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Filipenses, capítulo 2. Versículo 5 de Filipenses 2 dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.” 

Se dará cuenta en el versículo 15, que vivimos en medio de una generación maligna y perversa. Esa no solo es una descripción apta de nuestra época en la historia, es apropiada para toda la historia. Toda generación hasta cierto grado u otro es una manifestación de lo malo y perverso que es el corazón humano. Estamos viéndolo en nuestra época de manera muy osada. Lo que este texto nos dice es que tenemos la responsabilidad en esta generación maligna y perversa de actuar como los hijos de Dios, y brillar como luminares o luces en el mundo. Esa es la razón por la que estamos aquí.

Dios entiende que es una generación maligna y perversa. Algunas veces como en nuestro caso ahora, de manera más abierta, se manifiesta que quizás en otras ocasiones, en otras épocas cuando se ha cubierto un poco. Creo que muchos de ustedes están sintiéndose más bien decepcionados de manera profunda ante los acontecimientos de la elección reciente, se sienten como si hubieran orado por misericordia en medio del juicio, y no están viendo esa misericordia. Están observando la estructura de poder de este país, siendo tomada por personas que son impías y que se oponen a la Escritura.

Es fácil llegar a decepcionarse mucho, especialmente si usted se preocupa por la rectitud y la verdad, valoramos la rectitud personal, pero nuestra sociedad está inmersa, profundamente en el pecado personal y la impiedad. Y no de una manera encubierta, sino abierta. Y ahora tenemos promotores de esa iniquidad y esa impiedad a quienes se les están dando poder político sobre nosotros. Valoramos el matrimonio, valoramos la familia, pero nuestra sociedad mediante los medios masivos de comunicación y la ley, destruye a ambos. Y vemos a líderes que promueven la fornicación, la homosexualidad, el transexualismo, la pornografía, el divorcio, etc.

Y ahora la gente que promueve esas cosas tiene más poder de lo que jamás ha tenido en el pasado. El matrimonio y la familia probablemente no va a sobrevivir y todo lo que destruye al matrimonio y a la familia puede llegar a convertirse en ley. Apoyamos la ley, apoyamos la ley y el orden porque es bíblico, como ha sido ordenado por Dios. Pero ahora tenemos a líderes que quieren quitarle el apoyo económico a la policía, desatar ataques en contra de ellos y nosotros: 8,700 protestas se llevaron a cabo en los últimos meses, 574 de esas fueron manifestaciones en dónde hubo robo a nivel masivo y destrucción, 2,000 policías fueron lastimados. Estos fueron acontecimientos coordinados y dirigidos de manera conjunta, solo un incidente llegó a dañar hasta en 70 millones de dólares en costo.

Y a la policía se le dijo que estuviera de pie y observara. Tememos por el futuro de nuestra seguridad y la seguridad de nuestros hijos en un mundo en dónde la gente que lo quiere está en control. Pero sabemos que la persecución va a incrementarse contra la verdad, y nuestra generación entera está hundiéndose en mayor profundidad en la iniquidad y la dureza en contra de la Escritura. Vamos a volvernos un protestante menos deseable, más y más.

Entonces, ciertamente hay una excepción abrumadora. Ahora, también sabemos que estamos experimentando juicio divino. Dios nos ha entregado a una revolución sexual, una revolución homosexual, y una mente reprobada, Romanos 1. Entonces, sabemos que la nación está bajo juicio y bajo ira, y parte de esa ira ahora va a ser desatada por la gente misma que nos gobierna.

Entonces, ¿cómo respondemos? ¿cuál debe ser nuestra reacción a todo esto? Nos da un sentido de temor acerca de la oscuridad, de como se ve el futuro para nuestros hijos y nuestros nietos, conforme vemos los pecados de esta generación siendo visitados en las generaciones venideras en el futuro. Quiero presentar una pregunta que Francis Schaeffer hizo hace mucho tiempo atrás cuando él dijo: ¿Cómo entonces viviremos? ¿Cómo entonces viviremos? ¿Qué hacemos ahora?

