Vamos a pasar a un tema en el Nuevo Testamento que conforme pienso en él, ha sido pasado por alto e ignorado en gran parte; y he llegado a ser consciente de esto en los meses recientes. No pasaron muchos meses atrás, cuando estaba volando en uno de esos jets jumbo de Los Ángeles a Londres, en el proceso de leer un libro que trataba con el tema de la esclavitud en la época del Nuevo Testamento y en el texto del Nuevo Testamento. Y me puso a pensar en todo tipo de direcciones. De hecho, terminé el libro en el vuelo y estaba tan cautivado por este tema en particular. Ser un esclavo de Cristo puede ser la mejor manera de definir a un cristiano. Somos, como creyentes, esclavos de Cristo. No obstante, usted nunca sospecharía eso a partir del lenguaje del cristianismo.
En el cristianismo contemporáneo, el lenguaje es todo menos lenguaje de esclavo. Es acerca de la libertad. Tiene que ver con la liberación, tiene que ver con la salud, la riqueza, la prosperidad. Con encontrar su propia satisfacción, con cumplir su propio sueño. Encontrar su propio propósito. Con frecuencia, oímos que Dios lo ama a usted de manera incondicional y quiere que usted sea todo lo que quiere ser. Él quiere cumplir toda ambición, todo deseo, toda esperanza, todo sueño. De hecho, hay libros que se están escribiendo acerca de los sueños como si fueran regalos de Dios, que Dios, habiéndolos dado, entonces tiene la obligación de cumplirlos.
La satisfacción personal, la liberación personal, la realización personal, todas se encuentran encerradas en un término antiguo en el cristianismo evangélico, “una relación personal”. ¿Cuántas veces hemos oído que el Evangelio ofrece a la gente una relación personal con Jesucristo? ¿Qué es exactamente lo que eso significa? Satanás tiene una relación personal con Jesucristo y no es una muy buena. Todo ser vivo tiene una relación personal con el Dios vivo de un tipo u otro, llevando a un fin u otro.
Pero, ¿cuál es exactamente nuestra relación con Dios? ¿Cuál es nuestra relación con Cristo? ¿Cómo la podemos entender mejor? Bueno, si usted lee el Nuevo Testamento en su texto original, usted realmente terminaría asombrado por lo diferente que es el texto original de cualquier versión en inglés que usted jamás haya leído. Sea la versión King James, la Nueva Versión King James, la Nueva Versión Americana, ESV, NIV y usted puede nombrar el resto.
Todas ellas, virtualmente han encontrado una manera de enmascarar algo que es un elemento absolutamente crítico de la verdad. De hecho, la palabra esclavo aparece en el Nuevo Testamento ciento treinta veces en el texto original. Usted la va a encontrar una vez en la versión King James. Una vez, la palabra griega esclavo es traducida esclavo. Usted la encontrará traducida “esclavo” unas cuantas otras veces en otros textos, como el texto de la Nueva King James, inclusive el texto de la New American Standard y será traducida esclavo cuando uno se refiere a la esclavitud en sí o dos, se refiere a algún tipo de esclavitud, a una realidad no animada. Pero cuando es personalizada, los traductores parecen no estar dispuestos a traducirla esclavo.
Por ejemplo, en Mateo 6:24, Jesús dijo esto: “ninguno puede ser un esclavo de dos amos.” ¿Qué es lo que dice su Biblia? Ninguno puede servir a dos amos, a dos señores. La palabra favorita para esclavo es siervo. La palabra favorita en inglés. Con mucha frecuencia, es usada “consiervo”, la cual tiende a moverse en la dirección correcta, pero no es exactamente esclavo. Usted tiene una palabra usada ciento treinta veces en el Nuevo Testamento, usted tiene otros usos de esa palabra con una preposición, sundoulos, lo cual significa colegas esclavos, usada una docena de veces. Usted tiene la forma verbal usada otras aproximadamente doce veces.
Entonces, usted tiene por lo menos ciento cincuenta y más usos, simplemente de tres de las palabras y hay otras en el grupo con la raíz -doul en inglés para doulos. Hay unas veinte traducciones establecidas en inglés del Nuevo Testamento. Unas veinte. Sólo una, sólo una siempre traduce “doulos” como esclavo. Sólo una y es una traducción del Nuevo Testamento escrita por un gran erudito en el griego del Nuevo Testamento que estudió los papiros originales y cosas así llamado E.J. Goodspeed.
¿Ha oído usted alguna vez de la traducción Goodspeed? Goodspeed es un erudito bien conocido. Durante quince años, él fue un profesor pionero de griego del Nuevo Testamento en la Universidad de Chicago. La traducción Goodspeed siempre traduce doulos como esclavo; y cuando usted la lee, le da a usted un sentido totalmente diferente de nuestra relación con Cristo. Usted tiene una relación personal con Jesucristo. Usted es Su esclavo. Eso es decirlo de la manera más simple que puedo decirlo.
Hay seis palabras por lo menos para siervo. Doulos no es una de ellas. Está la palabra diakonos, de la cual obtenemos diácono; la palabra oiketes relacionada a oikos, casa, un siervo de la casa. La palabra heis que tiene que ver con uno que sirve al instruir a los jóvenes. Huperetes, un siervo de nivel bajo, de tercer nivel, un siervo que está por debajo de otros, literalmente un remero, bajo. El esclavo en una galera de tercer nivel, alguien que jalaba un remo en la parte de abajo de una gran nave, de un gran barco. Leitourgos, otro tipo de servicio, normalmente asociado con la religión; paidiske y quizás, misthios que puede ser traducida ministro. Hay bastantes palabras para siervo. Sólo hay una palabra para esclavo, doulos y sundoulos. Sin embargo, en la historia de la traducción evangélica del griego al inglés, todos los traductores, de manera coherente, han evitado el uso de la palabra.
Ahora, usted podría sugerir que por lo tanto es disputado, que quizás doulos no es de manera tan clara esclavo, pero ese no es el caso. No obstante, lo evitan. Doulos no es un término ambiguo en absoluto. Están tratando de evitar algo. No tiene que ver con una ausencia de información lingüística, bien podría ser una falta de valentía, de convicción. Como dije, usan esclavos y literalmente, se refiere a un esclavo. Esclavo físico. O si se refiere a esclavitud, a un objeto inanimado como ser un esclavo del pecado, o un esclavo de la justicia.
Pero cuando se refiere a una relación personal con Dios o Jesucristo, se retraen de la palabra esclavo inevitablemente y usan alguna forma de la palabra siervo. Esto es cuestión de preferencia en todos los casos por acomodarse. Y nos preguntamos por acomodarse a ¿qué? Bueno, supongo que por acomodarse a los estigmas que van de la mano con la esclavitud. Hace un par de meses atrás, estuve en una conferencia de pastores en Carolina del Norte y tuve una sesión de preguntas y respuestas con algunos pastores. Y un pastor muy amable se puso de pie, era un pastor de color y me dijo: “¿cómo debo comunicarle a mi congregación que son esclavos de Jesucristo, cuando la esclavitud es una parte tan desagradable de nuestro pasado?” Y él realmente había colocado el dedo en la llaga. Me atrevería a decir que la esclavitud probablemente es una parte desagradable del pasado de toda persona. No es más desagradable para un pastor de color, quien está a tres o cuatro o cinco generaciones distante de la esclavitud en sí, de lo que es para mí, quien estoy igualmente alejado de la esclavitud. Pero es tan desagradable para mí el comprar y vender a humanos de la manera en la que los comerciantes de esclavos lo hicieron.
Nadie piensa de manera muy positiva en esclavitud. Pero cuando usted llega al Nuevo Testamento, usted no puede evadirlo. Abra su Biblia, si es tan amable, en Efesios, capítulo 6. Efesios, capítulo 6. Y no vamos a poder desarrollar todo esto, este es un tema enorme y no voy a tratar de hacer demasiado. Los mantuve aquí un poco más de tiempo esta mañana. Entonces, los voy a dejar salir un poco más temprano esta noche. Pero únicamente quiero darles algunos principios acerca de esto.
En el sexto capítulo de Efesios, usted tiene una ilustración en donde esclavo es usada y es usada porque el apóstol Pablo, al escribirle a la Iglesia en Éfeso y a todos los demás creyentes que leerían esto, sabe que él se está dirigiendo a esclavos. Entonces, él se dirige a ellos en el versículo 5 de Efesios 6 conforme se dirige a sus amos en el versículo 9. Y aquí no hay resistencia alguna por parte de los traductores del Nuevo Testamento por usar la palabra esclavo en algunas versiones, porque él está hablándole a esclavos.
“Siervos,” o esclavos, “obedeced a aquellos que son vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como esclavos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios.”
Ahí usted tiene la introducción a la frase esclavos de Cristo. Esclavos de Cristo. Eso no es sólo verdad de los esclavos en sí, sino que es verdad de todos nosotros. Y los traductores de la versión NASB están cómodos con utilizar la palabra “esclavo de Cristo” en lugar de siervos de Cristo porque ese uso metafórico depende del uso literal de esclavos, a quienes se dirige en el versículo 5. Entonces, realmente no pueden evadirlo. Entonces, tenemos una traducción honesta de doulos, esclavos de Cristo, en un sentido, forzados por el objeto obvio de la afirmación que es de hecho esclavos.
Pasea 1 Corintios capítulo 7 y regresaremos y haremos referencia a otras cosas en este texto más adelante. Pero en 1 Corintios capítulo 7 usted tiene una situación muy parecida en donde en el versículo 22, Pablo está regulando las relaciones humanas de la gente una vez que han venido a Cristo.
En este capítulo, habla mucho de lo que usted debe hacer si usted está casada con un incrédulo, qué hacer si usted es una viuda, qué hacer si usted es una virgen o qué hacer si su padre tiene una hija virgen. ¿Qué hace usted si ha perdido a su cónyuge? ¿Debe volverse a casar y con quién debe volverse a casar? Todo tiene que ver con estas relaciones ahora que usted está en Cristo. Y él habla de aquellos que son esclavos. El que es llamado en el Señor mientras que era esclavo en un sentido es el libre del Señor.
