Ahora, quiero que vaya al último capítulo del libro de Génesis, capítulo 50. Y vamos a comenzar y después vamos a hacer una especie de panorama retroactivo.
Como usted sabe, estamos en una serie titulada ‘Héroes Inconcebibles’, y hay un libro que ha sido preparado y le será disponible a usted a fines de agosto.
Usted va a disfrutar leer este libro, y estamos viendo algunos de los héroes, algunos de los hombres y mujeres que Dios usó en maneras sorprendentes, quienes al principio no parecieron tener el nivel de influencia que llegaron a tener.
Esta noche vamos a hablar de José. José, porque Dios lo encaminó a bien.
Si usted ve el capítulo 50 de Génesis, versículo 20, José dice, “vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien. Para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” Ustedes pensaron mal, pero Dios lo encaminó a bien.
Eso nos lleva a una característica, a un atributo de Dios que con frecuencia llamamos Su Providencia. Eso significa que Dios cumple sus propios fines, sin importar cuál sea la intención de la gente, sea buena o mala. Dios va a cumplir su fin definitivo.
Y lo que Dios quiere que suceda, en última sucederá. Dios coordina y organiza todas las actividades que aparentemente son independientes, y pensamientos e ideas, y movimientos de gente, las une y las hace armonizar una entre sí para cumplir sus fines definitivos.
Eso nos es revelado en muchas historias en la Biblia, pero ninguna de manera más dramática que en la historia de José. Al llegar al capítulo 50 del libro de Génesis, hay once rostros tristes, mirando de manera ansiosa al suelo.
Toda la atención está enfocada en el hombre quien está en el trono, enfrente de ellos.
Estos once están ante uno de los gobernantes más poderosos en el mundo, uno que está solo atrás de Faraón en Egipto, y él tiene la autoridad de ejecutarlos.
Está vestido de una manera que sería apropiada para alguien que tenía la posición que él tenía, él es el primer ministro de Egipto, él ve a estos pastores judíos humildes conforme se postran ante él, él ha tenido una historia larga con estos hombres.
Es una historia de dolor, y sufrimiento y rechazo, y las memorias están grabadas de manera vivida en su mente. Le han hecho mal a este Primer Ministro en el pasado, mucho mal.
Le han dañado mucho a él desde una perspectiva humana, y ahora la situación ha sido revertida, y él tiene el poder y la autoridad y la capacidad de implementar una retribución severa en contra de ellos. Ellos de hecho son sus hermanos, quienes lo habían traicionado, y el primer ministro de Egipto no es ningún otro que José, él que fue traicionado.
Y la pregunta que es presentada es, ¿cuál es la acción que José va a tomar en contra de sus hermanos?
Su padre Jacob está muerto, ya lo han sepultado, y ahora están postrándose ante su hermano, saben quién es él, conocen la historia, de nuevo les es vivida para ellos, y le ruegan por misericordia. Tienen miedo porque se preguntan, con la muerte de su padre, si José finalmente, aunque ha sido amable con ellos, si finalmente busque la venganza, por la crueldad severa con la que lo trataron décadas atrás.
Ruben, el mayor de los hermanos, se había culpado a si mismo por lo que le sucedió a José.
Judá, otro de los hermanos, sintió la carga pesada, el peso doloroso de la culpabilidad, él fue quien inicialmente sugirió que José fuera vendido como esclavo.
Pero todos los hermanos, todos ellos, excepto por un hermano, el más joven llamado Benjamín, todos ellos habían estado involucrados esencialmente en un acto impensable de traición y todos eran culpables y responsables. Y ahora quizás este era el día, finalmente, después de la muerte de su padre, quien pudo haber contenido la venganza de José, por lo menos eso eran lo que pensaban. Ahora que ya no está, sus crímenes finalmente los han alcanzado. ¿Acaso José, se vengará?
Cuando el silencio es roto, resulta que no es enojo, y no es hostilidad, no son amenazas, no son declaraciones de castigo fuerte, es más bien el sonido de lloro.
Uno por uno, conforme levantan sus ojos y ven a José, él los vuelve a ver y los vuelve a ver con una sonrisa perdonadora. Las lágrimas comienzan a correr por su rostro, sus lágrimas resultan ser contagiosas y todos comienzan a llorar.
Y leemos el texto, Génesis 50, versículos 19 al 21, aquí están las palabras de José, “no temáis, acaso estoy yo en lugar de Dios. Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien. Para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora pueis, no tengáis miedo, yo sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón.”
No hubo venganza aquí, no hubo odio, no hubo enemistad.
José trató a sus hermanos con misericordia, él los trató con misericordia, él los trató con un favor inmerecido. Pero la pregunta es esta, ¿cómo es que la bondad, y el amor, y la misericordia, y la gracia se cultivan en el corazón de uno, quien ha sido tratado de manera tan impía? ¿cómo es que esta actitud de perdón completo, y compasión y afecto, y provisión y consuelo, y amabilidad, sale del corazón de uno que ha sido tratado de manera tan horrenda?
La respuesta se encuentra en la teología de José.
Él tuvo un entendimiento claro de que lo que sus hermanos le habían hecho es malo, pero, aunque ellos tuvieron la intención de hacerle mal, Dios lo encaminó a bien.
Él tuvo un entendimiento claro de que Dios estaba operando, y que Dios está en control y usted puede confiar en Dios para el resultado.
Fue su teología del propósito y providencia soberanos de Dios lo que generó la actitud de su corazón. Hombre, esta es una gran lección, al menos de que veamos el panorama general de lo que Dios está haciendo a través de las dificultades de la vida, el sufrimiento, el dolor, las desigualdades, las injusticias de la vida, no entenderemos la verdad profunda y básica de que Dios está usándolo todo para nuestro bien definitivo y Su gloria.
El panorama general que José vio fue la realidad de que, aunque ellos lo habían maltratado, estuvo en el propósito de Dios.
