de Dios.” Wow, si usted piensa que fue doloroso para él entrar con un látigo y limpiar el negocio de ellos, ¿cuán doloroso habría sido para ellos, ser confrontados de esa manera en su teología? Se enorgullecían a sí mismos de ser intérpretes de la Escritura. Erráis, del verbo plana, el cual significa, causar desvío, desviar a alguien. Significa ustedes han hecho que ustedes mismos se desvíen. Ustedes se han desviado, ustedes se han guiado al desvío. Ustedes se han desviado de la verdad, y la realidad. Usted entiende porque, porque no entienden las Escrituras. Que condenación es esa.
Les digo, yo podría acampar en eso. Ni siquiera estamos en Mateo, entonces no lo puedo hacer, pero puedo acampara en eso, no entender las Escrituras y hablar por mucho tiempo de las implicaciones de no entender las Escrituras, pero el meollo es, usted no entiende nada de manera correcta. Interpretar la Escritura de manera precisa es la fuente de todo el entendimiento verdadero. No entender las Escrituras, usted no les podría haber dicho algo más doloroso a ellos que eso. Ustedes son intérpretes ignorantes de la Escritura, ustedes están equivocados, se han desviado a sí mismos, ustedes se han desviado de la verdad, ustedes no entienden las Escrituras, y eso podría describir a todo falso maestro en toda la historia. Se enorgullecían del conocimiento de la Escritura, no lo tenían.
Y después, ignoran o no entienden las Escrituras, dice él, ni el poder de Dios. Si hubieran conocido las Escrituras, si realmente hubieran conocido las Escrituras, habrían sabido que Dios promete la resurrección. Si hubieran conocido el poder de Dios, habrían entendido que Dios puede resucitar a la gente en un estado en dónde todas sus supuestas ridiculeces están ausentes. Estaban espiritualmente ciegos. Y entonces, Él les va a decir la verdad, versículo 34, “Entonces, respondiendo Jesús les dijo: Los hijos de este siglo se casan y se dan en casamiento,” los hijos de este siglo es un hebraísmo para gente que vive en este mundo, nosotros, humanos temporales.
¿Qué es lo que Jesús está diciendo? La cuestión del matrimonio, sexo, la reproducción, el dar a luz hijos, y todo lo que acompaña, eso es para esta vida, no la siguiente. Es para esta vida, no la que sigue. Para esta época, está el casamiento y darse en casamiento. Eso es parte de esta época. Mormones, escuchen, no pasarán toda la eternidad en su propio planeta teniendo sexo celestial y produciendo hijos sobrenaturales. Musulmanes, escuchen, no estarán en almohadas verdes teniendo relaciones sexuales con 72 vírgenes, en la vida venidera. El matrimonio es únicamente para esta vida.
Versículo 35, “más los que dieren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo,” no este siglo, aquel siglo, esto es, vida eterna en la presencia de Dios, “y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.” No va a haber matrimonio ahí, no va a haber familias ahí. ¿Por qué? el versículo 36 debería presentarlo de manera obvia, “porque no pueden ya más morir.” Nadie va a morir. Nadie tiene que ser reemplazado. Usted no necesita reproducirse porque nadie va a morir, pues son iguales a los ángeles. Ese es un verbo que Lucas diseña, isangeloi, igual a los ángeles. Es usado únicamente aquí. Los ángeles todos fueron creados en un momento, no procrean, y no mueren. Su número es fijo. No hay necesidad para el matrimonio, porque no hay necesidad para propagarse. No hay necesidad para reemplazarse. No hay necesidad para continuidad en la raza.
Tampoco hay necesidad para ese tipo de unión, porque tener una relación con Dios y Cristo, como nuestro verdadero novio, y tener una relación perfecta con todo el resto de la gente en la gloria del cielo, hace a un lado la necesidad de tener alguna otra relación menor. Y entonces, Él dice, “No entienden las Escrituras, no entienden el poder de Dios. El matrimonio es para ésta época, pero aquellos que son considerados dignos de alcanzar ese siglo y la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento.