De la misma manera, el que fue llamado mientras que era libre, es esclavo de Cristo. Ahí usted tiene otra vez la misma clase, esclavos de Cristo. Y ahí de nuevo, no hay resistencia alguna por parte del traductor por decir esclavo, porque él está hablando de esclavos en sí. Y en el versículo 23 lo presenta de manera muy clara. Y en el versículo 23 presenta de manera muy clara lo que constituye la esclavitud. Por precio habéis sido comprados.” No hay una expresión más clara en términos de lo que significa ser un esclavo. Significa ser posesión de alguien más. Significa ser posesión de alguien más. Esta palabra doulos, en el griego, nunca debe ser traducida nada más que esclavo. Nunca.
¿Se acuerda usted de estas palabras? Mateo 25:21, “bien, buen,” ¿qué?, “Y fiel.” Buen siervo y fiel. Eso es lo que usted ha leído toda su vida. Esta no es la palabra para siervo. Esa no es ninguna de las seis palabras para siervo. Esta es doulos, bien, buen esclavo y fiel. Y la versión NASB es fiel a esa traducción. Bien, buen esclavo y fiel. ¿Por qué? Porque es extraída de una parábola enseñada por nuestro Señor acerca de un hombre que tuvo esclavos. Entonces, cuando en un sentido, el Nuevo Testamento se ve forzado, en cierta manera, a reconocer que la metáfora, la analogía o el objeto de la afirmación es de hecho un esclavo, entonces, mantiene el lenguaje de esclavo. Pero en otros casos, lo cambian lo más rápido que pueden.
Ahora, el problema con esto es que oscurece la claridad y el poder y la riqueza de esta metáfora. Usted entendería eso. Cuando usted le da a alguien el Evangelio, usted le está diciendo: “me gustaría invitarte a convertirte en un esclavo de Jesucristo. Me gustaría invitarte a ceder tu independencia, me gustaría invitarte a entregar tu independencia, a entregar tu libertad, a someterte a una voluntad que no es la tuya, a abandonar todos tus derechos, a ser posesión de, a ser controlado por el Señor.” Ese es realmente el Evangelio. Estamos pidiendo a la gente que se convierta en esclavos. No oigo a muchos términos de esclavo en la actualidad como éstos. ¿Usted sí? Hemos estado usando a la ligera la palabra doulos y hemos oscurecido este significado preciso y cimiento sustancial para entender la teología bíblica.
Ahora, no sea que usted piense de nuevo que quizás estoy sobre enfatizando este uso estrecho de la palabra doulos, la rastreé a lo largo de todos los lexicones que son fuentes que analizan el significado original de las palabras griegas. El resumen de todo eso está mejor contenido en un conjunto masivo de libros escritos por Kittel o editados, recolectados por Kittel, la cual es la última palabra y más que la última palabra, suficiente y más que suficiente de lo que usted jamás quiso saber. Y en Kittel esto es lo que nos dice el artículo de doulos. “Todas las palabras del grupo de la raíz doulos describen el estatus de un esclavo, el significado es inequívoco. El significado está contenido en sí mismo.”
Y aquí hay algo que Kittel nunca dice: es superfluo dar ejemplos o rastrear la historia. Ni siquiera está abierto a debate. Y continúa diciendo, y esta es una fuente muy técnica, describe este doulos, un tipo de servicio que no es cuestión de alternativa, no es opcional para el que presta el servicio. Un tipo de servicio que tiene que ser desempeñado le guste o no, describe a uno que está sujeto de manera total a una voluntad diferente a la de él, la voluntad del dueño y dependencia total y absoluta de ese dueño. Eso es lo que la palabra significa. Es la palabra para esclavo.
Ahora, vayamos al mundo griego y romano, del Nuevo Testamento. Cuando decimos esclavo, tenemos una repulsión más bien distante en términos históricos hacia la palabra esclavo. Si usted piensa que esa es una palabra difícil de aceptar para nosotros, imagínese cuán difícil fue para aquellos que vivían en medio de la esclavitud el asimilar esa idea. Cuando un pastor me dice: “¿cómo puedo hablarle a mi gente de ser esclavos a Cristo cuando en su historia pasada tienen los abusos de la esclavitud?”
Bueno, si usted piensa que eso es difícil, ¿cómo es que Jesús y los apóstoles del Nuevo Testamento le podían hablar a la gente viviendo en medio de una sociedad dominada por la esclavitud? Diez a doce millones de esclavos en ese entonces, ¿acerca del hecho de que ser un cristiano era ser un esclavo de Jesucristo? No habría ninguna idea nebulosa distante de lo que ellos quisieron decir. Ellos sabían exactamente lo que eso significaba, precisamente lo que significaba.
Ahora recuerde, para los griegos, la gente elevada, la ciudadanía o la libertad era el pináculo de la vida. La dignidad personal estaba pegada a la libertad, ser un doulos era lo peor, era lo opuesto. Permítame contarle acerca de los esclavos en el mundo greco romano. Ellos no tenían libertad. Ellos no tenían derecho. Ellos no tenían posesiones, no poseían nada. Ellos no tenían recurso legal en las cortes. Ellos no podían dar testimonio como un testigo en un caso legal. No tenían ciudadanía. No tenían posibilidad de hacer lo que ellos querían hacer. No se les preguntaba: “¿A ver, señor esclavo, ¿qué le gustaría hacer para estar satisfecho?” A ellos no se les preguntaba: “¿cuál cree usted que es su propósito? ¿Podría usted soñar su sueño para que yo, su amo, pudiera cumplírselo?” Absurdo. No tenían opción acerca de nada. Ellos no poseían nada. Ellos no podían ser ciudadanos y no podían formar parte del ejército. Ellos dependían de manera total de la persona que era su dueño.
No significa que ellos no tenían ningún beneficio. Se les proveía todo lo que necesitaban, eran protegidos, eran cuidados. Se les daba lo que necesitaban. En muchos casos, eran tratados con amabilidad, con compasión, eran amados dentro de las familias. Pero para el griego y para el romano, filosófica y socialmente, la libertad es el pináculo de la vida. Entonces, los hombres libres únicamente menospreciaban a los esclavos y los esclavos anhelaban ser libres.
Por cierto, no podemos encontrar en la literatura griega, y hay mucha literatura griega religiosa, porque eran muy religiosos, ellos tenían a muchos dioses, como sabemos. Usted se acuerda del Areópago, en Atenas. Ellos tenían estatuas a dioses que ni siquiera conocían, como también a aquellos que pensaban que conocían. Muy, muy religiosos. Nunca en el idioma religioso de ese mundo puede encontrarse el uso de la palabra doulos para describir la relación entre un adorador y su dios. Ellos usaban philos, amigos. Eran amigos de Dios, no eran esclavos de sus deidades. Eso era repulsivo para ellos. Eso era repugnante para ellos. Ellos amaban la libertad.
Entonces, la idea de venir en ese mundo y anunciarle a la gente que debes convertirte en un esclavo de Jesucristo era simplemente otra manera de presentar el mensaje para hacerlo imposible de creer. Nadie va a alinearse para convertirse en el esclavo de nadie. Los esclavos ya estaban cansados de la esclavitud. Los hombres libres no tenían nada más que menosprecio hacia la esclavitud.
Sin embargo, al Nuevo Testamento no retiene absolutamente nada. Somos llamados a ser esclavos. Ahora, la diferencia entre un esclavo y un siervo es obvia. Es obvia. Los siervos eran contratados para trabajar para ganar un sueldo. Los siervos eran contratados para trabajar y ganar un sueldo y podían renunciar. Se les pagaba un salario por un trabajo. Los esclavos eran posesión de alguien más. Y no podían renunciar. Si huían, y eran encontrados, eran arrestados, eran azotados. Y hay todo tipo de escritos antiguos acerca de los azotes de los esclavos y peor, algunas veces, algunas veces, muchas veces, crucificados públicamente. Como una demostración para el resto de los esclavos de lo que les podía pasar si huían.
Una de las grandes historias de un esclavo que huyó es el libro de Filemón en el Nuevo Testamento, ¿verdad? De hecho, el apóstol Pablo alentó a Onésimo, el esclavo que huyó cuando lo conoció, a que regresara a casa, porque eso era lo correcto y él alentó a Filemón a tratarlo con amor, con compasión, con amor y a abrazarlo, a recibirlo.
A pesar de esta realidad de la esclavitud y debido a que es tan desagradable y lo ha sido por mucho tiempo, los traductores del Nuevo Testamento han hecho lo que han podido por editarlo. A mí me encantaría si usted tiene la oportunidad de encontrar una copia de la traducción de Goodspeed. Quizás, encuentre una en la biblioteca. No es una traducción muy popular y obviamente, una traducción realizada por un hombre carece de algo de la riqueza de una que es llevada a cabo por un grupo de hombres que pueden considerar las opiniones unos de otros. Pero usted va a descubrir que es muy interesante. El apóstol Pablo, por ejemplo, no se vio a sí mismo, como lo dice un escritor, como el gran fundador del cristianismo. Él no se vio a sí mismo de esa manera. Él se vio a sí mismo como el esclavo de Dios y el esclavo de Cristo.
Permítame tan sólo ver esto de la mejor manera que pueda. Y estamos limitados debido a la traducción de la NASB, pero observe Romanos 1:1. Es casi como si los traductores se ahogaron con la palabra esclavo y realmente hicieron lo que pudieron por reemplazarla. Entonces, en Romanos 1:1, es Pablo, siervo de Cristo Jesús. De hecho, es la palabra doulos, un esclavo de Cristo Jesús. Esa fue su presentación formal, un esclavo de Cristo Jesús. Y con gusto, lo hizo. Filipenses, capítulo 1, versículo 1, él incluye a Timoteo, “Pablo y Timoteo,” y de nuevo en la NASB y en otras traducciones es siervos, el griego es esclavos de Cristo Jesús.