Y ese propósito era tan vasto, y lo abarcaba todo y era tan extenso que realmente fue sorprendente. El meollo del asunto, el Señor usó el sufrimiento de José y sus circunstancias subsecuentes para cumplir sus propios propósitos soberanos.
Un panorama mucho más grande, Dios tuvo un plan para el mundo.
Y para cumplir ese plan para el mundo, Él tuvo un plan para la nación de Israel, y para cumplir el plan para la nación de Israel, Él tuvo un plan para José.
Y todo estaba relacionado. El plan para Su pueblo escogido incluía su supervivencia. Su supervivencia durante una hambruna de siete años.
Durante esa hambruna de siete años, no tuvieron alimento en Israel. Eso los llevó a Egipto, en donde había alimento suficiente. Y cuando llegaron a Egipto, debido a la grandeza de José se les dio una tierra para ellos, la mejor de las tierras, llamada la tierra de Gosén.
Y durante los siguientes cuatro siglos, ese grupo de personas sería transformado de una familia a una nación, que sería testimonio de la gloria de Dios.
Todo fue una parte del plan de Dios para cumplir sus promesas de pacto, de una simiente y salvación que se extendería a toda la tierra, como Él lo prometió a Abraham en Génesis 12.
Dios estaba haciendo que todas las cosas fueran para bien, para cumplir su gran plan.
Dios tuvo la intención, de que las pruebas de este héroe tan inconcebible, será para el bien de su familia y después el bien de esa nación que saldría de su familia, y a través de esa nación, el bien del mundo.
José sufrió, él sufrió repetidamente en su vida.
Pero la Biblia nunca nos dice que Dios estaba castigándolo por el pecado.
José no sufrió porque Dios lo estaba castigando por pecado, pero él sufrió para que Dios en últimas pudiera salvar a pecadores. Tenía que haber una nación, Israel, para que a partir de esa nación pudiera venir el Mesías, quien sería el único salvador que el mundo jamás conocería.
Ahora regresemos al principio de la historia, lo cual nos lleva de regreso al capítulo 37 de Génesis. Capítulo 37, vamos a avanzar rápidamente, así que sígame.
Todo comienza con un problema familiar, un problema familiar.
Jacob vivió en la tierra donde su padre había vivido, la tierra de Canaán, conforme se desarrolla la historia José tiene diecisiete años de edad.
Él está pastoreando el rebaño con sus hermanos, mientras que todavía es un joven.
Aquí es en donde toda la historia dolorosa comienza. El problema que genera el problema en la familia, es indicado en el versículo 3. Y vamos a estarnos saltando, así que síganos.
Versículo 3, “Y amaba Israel”, el cuál es el nuevo nombre de Jacob, recuerde que su nombre fue cambiado a Israel. Y usted tiene eso en Génesis 32:28 y repetido en Génesis 35:9-11, a él se le da el nombre de Israel, el cual después se convierte en el nombre de la nación.
“Amaba Israel a José, más que a todos sus hijos.” Eso no es bueno, eso no es bueno. “Porque lo había tenido en su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores.”
Algunas traducciones dicen una túnica blanca, en el sentido de que el blanco era un blanco tan puro que, en cierta manera, da un reflejo que podía dar diferentes tonalidades de varios colores. Otros dirían que la palabra aquí de hecho simplemente significa una túnica muy larga, o larga, completa. Una especie de túnica formal con mangas largas que llegaba hasta el suelo.
Sé que eso afecta los libros de historia de sus hijos, pero no sabemos con toda certeza que fue una túnica multicolorida. Pero fue una túnica que simbolizaba favoritismo familiar.
Una cosa es que uno de los doce sea su favorito, algo más es hacerlo usar algo todo el tiempo que simboliza ese favoritismo.
Ahí es donde el problema comenzó. Hubo otro problema, los diez hombres que venían delante de él nacieron de otra mujer. Entonces, eran únicamente sus medios hermanos, no nacieron a través de su madre Raquel quien tuvo dos hijos, José y Benjamín. Ella murió dando a luz a Benjamín.
Entonces José crece como el hijo favorito de su padre, porque francamente Raquel fue la esposa favorita de su padre. El conflicto es profundo, el conflicto está arraigado en las profundidades de la familia. Su padre Jacob había engañado a su propio padre Isaac, recordará usted, para quitarle a su hermano Esaú los derechos de la primogenitura.
Entonces había una historia mala en esta familia, en sus relaciones. El abuelo materno de José, Labán también se enojó con Jacob por tratar de huir del hogar en Herón, y usted claro recuerda que primero tuvo que estar ahí Lea, y después más trabajo para tener a Raquel, y fueron dos esposas y se odiaban la una a la otra.
Raquel entonces, estuvo en batalla constante con su hermana mayor, quien fue la primera esposa de Jacob. Estuvieron en una carrera por tener hijos, y Lea gana y eso no ayuda.
Y para ganar la carrera usted sabe lo que hicieron, según Génesis 35:23, le dieron a Jacob sus siervas como concubinas. Tomaron a las mujeres que trabajaban para ellas y se las dieron a Jacob simplemente para producir bebes.
Me imagino que eso contaba como tuyo, si era tu sierva.
La historia se vuelve aún más fea, cuando la familia finalmente llega a la tierra de Canaán, dos de los medios hermanos de José, Simeón y Leví están enojados con una aldea, esto está en el capítulo 34, porque han degradado a Dina, una hermana.
La han tratado como una ramera, se han aprovechado sexualmente de ella, entonces Simeón y Leví asesinan a una aldea entera para buscar venganza por su hermana Dina.
Esto no le cae bien a los vecinos, como usted se puede imaginar, los hace una amenaza.
El hermano mayor de José, Ruben tiene una relación con una de las concubinas de su padre, lo cual Jacob más tarde supo. Es innecesario decir que el creció en una familia terrible.
Las cosas no fueron más fáciles para el joven después de que su madre murió, porque entonces sus hermanos comienzan a desatar en contra de él su hostilidad y su resentimiento.