Y yo creo que tenemos la instrucción que necesitamos en esta porción de la Escritura, frente a nosotros en Filipenses 2. Y quiero verla de una manera amplia, algunas veces entramos a los detalles, ciertamente hemos hecho eso con este pasaje, pero quiero que veamos tres características muy simples de este texto, realidades básicas para navegar en la época en la que vivimos. Número uno: En dónde estamos. Número dos: Quien somos. Número tres: Como debemos vivir. Todo está aquí para nosotros.

Comencemos con dónde estamos. Vea el versículo 15. “Estamos en medio de una generación maligna y perversa.” Ahora, eso ciertamente habría sido verdad de los filipenses que recibieron esta carta viviendo en la ciudad de Filipos, una ciudad en la parte noreste de Macedonia, o Grecia moderna. Era una ciudad ocupada, por ahí pasaba la carretera Ignacia, que era un camino romano. Entonces era un lugar en dónde se llevaba a cabo mucho comercio. Había un río ahí, el río Estrimón, entonces tenía una amplia provisión de agua. Se descubrió ahí que hubieron muchas minas de oro y las minas de oro eran tan ricas que atrajeron a Felipe de Macedonia, el padre de Alejandro Magno. Y él fundó una pequeña ciudad llamada Crenedes, que significa “pequeña fuente”. Tenía manantiales, y entonces estableció algunos de sus cuarteles generales ahí, y nombró la ciudad en honor a sí mismo, Felipe de Macedonia. Así es como recibió su nombre Filipos.

Un poco de historia acerca de esa ciudad de manantiales, aparentemente oscura y pequeña, fue que 42 años antes de Cristo, en el 42 a. C. una de las batallas más grandes en la historia romana, se peleó ahí. Y cuando digo una gran batalla, me refiero a que 200 mil hombres se involucraron en la guerra. 110 mil de un lado y 90 mil del otro lado, y 40 mil muertos. Se llamó la Batalla de Filipos. Realmente reflejaba la revolución romana. Fue Antonio César con 110 mil contra Bruto y Casio con 90 mil. Cuando la batalla se acabó fue el fin de la República Romana, y el comienzo del Imperio Romano inmenso.

Como resultado de eso, muchos soldados se establecieron en Filipos. Era una ciudad muy dura, pagana hasta la médula. Y si usted era un ciudadano de Filipos, a usted se le daba el estatus de un ciudadano romano. Reflejaba todo el paganismo de Roma, toda la idolatría, era un lugar maligno y perverso. El Señor guio al apóstol Pablo a establecer la primera iglesia en Europa, en Filipos, en su segundo viaje misionero. Usted recuerda la historia, ¿verdad? Hechos 16, lo metieron a la cárcel. Y él estaba cantando con Bernabé en la cárcel, y fueron soltados de la cárcel, y esa primera iglesia fue fundada.

Los creyentes ahí eran desesperadamente pobres, lo único que tiene que hacer es ver 2 Corintios capítulo 8, y usted va a leer ahí acerca de los santos pobres de Macedonia. Eso eran los filipenses. Eran pobres de manera desesperada. Pablo dice que fueron generosos, pero dieron a partir de su pobreza profunda. Literalmente estaban nadando en un mar de paganismo. Y una sociedad vulgar y baja, influenciada primordialmente por ex soldados. Cuándo la iglesia fue plantada por el apóstol Pablo, fue atacada. 

Atrás en el capítulo 1, versículo 28, Pablo dice: “Y en nada intimidados por los que se oponen,” “en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.” No se alarmen por la persecución. Se les ha concedido por causa de Cristo, sufrir.