Ahí atrás en Gálatas, capítulo 1 y en el versículo 10, Pablo lo vuelve a decir al final del versículo. Él dice: “si estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería esclavo de Cristo.” Ahora, él entendió lo que significaba la esclavitud. Únicamente hago lo que agrada a mi amo. Ese es el enfoque singular de ser un esclavo. Usted no tiene que agradar a mucha gente, usted únicamente tiene que agradar a una persona.
Esa metáfora es crítica para entender nuestra relación con el Señor. Si vamos a hablar de una relación personal con Cristo y con Dios, entonces nuestra relación personal es que somos esclavos. Esa es la mejor manera de definir esa relación. Y Pablo aquí nos dice que significa que únicamente lo agradamos a Él. Él le dice los corintios: “tengo como mi ambición el serle agradable”. Se redujo a esto. Haz lo que dice Él y haz lo que le agrada a Él. Es así de simple. Eso es lo que hizo un esclavo. Realmente, sólo hay dos posibilidades. Si había un mandato directo, usted lo obedecía. En donde no había un mandato directo, usted buscaba una manera de hacer lo que agradara al amo. Usted lo obedecía y usted lo agradaba.
En su carta a Tito, de nuevo, presentándose a sí mismo en Tito, capítulo 1, él dice: “Pablo, esclavo de Dios.” Él es un esclavo de Dios, él es un esclavo de Cristo. Él no está sólo, observe Santiago… Santiago, esclavo de Dios, y me encanta esto, y del Señor Jesucristo. Y este es Santiago, el medio hermano de Jesús. Él no está tratando de elevarse a sí mismo, él no dice “yo soy Santiago el medio hermano de Jesús.” Él dice: “yo soy Santiago, un esclavo de Dios y un esclavo del Señor Jesucristo.”
Eso, claro, es la razón por la que ahí en el capítulo 4 y en el versículo 13, él dice estas palabras conocidas: “vamos ahora, los que decís hoy y mañana iremos a tal y tal ciudad y pasaremos un año ahí, y haremos esto o aquello, cuando no sabéis lo que será vuestra vida mañana. Vuestra vida es sólo un vapor que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. En lugar de lo cual, deberíais decir, si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello.” Esas son palabras de esclavo. Eso es lo que significa estar sujeto a una voluntad que no es la tuya. Judas, lo mismo. Judas, esclavo de Jesucristo.
Ahora, cuando usted llega a Santiago y a Judas y el apóstol Pablo y podríamos incluir a nuestro amado Pedro, 2 Pedro 1, Simón Pedro, un esclavo y apóstol de Jesucristo, usted está hablando de la elite. Usted está hablando de aquellos que están en la cima de la lista espiritual y ellos gustosamente y gozosamente se identificaron a sí mismos como esclavos de Cristo y como esclavos de Dios.
Simplemente, un par de ilustraciones más. Colosenses 1:7, menciona a Epafras y dice nuestro amado consiervo.” Es en el griego nuestro sundoulos, nuestro colega esclavo, Epafras. Ahí adelante, en el capítulo 4, versículo 12, “Epafras, quien es uno de vosotros, un esclavo de Jesucristo.” Ellos no sólo estuvieron dispuestos a asumir el título de ser un esclavo, sino que se lo extendieron a los más nobles creyentes.
En 2 Timoteo capítulo 2, versículo 24, Pablo le está escribiendo Timoteo y le está escribiendo acerca de cómo los pastores deben conducirse a sí mismos y cómo deben ministrar en la Iglesia y servir en la Iglesia. Y él dice en 2 Timoteo 2:24: “el esclavo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, paciente cuando es corregido con mansedumbre, corrigiendo a aquellos que se oponen por si quizás Dios les conceda que se arrepientan, y conozcan la verdad.” Aquí están aquellos que enseñan y guían a la Iglesia que son identificados como esclavos. Esta no es alguna referencia al nivel bajo de creyentes. Lo que estoy tratando de decirle es que los apóstoles tomaron esta identificación para sí mismos, los autores más nobles del Nuevo Testamento, tomaron este título para sí mismos y se lo extendieron a los más nobles de sus hermanos y así, se refirieron a aquellos que los seguirían como los líderes de la Iglesia, somos esclavos de Dios, esclavos de Jesucristo.
Varias veces en el libro de los Hechos, se hace referencia a los creyentes como a esclavos. Esto es coherente a lo largo de todo el Nuevo Testamento. No obstante, quizás hay un uso sorprendente de la palabra en el libro de Apocalipsis. Acompáñeme al libro de Apocalipsis. Quizás, no piense que este libro triunfal es un lugar en el que se habla de la esclavitud, pero aquí hay otra manera y otro lugar en el Nuevo Testamento en donde el Espíritu de Dios ha considerado que veamos la identificación amplia de la esclavitud.
La revelación, o el Apocalipsis, versículo 1, capítulo 1 de Jesucristo, que Dios le dio para que mostrase a Sus esclavos. Esto se extiende más allá de la era del Nuevo Testamento, más allá de los apóstoles, más allá de aquellos a quienes los apóstoles les dieron un honor elevado. Más allá de aquellos que siguieron a los apóstoles. Ahora, estamos extendiendo esto al gran cuerpo de gente que vendrá y le da esta revelación gloriosa de la gloria de Cristo contenida en este libro. Es a Sus esclavos que esta verdad debe ser comunicada, la palabra es esclavos.
Si usted va al capítulo 7 por un momento, y no vamos a seguir haciendo esto por mucho tiempo, pero usted ve en el capítulo 7 cómo Dios pronuncia protección sobre Su pueblo durante el tiempo de la tribulación. Versículo 3: “no hieras a la tierra o al mar o a los árboles hasta que hayamos sellado a los esclavos de nuestro Dios en sus frentes.” Estos son los 144,000 en el futuro, durante el tiempo de la tribulación que todavía son llamados esclavos.
El capítulo 10 de este libro de libro de Apocalipsis, versículo 7: “en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él esté a punto de sonar, entonces el misterio de Dios se acabará como fue predicado a sus esclavos, los profetas.” Los profetas fueron sus esclavos en el pasado. La gente del futuro también son sus esclavos. Y simplemente, continúa así a lo largo del libro de Apocalipsis. El pueblo de Dios es identificado como esclavos.
De hecho, observe por un momento capítulo 19. Este es el capítulo en el que el Señor regresa, esta es la gran culminación. “Una gran voz,” versículo 1, “una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus esclavos de la mano de ella.” Esclavos… Todavía serán esclavos de Cristo en el futuro. Y Él, esto es nuestro Señor mismo, vengará la sangre de Sus esclavos.
Vayamos al cielo en Apocalipsis 22. Apocalipsis 22, encontramos un vistazo del cielo y en el versículo 3, parte del cielo es que ya no habrá maldición ahí y el trono de Dios y del Cordero estará ahí y Sus, y aquí está la palabra otra vez, “esclavos le servirán y verán Su rostro y Su nombre estará en sus frentes.” Si un esclavo trataba de huir, una de las maneras en las que lo castigaban era colocando “FUG” fugitivus, marcándolo como un fugitivo.
Bueno, como esclavos vamos a tener algo en nuestras frentes. No será fugitivo, será su propio nombre, a quien servimos. Versículo 6: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado Su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Fueron esclavos en el pasado, serán esclavos en el futuro, esclavos en el cielo. Somos Sus esclavos ahora que estamos siendo instruidos por el libro de Apocalipsis, que estas cosas sucederán. Nunca dejaremos de ser esclavos. Nunca.
Ahora, habiendo dicho eso a manera de introducción, y eso es todo lo que es, ¿qué caracterizaba a un esclavo? Y voy a resumirlo aquí, eso espero. Permítanme darle cinco cosas en que pensar. ¿Muy bien? Una, posesión exclusiva. Posesión exclusiva. Un siervo podía ser contratado y renunciar. Un esclavo era posesión de alguien. Eso significa posesión exclusiva, porque él fue comprado por precio. ¿Acaso eso se oye como palabras del Nuevo Testamento?
Dos, disponibilidad y obediencia completa y constante. Disponibilidad y obediencia completas y constantes. Tres: sujeto a una voluntad que no era la suya. Ningún hombre puede ser esclavo de dos amos, ¿verdad? Imposible. Usted puede tener dos jefes en su trabajo. Usted puede tener un trabajo en el día y un trabajo en la noche. Pero usted no puede tener dos amos que tengan control total sobre usted, porque ambos son dueños de usted y todo el mundo sabía eso, esa es la razón por la que esa afirmación es tan clara. Ningún hombre puede ser esclavo de dos amos.
Entonces, posesión exclusiva de un amo, disponibilidad y obediencia completas y constantes a ese amo único y simple en el sentido de que es singular. Llamémosla devoción singular a ese amo único. Esas son palabras del Nuevo Testamento, ¿no es cierto? Amarás al Señor tu Dios con ¿qué? Con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas. No tengas otro Dios. Has todo por agradarle, por honrar a Cristo.
Cuarto, el esclavo dependía de manera total de su amo para todo… Para todo. Absolutamente todo. Y, en quinto lugar, toda disciplina y recompensa venía de ese amo único. Eso era lo que era ser un esclavo. Usted era poseído por una persona. Usted tenía que estar disponible y ser obediente de manera completa y constante a ese único amo. Usted tenía una razón de ser consumidora, una razón porque vivir; y eso era para agradar a ese amo. Usted dependía de ese amo absolutamente para todo. Y toda disciplina y recompensa era el resultado de la discreción de ese amo.
Todo eso está conectado de manera directa a lo que significa ser un esclavo de Jesucristo. Somos posesión de Él porque hemos sido comprados por precio. Estamos en una posición de disponibilidad y obediencia completas y constantes a ese maestro aún al grado en el que podemos decir: “no se haga mi voluntad, sino la Tuya todo el tiempo.” Somos singulares en nuestra devoción y eso significa que no tenemos a otro amo que obedecer y a ningún otro amo a quien servir. Y esa es la razón por la que el Nuevo Testamento dice que usted no puede, y estas son las palabras de Jesús, “usted no puede servir a Dios y al dinero”. Usted no puede servir a Dios y a algo más.