Era poco probable desde ese tipo de comienzo y en ese tipo de contexto que José pudiera llegar a ser algo, haciéndolo el favorito, únicamente hizo que la vida fuera aún más difícil.
Ahora acompáñeme el capítulo 37, por un momento. Y quiero presentarle cuanto sus hermanos lo odiaban. En el versículo 3 se indica que él es el favorito. Versículo 4, “y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.”
Él tiene este favor simbólico, en esta túnica, la cual se le fue dada para apartarlo del resto, y la escena entera continúa simplemente incrementándose, porque aparentemente José apareció y la escena entera simplemente continúa incrementándose en hostilidad. Porque aparentemente José era visto por sus hermanos, como alguien que actuaba como si fuera superior, como si fuera algún tipo de persona de la realeza.
Porque el versículo 2 dice, “informaba José a su padre la mala fama de ellos.” Ahora mira, es bastante malo ser el hijo favorito, pero ser el que simplemente da el mal reporte, simplemente multiplica el problema. Él trae de regreso reportes malos de la conducta de sus hermanos, él usa esta túnica real, él actúa y habla como un superior, y después él da un reporte malo acerca de la conducta de sus hermanos.
Inclusive más ofensivo, él siguió teniendo sueños, y sus sueños simplemente eran sueños en los que en todo sueño que el reporta aquí, sus hermanos son vistos postrándose ante él. Adorándolo a él.
Un día él se encuentra con sus hermanos, capítulo 37, versículo 6, y les dice, “Él les dijo, oíd ahora este sueño que he soñado. He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos, ¿reinaras tu sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños, y sus palabras.”
Ahora, con toda honestidad, mantén tu boca cerrada, habría sido una mejor política. Usted sabe, quédate con el sueño.
Lo vieron como alguien que era una persona que tenía un ego echado a perder, consentido, que había ido demasiado lejos. La Biblia nunca dice que fue orgulloso, la Biblia no nos dice porque él pensó que necesitaba contarles estos sueños. Quizás el creyó que estos les fueron dados por Dios, y que necesitaba cumplir con su deber de reportarlo a sus parientes.
Pero, fuera cual fuera su motivo, alimentaron el odio y la enemistad que ya tenían en contra de él, lo querían fuera de la familia. Y su oportunidad llegó un día cuando por cierto él tuvo otro sueño. Debo señalar eso en el versículo 9, en el que leemos, “soñó aún otro sueño y le contó a sus hermanos diciendo aquí que he soñado otro sueño. Y he aquí que el sol y la luna, y once estrellas se inclinaban a mí.”
Y le preguntan en el versículo 10, “¿acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos, a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia.”
Claro que eso incremento su hostilidad hacia él.
Pero la oportunidad de que ellos tomaran alguna acción, sucede cuando llegan a un lugar llamado Dotán, cuando están alimentando a sus rebaños.
Obviamente los rebaños se mueven y están en Dotán.
Para empeorar las cosas, aparentemente Jacob uso a José como su espía personal, para ir a supervisar a los hermanos.
Entonces él le envía a Dotán, por cierto, a más de ochenta quilómetros de distancia.
Entonces, José sale en una travesía que le habrá tomado muchos días.
Y retomamos la historia en el versículo 17, han ido a Dotán entonces José fue a buscar a sus hermanos. Los encontró en Dotán.
“Cuando ellos lo vieron de lejos, antes de que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro, he aquí viene el soñador. Ahora pues, venid y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos, alguna mala bestia lo devoró. Y veremos que será de sus sueños. Cuando Ruben oyó esto (el mayor) los libró de sus manos y dijo, no lo matemos”
Versículo 22, “Y les dijo Ruben, no derraméis sangre, echadlo en esta cisterna que está en el desierto y no pongáis mano en él. Por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.” Él iba a ser que lo arrojaran a la cisterna, y cuando se fueran él regresaría y lo rescataría y se lo llevaría de regreso a su padre.
Entonces, todo eso está siendo planeado, eso es exactamente lo que hacen.
Versículo 23, “Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí, y le tomaron y le echaron en la cisterna, pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.”
Estas eran cisternas que estaban formadas como una botella, tenía un cuello estrecho lo suficientemente grande como para que una cubeta bajara. Y la cisterna era mucho más grande que eso, las paredes del cuello de la entrada de la cisterna estaban hechas con piedra. No había manera alguna en la que alguien pudiera subir y salir.
El habría estado en esa cisterna, en la parte de abajo, asustado, confundido, él está asustado.
Y se sientan a comer, versículo 25, y ya están cansados de él. Y mientras que están comiendo alguien ve a una caravana que se acerca. Versículo 26, “Entonces Judá dijo a sus hermanos, ¿qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?, venid y vendámosle a los Ismaelitas.” Usted recuerda Ismael, ¿verdad?, el hijo de Agar, la sierva de Sara. “Vendámosle a los Ismaelitas. Y no sea nuestra mano sobre él, porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
Y cuando pasaban los Madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y lo trajeron arriba, y le vendieron a los Ismaelitas por veinte piezas de plata.”
Aparentemente le ofrecieron el trato a los Ismaelitas, y los Madianitas, y recibieron el precio más alto. Veinte piezas de plata era el precio promedio por un esclavo hombre.
El adolescente aterrado, ha sido sacado de la cisterna, entregado a un grupo de mercaderes Ismaelitas árabes que se dirigen de todos los lugares a Egipto.
José continúa rogándole a sus hermanos, usted no va a encontrar eso en Génesis capítulo 37, pero usted encuentra eso mencionado más tarde en el capítulo 42, versículo 21 el cuál dice, “verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba y no le escuchamos.” Entonces él les ruega, ‘por favor no me hagan esto, él está rogando por su vida’.
Ellos quieren que se vaya permanentemente, que ya no esté en sus vidas. Se han satisfecho a sí mismos con el hecho de que no lo van a matar, no lo van a asesinar, lo van a vender por lo que pueden obtener. Entonces, el desciende de ser un hijo favorecido, usando la túnica real del favoritismo, a ser un esclavo secuestrado. Se han involucrado en tráfico humano, por así decirlo.