Observe esa pequeña frase en el versículo 35, “fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos.” Eso presenta la pregunta, ¿por qué dice Él eso? creo que esa es una advertencia. Creo que es una advertencia directa para los saduceos. De hecho, les está diciendo, implicándoles, obviamente ustedes no son dignos de alcanzar esto, debido a que ustedes ni siquiera creen en esto. Es una advertencia. Ustedes ni siquiera creen en ángeles, hijos de Dios, hijos de la resurrección, ese siglo venidero, la resurrección de los muertos, ustedes rechazan todo eso. Obviamente, ustedes no son dignos.
Por otro lado, ¿cómo es que uno sería considerado digno de entrar al cielo? ¿cómo es que uno es considerado digno de volverse hijo de Dios, un hijo de la resurrección? Respuesta, por fe en el Señor Jesucristo. La Biblia es clara en eso. No tenemos ninguna dignidad en nosotros mismos, todas nuestras justicias son trapos de inmundicia. El Antiguo Testamento fue claro en eso. Isaías dijo eso. La dignidad es porque se nos concede el mérito de Cristo, o se nos concede la justicia de Dios mediante la fe en Cristo, por gracia soberana. Pero creo que Jesús les está diciendo, aquellos que son dignos de alcanzar ese siglo, implicando obviamente, ustedes no lo son, no en este punto. Y, la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento, olviden esa idea.
Su pregunta es absurda, porque no hay matrimonio en el cielo, en absoluto. ¿Por qué? versículo 36, “Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios.” ¿Qué quiere decir eso? Ellos adoptan la vida de Dios, la vida de Dios, la cual no es sexual. Adoptan la vida de Dios, la cual es una vida eterna. Se vuelven hijos de la resurrección. Donde quiera que usted ve en la Biblia, hijo de, hijos de este siglo, hijos de Dios, hijos de la resurrección, y usted ve eso repetido a lo largo de los evangelios, simplemente es una manera de identificar la naturaleza esencial o cualidad esencial definitiva de algo. Si usted es un hijo de Belial, la cualidad esencial es satánica, si usted es un hijo de Dios la esencia esencial de vida es divina. Si usted es un hijo de la resurrección, usted posee vida de resurrección. Esa es la realidad definitiva. Si usted es un hijo de este siglo, la humanidad es su realidad que lo define a usted. Si usted es un hijo del siglo venidero, la eternalidad es la realidad que lo define.
Y entonces, Él dice, aquellos que vienen a la época de la resurrección, adoptarán la naturaleza de los ángeles, que no procrean, que no tienen ese tipo de relaciones, adoptan la naturaleza de los hijos de Dios, esto es, que serán poseedores de la vida de Dios pura, la cumplirá. Y van a adoptar la naturaleza de la resurrección, vida nueva. El matrimonio no es necesario, el matrimonio no define aspecto alguno de vida en el siglo venidero. Y entonces, nuestro Señor corrige su teología. Si usted quiere más de eso, lea 1 Corintios 15, y comience en el versículo 35, lea hasta el final del capítulo, en dónde el Señor mediante el apóstol Pablo nos da una mirada a la forma del cuerpo de resurrección. Será un cuerpo como el cuerpo glorioso de resurrección de Jesús como nos dice en Filipenses 3:21.
Entonces, Jesús los corrige, el matrimonio no es para la resurrección. Entiendan eso, eso elimina la necesidad de su pregunta. Pero esa no es la respuesta primordial. La respuesta primordial viene en el versículo 37, y es una respuesta poderosa. Escuche esto, “Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar,” en otras palabras, regresemos al punto. Olvídense del asunto del matrimonio y ya cerramos eso, “pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aún Moisés lo enseñó.” Wow, ahora Él los está confrontando en su propio territorio, ¿verdad? en su propio territorio. Porque eso es lo que importa, no está Moisés no puede ser.
Entonces Él dice, “Aún Moisés lo enseñó, en” la zarza, en el texto acerca de la zarza, el pasaje de la zarza, la zarza ardiente, Éxodo 3. ¿Qué? ¿en Éxodo 3, Moisés mostró la verdad de la resurrección? ¿Cómo es que hizo él eso? porque estaba ahí, cuando llama al Señor Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Bueno, ¿Qué quiere decir eso? Bueno, creo que lo que es importante que usted sepa es que cuando en Éxodo 3:6 dice, escuche esto, aquí hay una cita, “Yo soy el Dios de Abraham, Yo soy el Dios de Isaac, Yo soy el Dios de Jacob,” cuando Él dijo eso, enfáticamente, y el Yo Soy está registrado en la versión de Mateo de esto en Mateo 22:32, creo que es, cuando Él dijo, “Yo soy el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob.” Él no dijo, “Yo fui el Dios de Abraham, Yo fui el Dios de Isaac, Yo fui el Dios de Jacob. Yo soy. Yo soy, y por lo tanto ellos son.” ¿Sigue usted eso?