En cuarto lugar, como creyentes nosotros dependemos de manera total de un solo amo para todo: protección, provisión, ahora y en el futuro. Somos totalmente dependientes de Él. Eso también es lo que significa ser un cristiano. Nosotros únicamente tenemos los recursos espirituales que nos son provistos por parte de nuestro Amo. Y toda disciplina y recompensa viene de ese Amo. Eso es lo que significa ser un cristiano.
No puedo decirle cuántos años han pasado en los que he discutido con personas acerca del Señorío de Cristo. Permítame decirle algo que es realmente simple. Kurios y doulos son dos palabras que describen ambos lados de una relación. Si hay un esclavo, permítame decirle algo, hay un Señor. Si hay un Señor, hay un amo. Si hay un amo, hay un esclavo. Usted no se llama a sí mismo amo si usted no tiene un esclavo y usted no es un esclavo si usted no tiene un amo. Esa es la razón por la que el Nuevo Testamento nunca ni siquiera se molesta por defender la idea, por así decirlo, de que, si usted, cuando viene a Cristo, Él es su Señor o no. Eso es obvio.
Cuando usted confiesa a Jesús como Señor, usted al mismo tiempo se está confesando a sí mismo como Su esclavo. Cuando usted confiesa a Jesús como Señor, usted al mismo tiempo está confesando ser Su esclavo. No hay otra manera de verlo. Kurios y doulos son dos lados de la relación. Un esclavo es alguien cuya vida le pertenece de manera total a alguien más, posesión absoluta, control absoluto, sujeción absoluta, obediencia absoluta, lealtad absoluta, dependencia absoluta. La esclavitud entonces fue una relación social entre dos personas en donde una no tenía nada, no podía pedir nada y no recibía nada fuera de lo que su amo autorizara, deseara y proveyera.
Ahora, si usted no entiende esa idea de la esclavitud y muchos de nosotros no la entendemos porque ha sido escondida de nuestro texto en inglés, es difícil realmente entender la esencia de lo que realmente es ser un cristiano. Usted es un esclavo de Jesucristo. Usted es posesión de alguien más. Usted ha sido comprado por Su sangre, Hechos 20. Usted ha sido comprado no con oro ni plata, sino con ¿qué? Primera de Pedro 1:18 y 19, la sangre preciosa de Jesucristo. Usted ha sido comprado, Apocalipsis 5:9. Usted no tiene derechos independientes. Los esclavos no tenían derechos. Los esclavos no eran dueños de nada. Ellos no podían ser dueños de su propia propiedad. A los ojos de la ley, no eran ciudadanos. No podían servir como funcionarios públicos. Ellos estaban de manera completa bajo la discreción y la provisión y la protección y el cuidado y el abuso, en un sentido terrenal, de su dueño.
El Nuevo Testamento, escuche, no condena a la esclavitud. No lo hace. El Nuevo Testamento no recomienda a la esclavitud, simplemente, reconoce que existe. Mire, el Nuevo Testamento la regula, les dice a los esclavos cómo actuar si son cristianos y les dice a los amos cómo actuar si son cristianos. Los esclavos deben servir como si estuvieran sirviendo a Cristo. ¿No leyó eso usted ahí en Efesios 6:5 y 6?
Y los amos deben conducirse a sí mismos con sus esclavos de una manera que honre a Cristo. Y eso se manifiesta en el pequeño libro maravilloso de Filemón. Colosenses 3 dice lo mismo. Observe Colosenses 3:22. Colosenses 3, “esclavos,” y él le está hablando a aquellos que de hecho son esclavos, “esclavos, obedeced en todos vuestros amos en la tierra.” Esa es la manera en la que el sistema funciona, hazlo.
Aquí usted tiene indicado de manera muy clara que el Nuevo Testamento no llama a la abolición de la esclavitud. No la condena, no la recomienda. “Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no con servicio externo como aquellos que meramente agradan a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor; y todo lo que hagáis, hacedlo como para el Señor, en lugar de hacerlo como para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia.”
Después, me encanta esto: “es al Señor Cristo a quien servís.” Eso no es lo que dice. “Es el Señor Cristo a quien vosotros estáis esclavizados.” Esclavizados. En otras palabras, debido a su esclavitud a Cristo, usted debe conducir su esclavitud terrenal de una manera que honre a Cristo. Si usted es un amo, usted debe conducir su cuidado de los esclavos de una manera que honre a Cristo. Si usted es un esclavo, usted debe conducir su vida de una manera que honre a Cristo. El Nuevo Testamento no lo condena, no lo recomienda, pero lo regula al llamar al nivel más elevado de conducta que honra a Cristo. Y, por lo tanto, el Nuevo Testamento condena todo abuso en ambos lados.
Había una gran ventaja en ser un esclavo de un amo benevolente, amable, generoso y compasivo. No puedo pensar en una mejor vida. En la Iglesia, los esclavos y los amos se mezclaban. Por cierto, usted no podía identificarlos por cómo se vestían. Y si no hubieran sido un fugitivo y hubieran sido sellados, usted no habría sabido quién era esclavo y quién no lo era. Y en la Iglesia, Gálatas 3:28: “en Cristo no hay ni esclavo ni libre, todos son uno.”
Pero el cristianismo no derroca a la estructura social. El cristianismo no fue un movimiento de reconstrucción social. Por cierto, si el cristianismo existe para abolir la esclavitud, entonces Jesús y los apóstoles fracasaron de manera miserable. Son culpables de un fracaso enorme. Ellos no abolieron la esclavitud. En lugar de abolir la esclavitud - esto es sorprendente - el Espíritu de Dios tomó la metáfora del esclavo porque fue la mejor metáfora para describir nuestra relación personal con Cristo. Él nos compró, Él es nuestro dueño. Estamos entregados a Él y solo a Él. A ser obedientes a Él en todo momento, no tenemos voluntad propia, sino la de Él. Él es nuestro Señor, lo confesamos como Señor. Eso es exactamente lo que Él demandó.
¿Usted se acuerda de las palabras de Lucas 9:23? Las hemos repetido tantas veces. “Si alguno debe venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo.” Esas son palabras de esclavo. Esas son palabras de esclavo. Tome su cruz y sígame. Es el final de usted. Es el final de su vida, usted está acabado. Se terminó, se acabó. Ahora, usted es el esclavo de Jesucristo. Y eso no es gravoso. Jesús dijo: “tomad Mi yugo, porque Mi yugo es,” ¿qué?, “Porque Mi yugo es fácil y ligera es Mi carga y hallaréis descanso.”
Un esclavo podría haber tenido cierto estatus, pero el estatus que el esclavo tenía, estaba relacionado con quién era su amo. Esa es la razón por la que era un honor ser parte de la casa de César, aunque usted fuera un esclavo. Usted era un esclavo al nivel más alto. Y no tenemos honor para nosotros mismos fuera de ese honor que viene a nosotros debido a quién es nuestro amo, ¿verdad?
Y esa es la razón por la que los apóstoles podían decir: “soy esclavo de Dios, soy un esclavo de Jesucristo.” De ahí venía el honor. Y me someto a Él para todas mis necesidades, dependo de Él como mi protector y mi proveedor; y me someto a toda Su disciplina por mis fracasos y mi desobediencia, para que Él me conforme más y más a Su voluntad y me someto a Él para que algún día, me de esa recompensa que Él determine que es apropiada darme a mí cuando yo venga delante de Él y oiga: “bien, buen esclavo y fiel.” Que Él me de lo que Él quiera.
Y, por cierto, usted va a ser esclavo de alguien. Ser un esclavo de Jesucristo va más allá de cualquier tipo de esclavitud que cualquier persona jamás conoció porque este amo, escuche esto, nos hace hijos y nos da todos los derechos de sus propios hijos. Él nos adopta en Su familia, nos llama coherederos con Cristo, nos lleva al cielo, en donde gobernamos y reinamos desde Su propio trono y Él derrama todas las riquezas abundantes en Su posesión por los siglos de los siglos para nuestro propio gozo no mitigado y su propia gloria. ¿Quién no querría ser un esclavo bajo ese Amo? ¡Qué gozo ser un esclavo de Jesucristo!
Padre, Te damos gracias en esta noche por ayudarnos a ver algo que quizás no hemos visto con tanta claridad en el pasado. Somos esclavos, gustosamente, gozosamente, que hemos sido comprados, sacados de otra esclavitud, la esclavitud al pecado y a la muerte y al infierno. Hemos sido comprados, redimidos del mercado de la esclavitud de las almas bajo el poder y la autoridad del diablo mismo. Nos hemos convertido en Tu propia posesión comprada.
Queremos obedecerte como nuestro Señor, nuestro Amo. Queremos agradarte en todo lo que hacemos. Nunca querríamos tener a otro Amo. No queremos tener dobleces. No trataremos de servirte a Ti y al mundo. Únicamente, Te serviremos a Ti sabiendo que Tú proveerás todo lo que necesitamos y más, que nos has dado promesas preciadas de que harás eso ahora y para siempre; y que nos has hecho no sólo esclavos, sino hijos; no solo hijos, sino coherederos; no sólo coherederos, sino gobernantes que reinarán contigo para siempre y sobre quienes todas las glorias de la eternidad serán derramadas.
Somos esclavos que somos amados. Somos esclavos que somos amados por nuestro amo. Te amamos, Te correspondemos en ese amor, oh Señor, y deseamos servirte y amarte con todos nuestros corazones en una devoción singular, sin distracciones y volvemos a comprometernos con eso porque Te amamos y porque Te honra y Te agrada. Gracias por el privilegio y todo lo que nos das, de lo cual somos tan indignos. En el nombre de Cristo. Amén.