Y ciertamente usted comienza a preguntarse lo que José se habría preguntado. ¿Cómo me puede pasar esto a mí? Yo estoy haciendo lo que mi padre me dice que haga.
Soy obediente, mi padre me ha enviado en esta misión, estoy haciendo lo que debo hacer.
Y después él debió haber estado haciendo esta pregunta, ¿qué significan esos sueños? ¿verdad? Porque mis hermanos no se están postrando ante mí, mis hermanos me han vendido en esta esclavitud.
Él tiene diecisiete años de edad, por cierto, él tiene diecisiete años de edad, su mundo entero ha sido volteado de cabeza, de manera total.
Traicionado por sus hermanos, todos los gozos del hogar, la seguridad del amor de su padre ha sido arrancada de manera violenta de él.
El Señor no autoriza esta maldad, claro que no, pero Dios va a superar esta maldad y va a cumplir Su propósito y va a ser que esos sueños, de que sus hermanos se postren ante él se cumplan en el futuro.
Por cierto, Ruben durante la negociación con los Madianitas y los Ismaelitas, aparentemente se había alejado a algún lugar, y el no regresó hasta que José ya no estaba.
Y entonces la respuesta de Ruben, está en el versículo 30, él regresa y dice “El joven no aparece, ¿adónde iré yo, como voy a enfrentar a mi padre? Él se rasga su ropa, tenemos un problema aquí, ¿cómo explicamos lo que acabamos de hacer con el hijo favorito de nuestro padre? Bueno, ellos inventan una mentira bastante completa.
Para acortar la historia, matan una cabra, toman toda la sangre, después toman la túnica que era de José, y la avientan en la sangre para engañar a su padre, como si esta fuera la sangre de José, y él hubiera sido matado por un animal salvaje.
De manera irónica, Jacob había engañado a su padre Isaac, al usar una piel de cabra muchos años antes en Génesis capítulo 27. Tomaron la túnica manchada de sangre de regreso a Jacob, Jacob se hundió en una depresión prolongada, llorando la pérdida de su hijo favorito. Los otros hijos trataron de consolarlo, dice Génesis, pero él no quería ser consolado, Génesis 42:22 indica que la culpabilidad estaba consumiendo a Ruben, y probablemente también a los otros hermanos. Pero fue mitigada por el hecho de que se habían desecho de este niño irritante, o por lo menos eso pensaron. Entonces vamos de un problema familiar, simplemente algunos puntos de conexión, a una acusación falsa en el capítulo 39.
Vamos al capítulo 39, y retomemos la historia. Capítulo 38 no extiende la historia, vamos al capítulo 39 y retomamos la historia ahí.
José ha sido llevado a Egipto. Cuando él llega a Egipto, ¿usted se acuerda lo que sucedió? Versículo 1, “él es llevado a Egipto, y Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia, (esa es una posición muy importante, él es el guardia principal del gobernante más grande en el mundo antiguo), lo compró de los Ismaelitas que lo habían llevado allá.”
Entonces él es vendido otra vez, y él es vendido a Potifar para ser un esclavo en la casa de Potifar. Esto de nuevo es otro incidente triste en la vida de José.
Vendido una vez, volvió a ser vendido, pero vendido a una casa muy prominente de comerciantes itinerantes. Se encuentra a sí mismo, en el hogar prospero, rico, de un hombre que tiene una posición muy elevada, quien interactúa con la realeza de Egipto.
Él ha ido de una caravana, por así decirlo, a un castillo, un palacio.
No pasa mucho tiempo, para que Potifar descubra que José es un hombre muy, muy capaz.
Versículo 2, “Mas Jehová estaba con José, y fue varón prospero, y estaba en la casa de su amo, el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacia Jehová lo hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia en sus ojos y le servía. Y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía.
Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa, como en el campo.”
“Y dejó todo lo que tenía en manos de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna, sino del pan que comía.” José estaba a cargo de todo.
Fue la providencia de Dios, por lo que él terminó en la casa de Potifar, porque su amo era alguien que estaba muy cercano a la corte de Faraón.
Le permitió a José conocer a la realeza, interactuar con la realeza, y volverse muy familiarizado con las costumbres nobles de Egipto.
Tal conocimiento más tarde sería crítica y esencial para la función que Dios tendría para él. El ahora, él es el administrador directo de todos los recursos de su amo, y él es responsable.
Y él está a cargo de la administración del trabajo, y él está recibiendo preparación en el trabajo para una experiencia mucho mayor de administración que él va a enfrentar muy pronto en su futuro. Si José era hallado culpable de algún crimen, algún error, algo que hiciera mal, mientras que él estuvo en la casa de Potifar, él entonces terminaría en la misma prisión en la que los prisioneros personales de Faraón eran confinados.
Había una prisión, una parte de una prisión, en donde aquellos que habían violado a Faraón eran colocados, o violado aquellos cercanos al Faraón eran colocados, según Génesis 39:20.
Eso también es crucial para el plan, y la trama se complica cuando la esposa de Potifar comienza a notar a José.
Y a ella le gusta lo que ella ve, al final del versículo 6, “era José de hermoso semblante y bella presencia. Aconteció después de esto que la mujer de su amo puso sus ojos en José.” Ella es bastante directa, “y dijo, duerme conmigo, (y él responde), y él no quiso. Y dijo a la mujer de su amo: he aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, (ese es el nivel más elevado de confianza) y a puesto en mi mano todo lo que tiene, no hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tu eres su mujer. ¿Cómo pues haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?” No es nada más Potifar, sino que es Dios. “Hablando ella a José cada día”, mismo mensaje “acuéstate conmigo”.
Y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, ella intenta de manera repetida seducirlo. Él rechaza todo intento, él adopta una postura noble, él afirma la confianza de su amo, como algo de mucho mayor valor que una relación con ella.