Un poco de una exegesis cuidadosa de tiempos verbales, Él no dice, “Yo fui su Dios,” Él dice, “Yo soy su Dios. Y Yo son, y son ellos.” No, “Fui y ellos fueron.” En Génesis 26;24, en Génesis 28:13, Dios se llama a Sí mismo el Dios de Abraham, y Abraham está muerto. En Éxodo 3: 6, 15, 16, de nuevo en el capítulo 4, Dios se llama a Sí mismo el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y los tres están muertos. Entonces, ¿acaso Dios es el Dios de gente muerta? Versículo 38, No, “Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.” Desde nuestra perspectiva, ellos están muertos, desde Su perspectiva, ellos están, ¿qué? vivos. Todos viven para Él. El Dios que dice, “Yo soy el Dios de Abraham, Isaac, y Jacob, no está estableciendo Su gloria en base a que Él es adorado por cadáveres. Eso no le traería a Él honra alguna.”
Observe que cada uno es presentado de manera singular, en términos individuales. El Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, enfatizando la realidad personal de cada uno. Cada uno está vivo, para Dios, en la presencia de Dios, en relación con Dios, aunque muertos desde una perspectiva mundana. No, Él no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él todos viven. Para Dios, todos los que son de Él están vivos, y en unión con Él, en Su presencia, así como el Antiguo Testamento dice. La muerte no termina la existencia de uno. Hay otra vida, una vida después de la muerte, una vida de resurrección, para aquellos que pertenecen a Dios en Su presencia. “Yo soy dijo,” Jesús en Juan 11, “la resurrección y la vida, todo aquel que en mí cree, aunque muera, vivirá.”
Nosotros viviremos para siempre, y si le pertenecemos a Cristo viviremos para siempre en la presencia de Cristo, y en la presencia de Dios. Esto es devastador. Acaban de quedar aplastados, despedazados sería una buena palabra. Aplastados, le dieron a Él su mejor argumento, su ridiculez más probada, y Él los desmanteló al decirles que no entendían la Escritura ni el poder de Dios. Él desmanteló perspectivas falsas de la resurrección que presentaban Sus adversarios, que, si usted va a estar casado en la resurrección y la vida, va a ser muy parecida a la vida aquí. Y después, Él realmente asestó el golpe final cuando Él les probó que Moisés afirmó en su escrito, y no solo Moisés sino Dios mismo en el registro que Moisés escribió, que Él es el Dios de los vivos.
Y eso nos lleva al último punto, el asombro de la multitud, el asombre de los escribas, y creo que usted podrá decir, el asombro de los saduceos. “Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.” Los escribas eran los expertos en la Ley, eran los teólogos, eran los que pensaban con mayor cuidado y profundidad en las Escrituras. Quedaron asombrados. Quedaron impresionados. Está es una manera suave de decirlo, “bien has dicho,” Mateo 22:33 dice, “Oyendo esto la gente, se admiraba.” La palabra ‘admiraba,’ y podrían haber un numero de palabras en el griego, pero la que es usada en Mateo 22:33 es ekpleso, y un léxico, creo, presenta un buen matiz, esto es lo que esencialmente significa “poner los pelos de punta.” Es una manera antigua de decirlo. Nosotros diríamos esto, “los dejó boquiabiertos.”
Eso es exactamente lo que significa. Los dejó boquiabiertos, simplemente estaban sorprendidos ante la enseñanza de Jesús, sorprendidos, impresionados, perplejos, maravillados. Y los saduceos estaban acabados. Versículo 40, “No tuvieron valentía,” el griego verbo es “presumir” o “atreverse.” “Y no osaron preguntarle nada más.” Presentaron su mejor arma, estaban acabados. Habían sido aplastados económicamente, y habían sido desmantelados espiritual, y teológicamente. Están acabados. Ellos desaparecen.