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Vamos a pasar a un tema en el Nuevo Testamento que conforme pienso en él, ha sido pasado por alto e ignorado en gran parte; y he llegado a ser consciente de esto en los meses recientes. No pasaron muchos meses atrás, cuando estaba volando en uno de esos jets jumbo de Los Ángeles a Londres, en el proceso de leer un libro que trataba con el tema de la esclavitud en la época del Nuevo Testamento y en el texto del Nuevo Testamento. Y me puso a pensar en todo tipo de direcciones. De hecho, terminé el libro en el vuelo y estaba tan cautivado por este tema en particular. Ser un esclavo de Cristo puede ser la mejor manera de definir a un cristiano. Somos, como creyentes, esclavos de Cristo. No obstante, usted nunca sospecharía eso a partir del lenguaje del cristianismo.
En el cristianismo contemporáneo, el lenguaje es todo menos lenguaje de esclavo. Es acerca de la libertad. Tiene que ver con la liberación, tiene que ver con la salud, la riqueza, la prosperidad. Con encontrar su propia satisfacción, con cumplir su propio sueño. Encontrar su propio propósito. Con frecuencia, oímos que Dios lo ama a usted de manera incondicional y quiere que usted sea todo lo que quiere ser. Él quiere cumplir toda ambición, todo deseo, toda esperanza, todo sueño. De hecho, hay libros que se están escribiendo acerca de los sueños como si fueran regalos de Dios, que Dios, habiéndolos dado, entonces tiene la obligación de cumplirlos.
La satisfacción personal, la liberación personal, la realización personal, todas se encuentran encerradas en un término antiguo en el cristianismo evangélico, “una relación personal”. ¿Cuántas veces hemos oído que el Evangelio ofrece a la gente una relación personal con Jesucristo? ¿Qué es exactamente lo que eso significa? Satanás tiene una relación personal con Jesucristo y no es una muy buena. Todo ser vivo tiene una relación personal con el Dios vivo de un tipo u otro, llevando a un fin u otro.
Pero, ¿cuál es exactamente nuestra relación con Dios? ¿Cuál es nuestra relación con Cristo? ¿Cómo la podemos entender mejor? Bueno, si usted lee el Nuevo Testamento en su texto original, usted realmente terminaría asombrado por lo diferente que es el texto original de cualquier versión en inglés que usted jamás haya leído. Sea la versión King James, la Nueva Versión King James, la Nueva Versión Americana, ESV, NIV y usted puede nombrar el resto.
Todas ellas, virtualmente han encontrado una manera de enmascarar algo que es un elemento absolutamente crítico de la verdad. De hecho, la palabra esclavo aparece en el Nuevo Testamento ciento treinta veces en el texto original. Usted la va a encontrar una vez en la versión King James. Una vez, la palabra griega esclavo es traducida esclavo. Usted la encontrará traducida “esclavo” unas cuantas otras veces en otros textos, como el texto de la Nueva King James, inclusive el texto de la New American Standard y será traducida esclavo cuando uno se refiere a la esclavitud en sí o dos, se refiere a algún tipo de esclavitud, a una realidad no animada. Pero cuando es personalizada, los traductores parecen no estar dispuestos a traducirla esclavo.
Por ejemplo, en Mateo 6:24, Jesús dijo esto: “ninguno puede ser un esclavo de dos amos.” ¿Qué es lo que dice su Biblia? Ninguno puede servir a dos amos, a dos señores. La palabra favorita para esclavo es siervo. La palabra favorita en inglés. Con mucha frecuencia, es usada “consiervo”, la cual tiende a moverse en la dirección correcta, pero no es exactamente esclavo. Usted tiene una palabra usada ciento treinta veces en el Nuevo Testamento, usted tiene otros usos de esa palabra con una preposición, sundoulos, lo cual significa colegas esclavos, usada una docena de veces. Usted tiene la forma verbal usada otras aproximadamente doce veces.
Entonces, usted tiene por lo menos ciento cincuenta y más usos, simplemente de tres de las palabras y hay otras en el grupo con la raíz -doul en inglés para doulos. Hay unas veinte traducciones establecidas en inglés del Nuevo Testamento. Unas veinte. Sólo una, sólo una siempre traduce “doulos” como esclavo. Sólo una y es una traducción del Nuevo Testamento escrita por un gran erudito en el griego del Nuevo Testamento que estudió los papiros originales y cosas así llamado E.J. Goodspeed.
¿Ha oído usted alguna vez de la traducción Goodspeed? Goodspeed es un erudito bien conocido. Durante quince años, él fue un profesor pionero de griego del Nuevo Testamento en la Universidad de Chicago. La traducción Goodspeed siempre traduce doulos como esclavo; y cuando usted la lee, le da a usted un sentido totalmente diferente de nuestra relación con Cristo. Usted tiene una relación personal con Jesucristo. Usted es Su esclavo. Eso es decirlo de la manera más simple que puedo decirlo.
Hay seis palabras por lo menos para siervo. Doulos no es una de ellas. Está la palabra diakonos, de la cual obtenemos diácono; la palabra oiketes relacionada a oikos, casa, un siervo de la casa. La palabra heis que tiene que ver con uno que sirve al instruir a los jóvenes. Huperetes, un siervo de nivel bajo, de tercer nivel, un siervo que está por debajo de otros, literalmente un remero, bajo. El esclavo en una galera de tercer nivel, alguien que jalaba un remo en la parte de abajo de una gran nave, de un gran barco. Leitourgos, otro tipo de servicio, normalmente asociado con la religión; paidiske y quizás, misthios que puede ser traducida ministro. Hay bastantes palabras para siervo. Sólo hay una palabra para esclavo, doulos y sundoulos. Sin embargo, en la historia de la traducción evangélica del griego al inglés, todos los traductores, de manera coherente, han evitado el uso de la palabra.
Ahora, usted podría sugerir que por lo tanto es disputado, que quizás doulos no es de manera tan clara esclavo, pero ese no es el caso. No obstante, lo evitan. Doulos no es un término ambiguo en absoluto. Están tratando de evitar algo. No tiene que ver con una ausencia de información lingüística, bien podría ser una falta de valentía, de convicción. Como dije, usan esclavos y literalmente, se refiere a un esclavo. Esclavo físico. O si se refiere a esclavitud, a un objeto inanimado como ser un esclavo del pecado, o un esclavo de la justicia.
Pero cuando se refiere a una relación personal con Dios o Jesucristo, se retraen de la palabra esclavo inevitablemente y usan alguna forma de la palabra siervo. Esto es cuestión de preferencia en todos los casos por acomodarse. Y nos preguntamos por acomodarse a ¿qué? Bueno, supongo que por acomodarse a los estigmas que van de la mano con la esclavitud. Hace un par de meses atrás, estuve en una conferencia de pastores en Carolina del Norte y tuve una sesión de preguntas y respuestas con algunos pastores. Y un pastor muy amable se puso de pie, era un pastor de color y me dijo: “¿cómo debo comunicarle a mi congregación que son esclavos de Jesucristo, cuando la esclavitud es una parte tan desagradable de nuestro pasado?” Y él realmente había colocado el dedo en la llaga. Me atrevería a decir que la esclavitud probablemente es una parte desagradable del pasado de toda persona. No es más desagradable para un pastor de color, quien está a tres o cuatro o cinco generaciones distante de la esclavitud en sí, de lo que es para mí, quien estoy igualmente alejado de la esclavitud. Pero es tan desagradable para mí el comprar y vender a humanos de la manera en la que los comerciantes de esclavos lo hicieron.
Nadie piensa de manera muy positiva en esclavitud. Pero cuando usted llega al Nuevo Testamento, usted no puede evadirlo. Abra su Biblia, si es tan amable, en Efesios, capítulo 6. Efesios, capítulo 6. Y no vamos a poder desarrollar todo esto, este es un tema enorme y no voy a tratar de hacer demasiado. Los mantuve aquí un poco más de tiempo esta mañana. Entonces, los voy a dejar salir un poco más temprano esta noche. Pero únicamente quiero darles algunos principios acerca de esto.
En el sexto capítulo de Efesios, usted tiene una ilustración en donde esclavo es usada y es usada porque el apóstol Pablo, al escribirle a la Iglesia en Éfeso y a todos los demás creyentes que leerían esto, sabe que él se está dirigiendo a esclavos. Entonces, él se dirige a ellos en el versículo 5 de Efesios 6 conforme se dirige a sus amos en el versículo 9. Y aquí no hay resistencia alguna por parte de los traductores del Nuevo Testamento por usar la palabra esclavo en algunas versiones, porque él está hablándole a esclavos.
“Siervos,” o esclavos, “obedeced a aquellos que son vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como esclavos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios.”
Ahí usted tiene la introducción a la frase esclavos de Cristo. Esclavos de Cristo. Eso no es sólo verdad de los esclavos en sí, sino que es verdad de todos nosotros. Y los traductores de la versión NASB están cómodos con utilizar la palabra “esclavo de Cristo” en lugar de siervos de Cristo porque ese uso metafórico depende del uso literal de esclavos, a quienes se dirige en el versículo 5. Entonces, realmente no pueden evadirlo. Entonces, tenemos una traducción honesta de doulos, esclavos de Cristo, en un sentido, forzados por el objeto obvio de la afirmación que es de hecho esclavos.
Pasea 1 Corintios capítulo 7 y regresaremos y haremos referencia a otras cosas en este texto más adelante. Pero en 1 Corintios capítulo 7 usted tiene una situación muy parecida en donde en el versículo 22, Pablo está regulando las relaciones humanas de la gente una vez que han venido a Cristo.
En este capítulo, habla mucho de lo que usted debe hacer si usted está casada con un incrédulo, qué hacer si usted es una viuda, qué hacer si usted es una virgen o qué hacer si su padre tiene una hija virgen. ¿Qué hace usted si ha perdido a su cónyuge? ¿Debe volverse a casar y con quién debe volverse a casar? Todo tiene que ver con estas relaciones ahora que usted está en Cristo. Y él habla de aquellos que son esclavos. El que es llamado en el Señor mientras que era esclavo en un sentido es el libre del Señor.