No obstante, en uno de esos días, cuando José está solo en la casa, según el versículo 11, “y no había nadie de los de casa allí, y ella lo asió de su ropa diciendo duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.”
Él simplemente salió corriendo, él estaba huyendo de la inmoralidad. Y ella está ahí con su ropa en las manos de ella. “Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera, llamó a los de casa, y les habló diciendo, “mirad, nos ha traído un hebreo, para que hiciese burla de nosotros, vino él a mí para dormir conmigo y yo di grandes voces y viendo que yo alzaba la voz y gritaba dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió.”
“Y ella puso junto a si hasta que vino su señor a su casa. Entonces le habló ellas las mismas palabras diciendo, ‘el siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. Y cuando yo alcé mi voz, y grité, el dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.”
Sabe una cosa, el infierno no tiene furia, como la de una mujer que ha sido objeto de burla.
Y usted en cierta manera quiere decirle a José, ‘por favor, no puedo ganar en la vida, ¿qué sigue? Y hasta ahora no vemos que él haya hecho algo mal.
Y la pregunta tiene que estar saliendo en su mente, conforme su teología se está desarrollando debido a que no tiene una Biblia que leer.
Él tiene que estar haciendo las preguntas, ¿Dios porque está pasando esto? yo fui fiel a mi padre, y terminé siendo vendido como esclavo. Y después vuelvo a ser vendido y soy totalmente fiel a mi amo, y soy objeto de mentira, y ahora la primera vez que mis hermanos tomaron mi túnica y me arrojaron en una cisterna, y ahora esta mujer toma mi túnica y soy arrojado a la prisión. La furia de ella arde en contra de él, y ella cuelga la túnica de el en su mano como prueba. Era la palabra de él contra la de ella, va a ser el esclavo de Potifar, el que va a la prisión y no la esposa de Potifar. No obstante, un poco de historia en el trasfondo, nos indica que el adulterio en Egipto se castigaba ciertamente, a ese nivel, por la pena capital.
Normalmente, alguien que hacia eso era ejecutado. El hecho de que él no fue ejecutado podría indicar que, aunque Potifar estaba enojado, él también conocía a su esposa. Y le dio a José el beneficio de la duda.
Entonces José otra vez, es capturado y llevado a una prisión. Y él se debió haber preguntado ¿porque es que todas estas cosas malas me están pasando? Frente a la obediencia a mi padre termino en una cisterna, frente a honrar a mi amo termino en una prisión.
Hasta donde podemos ver en el texto, él no había hecho nada.
Esto no puede ser presentado como castigo divino.
Él está esforzándose por honrar al Señor, al honrar a su padre, honrar a su Señor al honrar a su amo. Él está haciendo lo que está bien, sus circunstancias parecen ser totalmente injustas, pero Dios por la obra mala de otros, la cual Dios no autoriza, tiene a José exactamente en donde Él lo quiere.
El Señor está en control de manera perfecta.
El Señor no hace maldad, el Señor no aprueba la maldad, el Señor no está en la maldad, pero el Señor usa la maldad.
Entonces, vamos de un problema familiar a una acusación falsa.
Vayamos a un tercer punto en la historia, en el capítulo 40. Un amigo olvidadizo.
Se oye extraño, pero donde quiera que José va, él es bendecido.
Él fue bendecido por el amor de su madre. Él fue bendecido por el favoritismo y el amor de su padre. Él fue bendecido por Dios en la casa de Potifar, de tal manera que la fortuna entera de Potifar se incrementó. Ahora él va a la cárcel, y él es seguido otra vez por bendición divina. Al llegar al final del capítulo 39, versículo 21, él está en la cárcel, él está en el lugar, según el versículo 20, en donde los prisioneros del rey eran confinados. En ese lugar en donde únicamente los prisioneros del rey eran colocados. Pero Jehová estaba con José, y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
Él tuvo favor con Ruben, lo cual salvo su vida. Él tuvo favor con Potifar, lo cual salvó su vida.
Y aquí él tiene favor con el jefe de la cárcel, el jefe de la cárcel entregó en manos de José el cuidado de todos los presos que había en esa prisión.
Este tiene que ser un hombre excepcional, adonde quiera que va su capacidad de liderazgo, su confiabilidad es tan manifiesta y de manera tan rápida, que todo es encomendado a su cuidado. Un alto nivel de confianza.
El versículo 22, de hecho, dice, “todo lo que se hacia allí, él lo hacía.”
Él está en la cárcel a cargo de la cárcel.
Versículo 23, “no necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna, de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.”
Esta no es capacidad natural, esta es ayuda sobrenatural.
Dios está haciendo algo realmente sorprendente con este joven. El que estaba a cargo de la prisión no se preocupaba de nada de lo que estaba bajo la autoridad de José, porque el Señor esta con él. Y, por cierto, cierta evidencia arqueológica de este período indica que, dentro del sistema penitenciario egipcio, hay posiciones, y esas posiciones se han encontrado en algunos de los documentos antiguos.
Una de las posiciones que estaba, bajo el que estaba a cargo de la prisión, fuera quien fuera el jefe de la cárcel, hay una posición llamada el ‘escriba de la prisión’. A él se le dio la responsabilidad de mantener todos los registros de la prisión, y administrar todos los bienes de la prisión. Dada la experiencia de José, de trabajar para su padre como el que estaba a cargo de sus hermanos, dada su experiencia de trabajar para Potifar como el que estaba a cargo de todo lo que Potifar poseía, fue bastante claro para el jefe de la cárcel que sus capacidades eran formidables. De lo contrario, el jefe de la cárcel no habría sabido que él habría sido ayudado por Dios mismo.
Bueno, la historia se vuelve bastante interesante en el capítulo 40, porque aparentemente el panadero, quien horneaba para el rey, y el copero quien proveía las bebidas para el rey, el administrador del vino podría decir usted, y el panadero son acusados de un crimen.