Entonces, esta es una iglesia aislada en el mundo romano. La única iglesia en Europa, en una mar de paganismo. Para empeorar el asunto, la iglesia fue atacada por falsos maestros, observe el capítulo 3, versículo 2: “Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.” Legalistas judíos habían venido y atacado, ahí en el versículo 18, “porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo, el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza, que solo piensan en lo terrenal.” Su gloria está en su vergüenza. Se jactan de su impiedad.

Esta es una iglesia pobre, esta es una iglesia perseguida, esta es una iglesia que está siendo atacada por falsos maestros, ésta también es una iglesia que está luchando de manera fuerte con la discordia y la división. Y ciertamente estamos familiarizados con eso. Atrás en el capítulo 2, “Por tanto si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”

En el capítulo 4, encontramos que Evodia y Síntique, versículo 2, necesitaban ser instruidas públicamente para que vivieran en armonía, y alguien necesitaba venir y ayudar a esas mujeres a corregir sus vidas. Esto es difícil, la única iglesia en Europa en medio del paganismo, pobre, perseguida, atacada por falsos maestros, y con discordia interna y división. De hecho, Pablo escribió esta carta a ellos, en su cuarto año de su encarcelamiento romano, esperando que Nerón emitiera un veredicto sobre su vida. A pesar de todo eso, esta epístola es llamada la “epístola del gozo”. Sorprendente, ¿no es cierto? Esta es la epístola del gozo. Pablo espera gozo en una iglesia en medio de una generación maligna y perversa.

Esa frase, “generación maligna y perversa,” fue usada por nuestro Señor. Es registrada en Mateo capítulo 17, y después de nuevo en Lucas 9, que nuestro Señor le dijo a los judíos de su día, “ustedes son una generación incrédula y pervertida.” Esta es una descripción general ciertamente para el mundo. Maligna, se dará cuenta ahí en el versículo 15, es la palabra griega, skolios (σκολιός) de la cual usted obtiene escoliosis, de la espina, una torcedura y curvatura. Significa estar inclinado, significa estar torcido, significa estar desviado del estándar. Esta es una generación de personas que está torcida en términos de verdad y virtud.  

Escuche Proverbios 2:11, “La discreción te guardará, el entendimiento te cuidará para librarte del camino de la maldad, del hombre que habla cosas perversas, de aquellos que dejan los caminos de rectitud para andar en los caminos de las tinieblas, que se deleitan en hacer maldad, y se regocijan en la perversidad de la maldad, cuyos caminos están torcidos y que están desviados en sus caminos.”

Desde atrás en el libro de Proverbios, encontramos que así es como el mundo era en ese entonces, como lo era en el día de Pablo, y en el día de nuestro Señor, como lo es ahora. Proverbios 21:8 dice: “El camino de los culpables es torcido,” torcido. Isaías también habló de esto. Isaías dice, esencialmente lo que el resto de los que he citado dicen. Escuche las palabras de Isaías, en el capítulo 59, versículos 7 y 8. “Sus pies corren al mal, se apresuran a derramar sangre inocente. Sus pensamientos son pensamientos de iniquidad, devastación y destrucción hay en sus caminos. No conocen al camino de paz, no hay justicia en sus pasos. Han hecho sus caminos torcidos, él que los pisa no conoce paz.” Torcido. Nada nuevo. En Hechos capítulo 2, versículo 40, la predicación apostólica, escuche esto, capítulo 2 versículo 40, “Sed salvos,” dice Pedro, “de ésta generación maligna.”

Entonces, no nos sorprende, esto es perversidad, esto es lo que la vida sin Dios es. Él añade una segunda palabra, “maligna y perversa,” en un sentido son sinónimos. Perverso es diastrefo (διαστρέφω,) significa extorsionar. Son dos maneras de decir lo mismo, la primera palabra significa “torcer,” la siguiente “distorsionar”. Entonces, ahí estamos. Entonces, ¿por qué esperamos algo diferente de lo que estamos viendo? Nuestro país, nuestra nación y nuestro mundo ha regresado, en cierta manera al paso uno de su maldad y perversidad, al eliminar sistemáticamente la moralidad y la religión.