De la misma manera, el que fue llamado mientras que era libre, es esclavo de Cristo. Ahí usted tiene otra vez la misma clase, esclavos de Cristo. Y ahí de nuevo, no hay resistencia alguna por parte del traductor por decir esclavo, porque él está hablando de esclavos en sí. Y en el versículo 23 lo presenta de manera muy clara. Y en el versículo 23 presenta de manera muy clara lo que constituye la esclavitud. Por precio habéis sido comprados.” No hay una expresión más clara en términos de lo que significa ser un esclavo. Significa ser posesión de alguien más. Significa ser posesión de alguien más. Esta palabra doulos, en el griego, nunca debe ser traducida nada más que esclavo. Nunca.
¿Se acuerda usted de estas palabras? Mateo 25:21, “bien, buen,” ¿qué?, “Y fiel.” Buen siervo y fiel. Eso es lo que usted ha leído toda su vida. Esta no es la palabra para siervo. Esa no es ninguna de las seis palabras para siervo. Esta es doulos, bien, buen esclavo y fiel. Y la versión NASB es fiel a esa traducción. Bien, buen esclavo y fiel. ¿Por qué? Porque es extraída de una parábola enseñada por nuestro Señor acerca de un hombre que tuvo esclavos. Entonces, cuando en un sentido, el Nuevo Testamento se ve forzado, en cierta manera, a reconocer que la metáfora, la analogía o el objeto de la afirmación es de hecho un esclavo, entonces, mantiene el lenguaje de esclavo. Pero en otros casos, lo cambian lo más rápido que pueden.
Ahora, el problema con esto es que oscurece la claridad y el poder y la riqueza de esta metáfora. Usted entendería eso. Cuando usted le da a alguien el Evangelio, usted le está diciendo: “me gustaría invitarte a convertirte en un esclavo de Jesucristo. Me gustaría invitarte a ceder tu independencia, me gustaría invitarte a entregar tu independencia, a entregar tu libertad, a someterte a una voluntad que no es la tuya, a abandonar todos tus derechos, a ser posesión de, a ser controlado por el Señor.” Ese es realmente el Evangelio. Estamos pidiendo a la gente que se convierta en esclavos. No oigo a muchos términos de esclavo en la actualidad como éstos. ¿Usted sí? Hemos estado usando a la ligera la palabra doulos y hemos oscurecido este significado preciso y cimiento sustancial para entender la teología bíblica.
Ahora, no sea que usted piense de nuevo que quizás estoy sobre enfatizando este uso estrecho de la palabra doulos, la rastreé a lo largo de todos los lexicones que son fuentes que analizan el significado original de las palabras griegas. El resumen de todo eso está mejor contenido en un conjunto masivo de libros escritos por Kittel o editados, recolectados por Kittel, la cual es la última palabra y más que la última palabra, suficiente y más que suficiente de lo que usted jamás quiso saber. Y en Kittel esto es lo que nos dice el artículo de doulos. “Todas las palabras del grupo de la raíz doulos describen el estatus de un esclavo, el significado es inequívoco. El significado está contenido en sí mismo.”
Y aquí hay algo que Kittel nunca dice: es superfluo dar ejemplos o rastrear la historia. Ni siquiera está abierto a debate. Y continúa diciendo, y esta es una fuente muy técnica, describe este doulos, un tipo de servicio que no es cuestión de alternativa, no es opcional para el que presta el servicio. Un tipo de servicio que tiene que ser desempeñado le guste o no, describe a uno que está sujeto de manera total a una voluntad diferente a la de él, la voluntad del dueño y dependencia total y absoluta de ese dueño. Eso es lo que la palabra significa. Es la palabra para esclavo.
Ahora, vayamos al mundo griego y romano, del Nuevo Testamento. Cuando decimos esclavo, tenemos una repulsión más bien distante en términos históricos hacia la palabra esclavo. Si usted piensa que esa es una palabra difícil de aceptar para nosotros, imagínese cuán difícil fue para aquellos que vivían en medio de la esclavitud el asimilar esa idea. Cuando un pastor me dice: “¿cómo puedo hablarle a mi gente de ser esclavos a Cristo cuando en su historia pasada tienen los abusos de la esclavitud?”
Bueno, si usted piensa que eso es difícil, ¿cómo es que Jesús y los apóstoles del Nuevo Testamento le podían hablar a la gente viviendo en medio de una sociedad dominada por la esclavitud? Diez a doce millones de esclavos en ese entonces, ¿acerca del hecho de que ser un cristiano era ser un esclavo de Jesucristo? No habría ninguna idea nebulosa distante de lo que ellos quisieron decir. Ellos sabían exactamente lo que eso significaba, precisamente lo que significaba.
Ahora recuerde, para los griegos, la gente elevada, la ciudadanía o la libertad era el pináculo de la vida. La dignidad personal estaba pegada a la libertad, ser un doulos era lo peor, era lo opuesto. Permítame contarle acerca de los esclavos en el mundo greco romano. Ellos no tenían libertad. Ellos no tenían derecho. Ellos no tenían posesiones, no poseían nada. Ellos no tenían recurso legal en las cortes. Ellos no podían dar testimonio como un testigo en un caso legal. No tenían ciudadanía. No tenían posibilidad de hacer lo que ellos querían hacer. No se les preguntaba: “¿A ver, señor esclavo, ¿qué le gustaría hacer para estar satisfecho?” A ellos no se les preguntaba: “¿cuál cree usted que es su propósito? ¿Podría usted soñar su sueño para que yo, su amo, pudiera cumplírselo?” Absurdo. No tenían opción acerca de nada. Ellos no poseían nada. Ellos no podían ser ciudadanos y no podían formar parte del ejército. Ellos dependían de manera total de la persona que era su dueño.
No significa que ellos no tenían ningún beneficio. Se les proveía todo lo que necesitaban, eran protegidos, eran cuidados. Se les daba lo que necesitaban. En muchos casos, eran tratados con amabilidad, con compasión, eran amados dentro de las familias. Pero para el griego y para el romano, filosófica y socialmente, la libertad es el pináculo de la vida. Entonces, los hombres libres únicamente menospreciaban a los esclavos y los esclavos anhelaban ser libres.
Por cierto, no podemos encontrar en la literatura griega, y hay mucha literatura griega religiosa, porque eran muy religiosos, ellos tenían a muchos dioses, como sabemos. Usted se acuerda del Areópago, en Atenas. Ellos tenían estatuas a dioses que ni siquiera conocían, como también a aquellos que pensaban que conocían. Muy, muy religiosos. Nunca en el idioma religioso de ese mundo puede encontrarse el uso de la palabra doulos para describir la relación entre un adorador y su dios. Ellos usaban philos, amigos. Eran amigos de Dios, no eran esclavos de sus deidades. Eso era repulsivo para ellos. Eso era repugnante para ellos. Ellos amaban la libertad.
Entonces, la idea de venir en ese mundo y anunciarle a la gente que debes convertirte en un esclavo de Jesucristo era simplemente otra manera de presentar el mensaje para hacerlo imposible de creer. Nadie va a alinearse para convertirse en el esclavo de nadie. Los esclavos ya estaban cansados de la esclavitud. Los hombres libres no tenían nada más que menosprecio hacia la esclavitud.
Sin embargo, al Nuevo Testamento no retiene absolutamente nada. Somos llamados a ser esclavos. Ahora, la diferencia entre un esclavo y un siervo es obvia. Es obvia. Los siervos eran contratados para trabajar para ganar un sueldo. Los siervos eran contratados para trabajar y ganar un sueldo y podían renunciar. Se les pagaba un salario por un trabajo. Los esclavos eran posesión de alguien más. Y no podían renunciar. Si huían, y eran encontrados, eran arrestados, eran azotados. Y hay todo tipo de escritos antiguos acerca de los azotes de los esclavos y peor, algunas veces, algunas veces, muchas veces, crucificados públicamente. Como una demostración para el resto de los esclavos de lo que les podía pasar si huían.
Una de las grandes historias de un esclavo que huyó es el libro de Filemón en el Nuevo Testamento, ¿verdad? De hecho, el apóstol Pablo alentó a Onésimo, el esclavo que huyó cuando lo conoció, a que regresara a casa, porque eso era lo correcto y él alentó a Filemón a tratarlo con amor, con compasión, con amor y a abrazarlo, a recibirlo.
A pesar de esta realidad de la esclavitud y debido a que es tan desagradable y lo ha sido por mucho tiempo, los traductores del Nuevo Testamento han hecho lo que han podido por editarlo. A mí me encantaría si usted tiene la oportunidad de encontrar una copia de la traducción de Goodspeed. Quizás, encuentre una en la biblioteca. No es una traducción muy popular y obviamente, una traducción realizada por un hombre carece de algo de la riqueza de una que es llevada a cabo por un grupo de hombres que pueden considerar las opiniones unos de otros. Pero usted va a descubrir que es muy interesante. El apóstol Pablo, por ejemplo, no se vio a sí mismo, como lo dice un escritor, como el gran fundador del cristianismo. Él no se vio a sí mismo de esa manera. Él se vio a sí mismo como el esclavo de Dios y el esclavo de Cristo.
Permítame tan sólo ver esto de la mejor manera que pueda. Y estamos limitados debido a la traducción de la NASB, pero observe Romanos 1:1. Es casi como si los traductores se ahogaron con la palabra esclavo y realmente hicieron lo que pudieron por reemplazarla. Entonces, en Romanos 1:1, es Pablo, siervo de Cristo Jesús. De hecho, es la palabra doulos, un esclavo de Cristo Jesús. Esa fue su presentación formal, un esclavo de Cristo Jesús. Y con gusto, lo hizo. Filipenses, capítulo 1, versículo 1, él incluye a Timoteo, “Pablo y Timoteo,” y de nuevo en la NASB y en otras traducciones es siervos, el griego es esclavos de Cristo Jesús.