¿Y cuál sería el crimen? ¿de qué crimen sería acusado un panadero y un copero en una ambiente real? De tratar de hacer ¿qué?, de envenenar al rey. Eso no es bueno.
Entonces, son arrojados a la cárcel, adonde los prisioneros reales van. Capítulo 40, “aconteció después de estas cosas que el copero del rey de Egipto, y el panadero, delinquieron contra su señor, el rey de Egipto. Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos, y contra el jefe de los panaderos. Y los puso en prisión, en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.”
Usted no pensaría que Dios estuvo involucrado en Egipto, en manera alguna, de manera directa, pero una trama sale a la superficie. Al principio parece que esta es una trama entre el panadero y el copero por envenenar a Faraón.
Van a la prisión, ahí está José. Versículo 4, “Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José.” De nuevo, él se eleva a liderazgo. Él cuidaba de ellos, y él les servía.
Y estuvieron días en la prisión. Serían días, semanas.
“Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño. Cada uno su propio sueño, en una misma noche, cada uno con su propio significado.”
Y resulta que, hay otro soñador ahí, quien resultaba ser el mejor interprete, jamás conocido de sueños. “Vino a ellos José por la mañana, y los miró y he aquí que estaban tristes. Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo, ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?
Ellos le dijeron, hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete.
Entonces les dijo José, ¿no son de Dios las interpretaciones? Contadme ahora.
Entonces le contaron el sueño.”
José interpreta el sueño. No voy a explicar todo eso, es maravilloso leerlo.
Pero el mensaje es este, ‘tu copero, tú vas a ser restaurado a tu posición en el palacio. Tú eres inocente. Panadero, tú vas a ser ahorcado’. ¡Guau!
Y entonces eso es lo que sucedió, versículo 21, “he hizo volver a su oficio al jefe de los coperos.” Versículo 22, “más hizo ahorcar al jefe de los panaderos.”
Entonces, el panadero era el que estaba tramando, y el copero es inocente.
Es claro a partir del texto de Génesis, que es Dios quien da a José la interpretación.
José no puede leer el futuro, José no puede predecir el futuro más que Daniel pudo hacerlo siglos después, cuando Dios le dio sueños.
Ningún hombre tiene la capacidad de predecir el futuro.
Bueno, usted supondría que el copero habría sido un buen amigo de José, porque José le habría dado una interpretación tan buena.
Y entonces José le habla al copero, capítulo 40, versículo 14, simplemente creo que esto es tan maravilloso. “Acuérdate pues de mí, cuando tengas ese bien, no te olvides de mí, cuando salgas de la cárcel. Y te ruego que uses conmigo de misericordia y hagas mención de mi a Faraón y me saques de esta casa, porque fui hurtado de la tierra de los hebreos, y tampoco he hecho aquí porque me pusiesen en la cárcel.”
Esa es una petición simple, ¿verdad? ‘cuando regreses al palacio, ¿podrías simplemente interceder por mí?’
Observe el versículo 23, “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que lo olvidó.”
Así es como termina el capítulo 40. Él se olvidó de él.
Entonces, por dos años más, él está ahí encerrado en esa prisión.
Él simplemente sigue siendo maltratado por todo mundo. Maltratado por sus hermanos, maltratado por la esposa de Potifar, por Potifar.
Y cuando él tuvo una esperanza, este hombre añade al maltrato.
Y de nuevo, tenemos que hacer la pregunta, ¿Por qué es que todo esto le está pasando a este hombre inocente?
Pero Dios no se había olvidado de José y Dios no iba a abandonar a José, ni Dios permitiría que la amnesia del copero durara de manera indefinida.
Faraón va a tener un sueño, ¿y adivine qué?
Faraón va a pedir que venga un intérprete, y ¿adivine quien conoce a un intérprete que es preciso?, el copero. Y eso nos lleva al capítulo 41, y a una hambruna.
Hemos visto un problema familiar, una acusación falsa, un amigo olvidadizo, y ahora se nos presenta, una hambruna.
Versículo 1, “Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño.” Usted se acuerda de este sueño, ¿verdad?
Él está de pie junto al Nilo, y del Nilo salen siete vacas hermosas, y gordas que están pastando ahí en el pasto de marzo.
Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto, y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del rio.
Y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.
Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez que siete espigas, llenas y hermosas crecían de una sola caña. Y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano. Y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas.
Y despertó Faraón y he aquí que era sueño. Sucedió que por la mañana estaba agitado, su espíritu tuvo estos sueños.
Él se despierta sudando frío por cierto porque él ha tenido estos sueños y él no los puede comprender, no los entiende. Son conmovedores, es un patrón conmovedor de las vacas flacas comiéndose a las gordas, y el grano menudo comiéndose al grano hermoso y grueso.
Versículo 8, dice, “Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió he hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios, y les contó.”
Esto cae en la categoría de una pesadilla aterradora, las imágenes son presentadas de manera más bien benigna, vacas y granos, pero, fuera cual fuera la forma de este sueño, fue una experiencia muy, muy turbadora.
Elementos de temor habían acogido su corazón, él está profundamente turbado en la mañana, él hizo llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios, y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón. Nadie.
Después, versículo 9, “Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón diciendo, me acuerdo hoy de mis faltas, cuando Faraón se enojó contra su siervo nos hecho a la prisión de la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos. Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.
Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia, y se lo contamos y él nos interpretó nuestros sueños y declaró a cada uno conforme a su sueño.
Y aconteció que como él nos lo interpretó así fue. Yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.”
Bueno, la situación alarmante de Faraón apareciéndose a la mañana, delante de toda la gente en su círculo íntimo, hace que la mala memoria del copero sea activada y él recuerda a José.
Faraón no desperdicia tiempo en buscar a José. Entonces Faraón envió y llamó a José y lo sacaron apresuradamente de la cárcel. Y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.
Entonces sea lo que sea que le estaban permitiendo hacer, él todavía era un prisionero en ropa sucia, no rasurado. Un cambio de ropa y una rasurada rápida.