Y, por cierto, en lo que al evangelio de Lucas concierne, esa es la última pregunta que alguien hace, ese es el último encuentro con los líderes. Ahora, Jesús comienza en el versículo 41, a hacer las preguntas que llevan a la cruz. No obstante, de nuevo, Mateo tiene que entrar en juego, porque Mateo registra, aunque Lucas no lo hace, que los fariseos eran imparables, quieren hacer un intento más. Entonces, Mateo 22:33, “Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina. Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó,” ellos simplemente son glotones de castigo, ¿no es cierto? Él calló a los saduceos, ellos presentaron una pregunta más. ¿sabe usted cuál fue? ¿Cuál es el gran mandamiento? Y claro que Mateo nos da ese relato.
Oh, por cierto, después de esa pregunta, inclusive los fariseos fueron acabados, Mateo 22:46, “Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.” Él había sido confrontado por los líderes religiosos llenos de odio, que querían desacreditarlo, cada uno tiene su propio estilo, y estrategia. Él no es afectado por sus ataques insignificantes, Él únicamente manifiesta mayor gloria, produce mayor asombro, mayor impresión, y Lucas dice que ahí se acabó. No tuvieron la valentía de venir y preguntarle más acerca de algo.
¿Qué extraemos de este texto? Es como siempre es en el evangelio de Lucas, lo que extraemos de esto es la maravilla de Cristo, ¿verdad? sorprendente. Esto es lo que veo, la sabiduría majestuosa de Jesús. Su sabiduría le permitió que controlara toda conversación, toda discusión, sabiduría sobrenatural evidente. La segunda cosa que veo es devoción a la Escritura, interpretada correctamente. Y la tercera cosa, la afirmación de la promesa de la resurrección.
Entonces, los enemigos de Jesús, los saduceos, le dan una oportunidad, una oportunidad grande y gloriosa, le dan una oportunidad de demostrar Su sabiduría sobrenatural, Su devoción imparable hacia la Escritura y Su afirmación de la promesa de la resurrección. Y entonces este pasaje, el cual es una derrota para Sus enemigos, es un triunfo para Sus amigos, ¿verdad? Mientras que ellos quedan sorprendidos y terminan fríos en un silencio duro, salimos nosotros regocijándonos porque nuestro Señor es infinitamente sabio, nuestro Señor está comprometido con una interpretación verdadera y precisa de la Escritura, y su aplicación, y nuestro Señor afirma con Sus propios labios las promesas de la Biblia acerca de la resurrección.
Y entonces, descanso aún más en mi Señor Jesucristo, siempre viviente, todo sabio, todopoderoso, todo verdadero, y este gozo únicamente es para aquellos que son dignos de alcanzar a aquel siglo y la resurrección de entre los muertos. ¿Y quiénes son aquellos? Aquellos que confían en el Señor Jesucristo y en Su sacrificio, Su muerte y resurrección, únicamente, y no confían en sus propias obras, aquellos que vienen arrepintiéndose y diciendo Dios, no tengo justicia propia, te ruego que me perdones y me apliques la justicia que le pertenece únicamente a Cristo, y la apliques a mi cuenta. En un acto de fe somos perdonados de todos nuestros pecados, somos cubiertos con la justicia de Cristo, recibimos las promesas de la vida eterna, y de esta manera por Su dignidad hemos sido hechos dignos de alcanzar la resurrección de los muertos. Vivimos entonces en esa esperanza, afirmada por las palabras de nuestro Salvador mismo, en este gran encuentro.
Señor, conforme cerramos este tiempo juntos, nosotros oiremos los ecos de estas palabras, esperamos por mucho tiempo: hijos de Dios, hijos de la resurrección. ¡Qué privilegio! ¡Qué privilegio! Te damos gracias por la esperanza de la vida eterna, que se encuentra en Cristo, y en Cristo únicamente, porque Él vive, nosotros también viviremos. Todo aquel que en Él cree, nunca morirá. Te damos gracias porque en Cristo, y únicamente en Cristo, nos hemos vuelto hijos de la resurrección. Entraremos en una vida de resurrección no como esta vida en absoluto, sino como Tú vida, y como aquella de los ángeles santos glorificados, eternos.
¡Que promesa tan gloriosa, de la cual somos indignos! Nos aferramos a la dignidad de Cristo. Haznos fieles para vivir, para honrarlo a Él, y proclamar Su evangelio. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2019 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.
This article is also available and sold as a booklet.