Ahí atrás en Gálatas, capítulo 1 y en el versículo 10, Pablo lo vuelve a decir al final del versículo. Él dice: “si estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería esclavo de Cristo.” Ahora, él entendió lo que significaba la esclavitud. Únicamente hago lo que agrada a mi amo. Ese es el enfoque singular de ser un esclavo. Usted no tiene que agradar a mucha gente, usted únicamente tiene que agradar a una persona.
Esa metáfora es crítica para entender nuestra relación con el Señor. Si vamos a hablar de una relación personal con Cristo y con Dios, entonces nuestra relación personal es que somos esclavos. Esa es la mejor manera de definir esa relación. Y Pablo aquí nos dice que significa que únicamente lo agradamos a Él. Él le dice los corintios: “tengo como mi ambición el serle agradable”. Se redujo a esto. Haz lo que dice Él y haz lo que le agrada a Él. Es así de simple. Eso es lo que hizo un esclavo. Realmente, sólo hay dos posibilidades. Si había un mandato directo, usted lo obedecía. En donde no había un mandato directo, usted buscaba una manera de hacer lo que agradara al amo. Usted lo obedecía y usted lo agradaba.
En su carta a Tito, de nuevo, presentándose a sí mismo en Tito, capítulo 1, él dice: “Pablo, esclavo de Dios.” Él es un esclavo de Dios, él es un esclavo de Cristo. Él no está sólo, observe Santiago… Santiago, esclavo de Dios, y me encanta esto, y del Señor Jesucristo. Y este es Santiago, el medio hermano de Jesús. Él no está tratando de elevarse a sí mismo, él no dice “yo soy Santiago el medio hermano de Jesús.” Él dice: “yo soy Santiago, un esclavo de Dios y un esclavo del Señor Jesucristo.”
Eso, claro, es la razón por la que ahí en el capítulo 4 y en el versículo 13, él dice estas palabras conocidas: “vamos ahora, los que decís hoy y mañana iremos a tal y tal ciudad y pasaremos un año ahí, y haremos esto o aquello, cuando no sabéis lo que será vuestra vida mañana. Vuestra vida es sólo un vapor que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. En lugar de lo cual, deberíais decir, si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello.” Esas son palabras de esclavo. Eso es lo que significa estar sujeto a una voluntad que no es la tuya. Judas, lo mismo. Judas, esclavo de Jesucristo.
Ahora, cuando usted llega a Santiago y a Judas y el apóstol Pablo y podríamos incluir a nuestro amado Pedro, 2 Pedro 1, Simón Pedro, un esclavo y apóstol de Jesucristo, usted está hablando de la elite. Usted está hablando de aquellos que están en la cima de la lista espiritual y ellos gustosamente y gozosamente se identificaron a sí mismos como esclavos de Cristo y como esclavos de Dios.
Simplemente, un par de ilustraciones más. Colosenses 1:7, menciona a Epafras y dice nuestro amado consiervo.” Es en el griego nuestro sundoulos, nuestro colega esclavo, Epafras. Ahí adelante, en el capítulo 4, versículo 12, “Epafras, quien es uno de vosotros, un esclavo de Jesucristo.” Ellos no sólo estuvieron dispuestos a asumir el título de ser un esclavo, sino que se lo extendieron a los más nobles creyentes.
En 2 Timoteo capítulo 2, versículo 24, Pablo le está escribiendo Timoteo y le está escribiendo acerca de cómo los pastores deben conducirse a sí mismos y cómo deben ministrar en la Iglesia y servir en la Iglesia. Y él dice en 2 Timoteo 2:24: “el esclavo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, paciente cuando es corregido con mansedumbre, corrigiendo a aquellos que se oponen por si quizás Dios les conceda que se arrepientan, y conozcan la verdad.” Aquí están aquellos que enseñan y guían a la Iglesia que son identificados como esclavos. Esta no es alguna referencia al nivel bajo de creyentes. Lo que estoy tratando de decirle es que los apóstoles tomaron esta identificación para sí mismos, los autores más nobles del Nuevo Testamento, tomaron este título para sí mismos y se lo extendieron a los más nobles de sus hermanos y así, se refirieron a aquellos que los seguirían como los líderes de la Iglesia, somos esclavos de Dios, esclavos de Jesucristo.
Varias veces en el libro de los Hechos, se hace referencia a los creyentes como a esclavos. Esto es coherente a lo largo de todo el Nuevo Testamento. No obstante, quizás hay un uso sorprendente de la palabra en el libro de Apocalipsis. Acompáñeme al libro de Apocalipsis. Quizás, no piense que este libro triunfal es un lugar en el que se habla de la esclavitud, pero aquí hay otra manera y otro lugar en el Nuevo Testamento en donde el Espíritu de Dios ha considerado que veamos la identificación amplia de la esclavitud.
La revelación, o el Apocalipsis, versículo 1, capítulo 1 de Jesucristo, que Dios le dio para que mostrase a Sus esclavos. Esto se extiende más allá de la era del Nuevo Testamento, más allá de los apóstoles, más allá de aquellos a quienes los apóstoles les dieron un honor elevado. Más allá de aquellos que siguieron a los apóstoles. Ahora, estamos extendiendo esto al gran cuerpo de gente que vendrá y le da esta revelación gloriosa de la gloria de Cristo contenida en este libro. Es a Sus esclavos que esta verdad debe ser comunicada, la palabra es esclavos.
Si usted va al capítulo 7 por un momento, y no vamos a seguir haciendo esto por mucho tiempo, pero usted ve en el capítulo 7 cómo Dios pronuncia protección sobre Su pueblo durante el tiempo de la tribulación. Versículo 3: “no hieras a la tierra o al mar o a los árboles hasta que hayamos sellado a los esclavos de nuestro Dios en sus frentes.” Estos son los 144,000 en el futuro, durante el tiempo de la tribulación que todavía son llamados esclavos.
El capítulo 10 de este libro de libro de Apocalipsis, versículo 7: “en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él esté a punto de sonar, entonces el misterio de Dios se acabará como fue predicado a sus esclavos, los profetas.” Los profetas fueron sus esclavos en el pasado. La gente del futuro también son sus esclavos. Y simplemente, continúa así a lo largo del libro de Apocalipsis. El pueblo de Dios es identificado como esclavos.
De hecho, observe por un momento capítulo 19. Este es el capítulo en el que el Señor regresa, esta es la gran culminación. “Una gran voz,” versículo 1, “una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus esclavos de la mano de ella.” Esclavos… Todavía serán esclavos de Cristo en el futuro. Y Él, esto es nuestro Señor mismo, vengará la sangre de Sus esclavos.
Vayamos al cielo en Apocalipsis 22. Apocalipsis 22, encontramos un vistazo del cielo y en el versículo 3, parte del cielo es que ya no habrá maldición ahí y el trono de Dios y del Cordero estará ahí y Sus, y aquí está la palabra otra vez, “esclavos le servirán y verán Su rostro y Su nombre estará en sus frentes.” Si un esclavo trataba de huir, una de las maneras en las que lo castigaban era colocando “FUG” fugitivus, marcándolo como un fugitivo.
Bueno, como esclavos vamos a tener algo en nuestras frentes. No será fugitivo, será su propio nombre, a quien servimos. Versículo 6: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado Su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” Fueron esclavos en el pasado, serán esclavos en el futuro, esclavos en el cielo. Somos Sus esclavos ahora que estamos siendo instruidos por el libro de Apocalipsis, que estas cosas sucederán. Nunca dejaremos de ser esclavos. Nunca.
Ahora, habiendo dicho eso a manera de introducción, y eso es todo lo que es, ¿qué caracterizaba a un esclavo? Y voy a resumirlo aquí, eso espero. Permítanme darle cinco cosas en que pensar. ¿Muy bien? Una, posesión exclusiva. Posesión exclusiva. Un siervo podía ser contratado y renunciar. Un esclavo era posesión de alguien. Eso significa posesión exclusiva, porque él fue comprado por precio. ¿Acaso eso se oye como palabras del Nuevo Testamento?
Dos, disponibilidad y obediencia completa y constante. Disponibilidad y obediencia completas y constantes. Tres: sujeto a una voluntad que no era la suya. Ningún hombre puede ser esclavo de dos amos, ¿verdad? Imposible. Usted puede tener dos jefes en su trabajo. Usted puede tener un trabajo en el día y un trabajo en la noche. Pero usted no puede tener dos amos que tengan control total sobre usted, porque ambos son dueños de usted y todo el mundo sabía eso, esa es la razón por la que esa afirmación es tan clara. Ningún hombre puede ser esclavo de dos amos.
Entonces, posesión exclusiva de un amo, disponibilidad y obediencia completas y constantes a ese amo único y simple en el sentido de que es singular. Llamémosla devoción singular a ese amo único. Esas son palabras del Nuevo Testamento, ¿no es cierto? Amarás al Señor tu Dios con ¿qué? Con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas. No tengas otro Dios. Has todo por agradarle, por honrar a Cristo.
Cuarto, el esclavo dependía de manera total de su amo para todo… Para todo. Absolutamente todo. Y, en quinto lugar, toda disciplina y recompensa venía de ese amo único. Eso era lo que era ser un esclavo. Usted era poseído por una persona. Usted tenía que estar disponible y ser obediente de manera completa y constante a ese único amo. Usted tenía una razón de ser consumidora, una razón porque vivir; y eso era para agradar a ese amo. Usted dependía de ese amo absolutamente para todo. Y toda disciplina y recompensa era el resultado de la discreción de ese amo.
Todo eso está conectado de manera directa a lo que significa ser un esclavo de Jesucristo. Somos posesión de Él porque hemos sido comprados por precio. Estamos en una posición de disponibilidad y obediencia completas y constantes a ese maestro aún al grado en el que podemos decir: “no se haga mi voluntad, sino la Tuya todo el tiempo.” Somos singulares en nuestra devoción y eso significa que no tenemos a otro amo que obedecer y a ningún otro amo a quien servir. Y esa es la razón por la que el Nuevo Testamento dice que usted no puede, y estas son las palabras de Jesús, “usted no puede servir a Dios y al dinero”. Usted no puede servir a Dios y a algo más.