Faraón le dice a José, “Yo he tenido un sueño y no hay quién lo interprete, mas he oído decir de ti que oyes sueños para interpretarlos. Respondió José a Faraón diciendo, ‘no está en mí, Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.’”
Entonces Faraón hace ¿qué?, le cuenta el sueño. Comenzando en el versículo 17, el reitera los sueños, ambos tuvieron el mismo tipo de imagen, ambos presentaron alguna realidad futura. ¿Y cuál es la realidad futura?, es esta. José interpreta el sueño.
Vas a tener siete años de abundancia en Egipto, seguidos por siete años de hambre. Eso es lo que esos dos sueños expresan. Siete años de abundancia, siete años de hambre.
Necesitas prepararte durante los siete años, para los siete años, de abundancia, para los siete años de hambre. Necesitas un hombre con capacidades administrativas para organizar el esfuerzo de almacenaje, para asegurarse de que tomes de los siete años de abundancia, y almacenes lo suficiente para el hambre.
Piense usted en donde estamos en la historia. Si los hermanos de José no lo hubieran vendido a la esclavitud, él no habría sido traído a Egipto.
Si Potifar no le hubiera comprado de esos comerciantes de esclavos, él no habría adquirido la experiencia que él necesitaba para administrar a la gente, y bienes dentro de un contexto egipcio. Si él no hubiera sido acusado falsamente y hubiera sido enviado a la prisión, él no habría sido el intérprete de los sueños, del panadero y del copero.
Si eso no hubiera sucedido, él no habría sido citado por Faraón en este día divinamente establecido.
En otras palabras, nuestro Señor había supervisado cada detalle en la vida de José, cada detalle.
Bueno, el rey creyó y si usted va al versículo 38, Faraón dice, “Acaso hallaremos a otro hombre como este en quien este el espíritu de Dios, no es este hombre excepcional. Y dijo Faraón a José, pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mí casa. Y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo. Solamente en el trono seré yo mayor que tú.” Guau, ¿es esa una promoción o qué?
Estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo, solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Dijo además Faraón a José, “He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.” Versículo 41.
En un momento, todas las fortunas de José han sido revertidas. Es sorprendente.
En la mañana él es despertado en la celda de una prisión, en la noche se va a acostar en un palacio. Trece años antes, trece años antes, él había llegado a Egipto como un esclavo.
Versículo 46, del 41 dice, “Él tenía treinta años de edad cuando él estuvo de pie ante Faraón.”
Trece años han pasado y ahora él se ha convertido en el segundo hombre más poderoso en Egipto. Simplemente un pensamiento, el Señor le había revelado el significado de los sueños de otras personas, ¿pero que hay acerca de esos sueños que él tuvo que le contó a sus hermanos de que se postraban ante él? ¿Qué había acerca de esos sueños?
Bueno, están a punto de convertirse en una realidad.
En una quinta escena, que yo llamaría, ‘una reunión familiar, una reunión familiar’. Capítulo 41, versículo 50.
Hemos visto el problema familiar, y la acusación falsa, y el amigo olvidadizo, y la hambruna que es predicha, aquí viene la reunión familiar.
Comenzamos en el versículo 50, y leemos, “Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat hija de Potifera sacerdote de On. Y llamó José el nombre del primogénito Manasés, porque dijo, Dios me hizo olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre.”
Entonces hubo una reversión real en su fortuna, de tal manera que nombró a su hijo Manasés lo cual significa ‘olvidadizo’. Porque Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. “Y tuvo otro hijo, y llamó el nombre del segundo Efraín, el cual significa ‘fructífero’, porque dijo, Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.” Versículo 52.
Ahora mire, él está en Egipto, ha pasado mucho tiempo, han pasado los años, trece años, y más años han pasado. Estamos en la hambruna, quizás en el último año de la hambruna, siete años han pasado. Y simplemente observe esto, él aún se refiere a Dios como El que está en el centro de su vida. A Él se está refiriendo, Dios me ha hecho fructificar. Dios me ha hecho olvidar, este es un hombre piadoso. Dios está en su mente.
Bueno, los años buenos terminan y la hambruna comienza, y no solo los egipcios mismos fueron salvados de morir de hambre a nivel masivo. Esto es enorme, esto es una nación entera de gente. Son salvados debido a la interpretación del sueño de José, y su planeación guiada por él durante los siete años de abundancia.
Pero multitudes de otras personas que rodeaban a Egipto, son salvadas de morir de hambre porque Egipto tiene suficiente para ellos, y suficiente para otros para que vengan y compren. Y esto hace que Egipto sea más y más y más rico.
La previsión de José y la planeación cuidadosa literalmente pudieron haber salvado a millones de personas, por todo el mundo del medio oriente.
Y si tuviéramos tiempo, usted podría ver el capítulo 47 de Génesis y en el versículo 14 al 24 usted puede ver como se relata la riqueza de Egipto, que se incrementó conforme vendieron todo su alimento disponible al mundo que lo rodeaba.
Fue José quien en ese entonces también estableció el primer impuesto al ingreso, veinte por ciento, el cual creo que es donde todavía debería estar. Veinte por ciento.
Un quinto de su ingreso dado al gobierno, por el bienestar público.
Bueno, de regreso en Israel están siendo afectados por la hambruna.
Aquí es en donde la historia es tan maravillosa.
Están siendo afectados por la hambruna. La familia de José está siendo afectada por la hambruna, se les acaba el alimento. ¿Adónde van a ir a conseguir alimento?
Versículo 2, capítulo 42. Jacob dijo, “He aquí yo he oído que hay víveres en Egipto. Descended allá y comprad de allí para nosotros. Para que podamos vivir y no muramos.”
Diez hermanos de José descendieron a comprar grano de Egipto. Benjamín no vino.
Hay grano en Egipto, descendamos a Egipto.
Bueno, no tenemos tiempo para explicar la historia entera, nuestro tiempo ha volado.
Descendieron, ¿no es cierto? Estuvieron delante de José y sus sueños fueron cumplidos porque todos sus hermanos se postraron ante él.