En cuarto lugar, como creyentes nosotros dependemos de manera total de un solo amo para todo: protección, provisión, ahora y en el futuro. Somos totalmente dependientes de Él. Eso también es lo que significa ser un cristiano. Nosotros únicamente tenemos los recursos espirituales que nos son provistos por parte de nuestro Amo. Y toda disciplina y recompensa viene de ese Amo. Eso es lo que significa ser un cristiano.
No puedo decirle cuántos años han pasado en los que he discutido con personas acerca del Señorío de Cristo. Permítame decirle algo que es realmente simple. Kurios y doulos son dos palabras que describen ambos lados de una relación. Si hay un esclavo, permítame decirle algo, hay un Señor. Si hay un Señor, hay un amo. Si hay un amo, hay un esclavo. Usted no se llama a sí mismo amo si usted no tiene un esclavo y usted no es un esclavo si usted no tiene un amo. Esa es la razón por la que el Nuevo Testamento nunca ni siquiera se molesta por defender la idea, por así decirlo, de que, si usted, cuando viene a Cristo, Él es su Señor o no. Eso es obvio.
Cuando usted confiesa a Jesús como Señor, usted al mismo tiempo se está confesando a sí mismo como Su esclavo. Cuando usted confiesa a Jesús como Señor, usted al mismo tiempo está confesando ser Su esclavo. No hay otra manera de verlo. Kurios y doulos son dos lados de la relación. Un esclavo es alguien cuya vida le pertenece de manera total a alguien más, posesión absoluta, control absoluto, sujeción absoluta, obediencia absoluta, lealtad absoluta, dependencia absoluta. La esclavitud entonces fue una relación social entre dos personas en donde una no tenía nada, no podía pedir nada y no recibía nada fuera de lo que su amo autorizara, deseara y proveyera.
Ahora, si usted no entiende esa idea de la esclavitud y muchos de nosotros no la entendemos porque ha sido escondida de nuestro texto en inglés, es difícil realmente entender la esencia de lo que realmente es ser un cristiano. Usted es un esclavo de Jesucristo. Usted es posesión de alguien más. Usted ha sido comprado por Su sangre, Hechos 20. Usted ha sido comprado no con oro ni plata, sino con ¿qué? Primera de Pedro 1:18 y 19, la sangre preciosa de Jesucristo. Usted ha sido comprado, Apocalipsis 5:9. Usted no tiene derechos independientes. Los esclavos no tenían derechos. Los esclavos no eran dueños de nada. Ellos no podían ser dueños de su propia propiedad. A los ojos de la ley, no eran ciudadanos. No podían servir como funcionarios públicos. Ellos estaban de manera completa bajo la discreción y la provisión y la protección y el cuidado y el abuso, en un sentido terrenal, de su dueño.
El Nuevo Testamento, escuche, no condena a la esclavitud. No lo hace. El Nuevo Testamento no recomienda a la esclavitud, simplemente, reconoce que existe. Mire, el Nuevo Testamento la regula, les dice a los esclavos cómo actuar si son cristianos y les dice a los amos cómo actuar si son cristianos. Los esclavos deben servir como si estuvieran sirviendo a Cristo. ¿No leyó eso usted ahí en Efesios 6:5 y 6?
Y los amos deben conducirse a sí mismos con sus esclavos de una manera que honre a Cristo. Y eso se manifiesta en el pequeño libro maravilloso de Filemón. Colosenses 3 dice lo mismo. Observe Colosenses 3:22. Colosenses 3, “esclavos,” y él le está hablando a aquellos que de hecho son esclavos, “esclavos, obedeced en todos vuestros amos en la tierra.” Esa es la manera en la que el sistema funciona, hazlo.
Aquí usted tiene indicado de manera muy clara que el Nuevo Testamento no llama a la abolición de la esclavitud. No la condena, no la recomienda. “Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no con servicio externo como aquellos que meramente agradan a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor; y todo lo que hagáis, hacedlo como para el Señor, en lugar de hacerlo como para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia.”
Después, me encanta esto: “es al Señor Cristo a quien servís.” Eso no es lo que dice. “Es el Señor Cristo a quien vosotros estáis esclavizados.” Esclavizados. En otras palabras, debido a su esclavitud a Cristo, usted debe conducir su esclavitud terrenal de una manera que honre a Cristo. Si usted es un amo, usted debe conducir su cuidado de los esclavos de una manera que honre a Cristo. Si usted es un esclavo, usted debe conducir su vida de una manera que honre a Cristo. El Nuevo Testamento no lo condena, no lo recomienda, pero lo regula al llamar al nivel más elevado de conducta que honra a Cristo. Y, por lo tanto, el Nuevo Testamento condena todo abuso en ambos lados.
Había una gran ventaja en ser un esclavo de un amo benevolente, amable, generoso y compasivo. No puedo pensar en una mejor vida. En la Iglesia, los esclavos y los amos se mezclaban. Por cierto, usted no podía identificarlos por cómo se vestían. Y si no hubieran sido un fugitivo y hubieran sido sellados, usted no habría sabido quién era esclavo y quién no lo era. Y en la Iglesia, Gálatas 3:28: “en Cristo no hay ni esclavo ni libre, todos son uno.”
Pero el cristianismo no derroca a la estructura social. El cristianismo no fue un movimiento de reconstrucción social. Por cierto, si el cristianismo existe para abolir la esclavitud, entonces Jesús y los apóstoles fracasaron de manera miserable. Son culpables de un fracaso enorme. Ellos no abolieron la esclavitud. En lugar de abolir la esclavitud - esto es sorprendente - el Espíritu de Dios tomó la metáfora del esclavo porque fue la mejor metáfora para describir nuestra relación personal con Cristo. Él nos compró, Él es nuestro dueño. Estamos entregados a Él y solo a Él. A ser obedientes a Él en todo momento, no tenemos voluntad propia, sino la de Él. Él es nuestro Señor, lo confesamos como Señor. Eso es exactamente lo que Él demandó.
¿Usted se acuerda de las palabras de Lucas 9:23? Las hemos repetido tantas veces. “Si alguno debe venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo.” Esas son palabras de esclavo. Esas son palabras de esclavo. Tome su cruz y sígame. Es el final de usted. Es el final de su vida, usted está acabado. Se terminó, se acabó. Ahora, usted es el esclavo de Jesucristo. Y eso no es gravoso. Jesús dijo: “tomad Mi yugo, porque Mi yugo es,” ¿qué?, “Porque Mi yugo es fácil y ligera es Mi carga y hallaréis descanso.”
Un esclavo podría haber tenido cierto estatus, pero el estatus que el esclavo tenía, estaba relacionado con quién era su amo. Esa es la razón por la que era un honor ser parte de la casa de César, aunque usted fuera un esclavo. Usted era un esclavo al nivel más alto. Y no tenemos honor para nosotros mismos fuera de ese honor que viene a nosotros debido a quién es nuestro amo, ¿verdad?
Y esa es la razón por la que los apóstoles podían decir: “soy esclavo de Dios, soy un esclavo de Jesucristo.” De ahí venía el honor. Y me someto a Él para todas mis necesidades, dependo de Él como mi protector y mi proveedor; y me someto a toda Su disciplina por mis fracasos y mi desobediencia, para que Él me conforme más y más a Su voluntad y me someto a Él para que algún día, me de esa recompensa que Él determine que es apropiada darme a mí cuando yo venga delante de Él y oiga: “bien, buen esclavo y fiel.” Que Él me de lo que Él quiera.
Y, por cierto, usted va a ser esclavo de alguien. Ser un esclavo de Jesucristo va más allá de cualquier tipo de esclavitud que cualquier persona jamás conoció porque este amo, escuche esto, nos hace hijos y nos da todos los derechos de sus propios hijos. Él nos adopta en Su familia, nos llama coherederos con Cristo, nos lleva al cielo, en donde gobernamos y reinamos desde Su propio trono y Él derrama todas las riquezas abundantes en Su posesión por los siglos de los siglos para nuestro propio gozo no mitigado y su propia gloria. ¿Quién no querría ser un esclavo bajo ese Amo? ¡Qué gozo ser un esclavo de Jesucristo!
Padre, Te damos gracias en esta noche por ayudarnos a ver algo que quizás no hemos visto con tanta claridad en el pasado. Somos esclavos, gustosamente, gozosamente, que hemos sido comprados, sacados de otra esclavitud, la esclavitud al pecado y a la muerte y al infierno. Hemos sido comprados, redimidos del mercado de la esclavitud de las almas bajo el poder y la autoridad del diablo mismo. Nos hemos convertido en Tu propia posesión comprada.
Queremos obedecerte como nuestro Señor, nuestro Amo. Queremos agradarte en todo lo que hacemos. Nunca querríamos tener a otro Amo. No queremos tener dobleces. No trataremos de servirte a Ti y al mundo. Únicamente, Te serviremos a Ti sabiendo que Tú proveerás todo lo que necesitamos y más, que nos has dado promesas preciadas de que harás eso ahora y para siempre; y que nos has hecho no sólo esclavos, sino hijos; no solo hijos, sino coherederos; no sólo coherederos, sino gobernantes que reinarán contigo para siempre y sobre quienes todas las glorias de la eternidad serán derramadas.
Somos esclavos que somos amados. Somos esclavos que somos amados por nuestro amo. Te amamos, Te correspondemos en ese amor, oh Señor, y deseamos servirte y amarte con todos nuestros corazones en una devoción singular, sin distracciones y volvemos a comprometernos con eso porque Te amamos y porque Te honra y Te agrada. Gracias por el privilegio y todo lo que nos das, de lo cual somos tan indignos. En el nombre de Cristo. Amén.
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