Exactamente como sus sueños lo indicaron. Ellos no sabían quién era él. Él sabía quiénes eran ellos. Él les dio algunas pruebas, ¿se acuerdan? Regresen, traigan a su hermano Benjamín, tráiganlo. Y después él hizo algo interesante, regresaron trajeron a Benjamín y después él instruyó a sus siervos que escondieran una copa de plata en la bolsa de Benjamín cuando se fueron, y después los detuvo, los revisaron y encontraron eso, y los trajeron de regreso con la idea de que ellos se habían robado esta copa, para ver si estaban dispuestos a dejar ir a Benjamín.
El plan era arrestar a Benjamín, decirle al resto de los hermanos se pueden ir, nos vamos a quedar con él, y castigarlo. La prueba era si estaban dispuestos a entregar a su hermano con facilidad, no han cambiado, porque eso es lo que me hicieron a mí.
Bueno, usted conoce la historia. Ellos no querían entregarlo, y todos regresaron y todos se postraron. Y a través de todo, claro, José se revela a sí mismo.
Él revela quién es él. Hay un abrazo maravilloso. Las palabras creo yo que cuentan la historia de una manera simple y magnifica. Las encontramos ahí en el capítulo 44, regresan, no puedo entrar en esto de lo contrario nunca vamos a salir de aquí. Eso es seguro.
Regresan, son honestos, no quieren dejar a su hermano, vaya al capítulo 45, versículo 1.
“No podía ya José contenerse delante de todos lo que estaban al lado suyo, y clamó, haced salir de mi presencia a todos, y no quedó nadie con él al darse a conocer José a sus hermanos. Entonces se dio a llorar a gritos, y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón. Y dijo José a sus hermanos, ‘Yo soy José’, ¿vive aún mi padre?
Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
Entonces dijo José a sus hermanos, ‘acercaos ahora a mí’. Y ellos se acercaron, y él dijo, Yo soy José, vuestro hermano él que vendiste para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá, porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.”
Dios usó a José para preservar a la familia de Jacob, se quedaron en la tierra, regresaron, trajeron a todos sus hijos, trajeron a su familia.
Si usted va al capítulo 46, versículo 5 Jacob vino, y los pequeños, sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo, y tomaron sus ganados y sus bienes, que habían adquirido en la tierra de Canaán y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo, sus hijos y los hijos de sus hijos consigo, sus hijas y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto.
Cuando llegaron a Egipto se les dio la tierra de Gosén, y estuvieron ahí por más de cuatrocientos años y en esos cuatrocientos años, se convirtieron en dos millones de personas.
Y después, tuvieron a un Faraón que no conoció a José, y los convirtió en esclavos. Y Dios trajo el éxodo y fueron a Canaán, y el resto es historia redentora.
Dios usó a este héroe tan inconcebible para salvar a su pueblo.
Dios hizo esto para preservar sus vidas, para que hubiera una nación llamada Israel, la nación testigo, la nación de la cual los profetas vendrían.
La nación a quien se le darían las Escrituras, la nación de la cual el Mesías vendría, la nación mediante la cual el mundo sería bendecido.
Génesis 46, “Yo soy Dios, el Dios de vuestro padre, no temáis descender a Egipto, haré ahí de ti una gran nación.” Y eso es lo que Dios hizo, Jacob murió a la edad de ciento cuarenta y siete pero la nación se convirtió en dos millones.
Y como dije, el resto es la historia redentora.
Simplemente al cerrar, capítulo 50 y vamos a saltarnos lo demás, usted lo puede leer.
Este es un fin hermoso para el libro de Génesis.
José, aquí es donde comenzamos y aquí es donde terminaremos.
Los hermanos de José saben que su padre está muerto lo llevan de regreso a la tierra de Canaán, lo sepultan, y ahora dicen en el versículo 15, “quizás nos aborrecerá José y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.”
Versículo 17, “te ruego que perdones”, ahora este es su discurso, “la maldad de tus hermanos, y su pecado, porque mal te trataron. Por tanto, ahora te rogamos que perdones, la maldad de los siervos de Dios de tu padre.” Esto es lo que le dijeron a José.
Y José lloró mientras hablaban, vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él, y dijeron “henos aquí por siervos tuyos”, tal como sus sueños habían dicho que harían.
Y les respondió José, “no temáis, acaso estoy yo en lugar de Dios. Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien.”
No es ese un principio glorioso, sea lo que sea que sucede en la vida, sea lo que sea que la gente quiere hacer, Dios lo ordena para sus propios hijos, para bien.
Un paralelo para cerrar, entre la vida de José y Jesús. José fue amado por su padre, José fue un pastor de las ovejas de su padre, José fue odiado por sus hermanos, despojado de su ropa, vendido por el precio de un esclavo, llevado a Egipto para tentarlo, acusado falsamente, atado en cadenas, encadenado, condenado con criminales.
Sin embargo, después de que él sufrió él fue exaltado, mucho.
Él tenía treinta años de edad cuando él comenzó su servicio público. Él lloró por sus hermanos, perdonó aquellos que le habían hecho mal y en últimas los salvó de una muerte cierta.
Además, lo que los hombres hicieron para lastimarlo, Dios lo revirtió para bien.
Todas esas cosas en una analogía maravillosa, también fueron verdad del Señor Jesús.
Quizás no siempre entendamos lo que nos está pasando, pero el Señor siempre está en control. ¿Amen?
Padre gracias por nuestra oportunidad en esta noche de ver la vida de José, un relato increíble. Llena una sección tan grande de las Sagradas Escrituras porque es tan importante que nosotros no solo conozcamos tus propósitos para tu pueblo Israel, sino tu control sobre vidas y destinos, y como toda la historia es ordenada para cumplir los fines que tú has ordenado.
Gracias por nuestro tiempo en esta noche, y la oportunidad de conocer la historia mejor, en la historia conocerte a ti mejor, y confiar en ti más.
Te damos gracias en el nombre de Cristo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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