El apóstol Pablo está presentando esa condenación, esa frase “generación maligna y perversa,” sale de Deuteronomio capítulo 32, y veremos eso en un momento. Y esencialmente era la referencia que nuestro Señor tenía en mente cuando en Mateo 17 estaba hablando, y Lucas 9. Entonces, a partir de la historia de Israel, y a partir de las palabras de Jesús condenando a los israelitas de su día, Pablo toma una frase, y la usa para definir el mundo impío de la primera iglesia. Son malos y perversos. El término generación tiene la idea no tanto de una nación o una raza, como de aquellos que están vivos en un tiempo dado. Toda la gente de un período dado y un tipo dado, todos los impíos que odian a Dios, entonces ahí es donde vivimos. Ahí es dónde estamos, y esto es exactamente dónde el Señor quiere que estemos.

Usted sabe, cuando nuestro Señor estaba orando Su oración, Su gran oración en Juan 17, versículo 15, esto es lo que Él le dice al Padre con respecto a nosotros: “No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.” ¿Escuchó eso? “No te pido Padre que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.” Sí, no son del mundo, asi como yo no soy del mundo, santifícalos en la verdad, Tu palabra es verdad. Como me has enviado al mundo yo también los he enviado al mundo.”

Entonces, Él está diciendo: “No quiero que los saques del mundo, quiero que los protejas del dios de este mundo, Satanás. Quiero que los protejas mediante la verdad.” 1 Corintios capítulo 5, el apóstol Pablo dice esto, versículo 9: “Os he escrito en mi carta, a no asociaros con la gente inmoral, con los fornicarios. En absoluto quise decir, con la gente inmoral de este mundo o con los avaros, o los idólatras, porque están tendrían que salir del mundo. No, cuándo escribí acerca de no asociarse con gente inmoral, no quise decir aíslense, no quise decir váyanse a vivir en un monasterio. Usted no puede dejar el mundo, porque Dios lo ha colocado ahí para cumplir Su propósito redentor.

Entonces, en caso de que esté dudando, estamos exactamente en dónde debemos estar, ¿verdad? Exactamente dónde debemos estar. Y el mundo es exactamente lo que es, simplemente es más abierto ahora de lo que estamos acostumbrados a verlo, y su poder abarca tanto, el poder de la maldad se ha vuelto tan influyente que ha llegado a las alturas del liderazgo.

Entonces, aquí es dónde estamos. Estamos exactamente dónde el Señor quiere que estemos. Y Él oró porque no fuéramos quitados del mundo, sino fuéramos protegidos en el mundo, mientras que alcanzamos al mundo, ¿verdad? Estamos exactamente donde debemos estar, y el mundo está exactamente en dónde siempre ha estado. Ahora, el segundo asunto que simplemente le quiero mencionar a partir de este texto, es ahora que sabemos dónde estamos, respondamos a la pregunta de quienes somos.

¿Quiénes somos en esta generación maligna y perversa? Bueno, eso también está en el versículo 15, somos hijos de Dios, irreprensibles. Y somos luminarias en el mundo, eso es lo que somos. Tenemos dos identificaciones aquí, somos hijos de Dios, eso quiere decir que no somos los hijos del diablo como el resto del mundo, entendemos que el reino del diablo y los hijos del diablo se conducen como su padre, Juan 8, ¿verdad? Ese pasaje en Juan 8 es tan claro, es sorprendente cuantas veces en la predicación nos encontramos teniendo que regresar a Juan capítulo 8, versículo 42.

“Jesús les dice a los judíos: Ustedes están haciendo las obras de vuestro padre. Ellos le dijeron: No nacimos de fornicación, tenemos un padre Dios. Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro padre, a mí me amaríais, porque yo he salido y vengo de Dios porque ni siquiera he venido por mi propia iniciativa, sino que Él me envió. ¿Por qué no entienden lo que digo? Porque no pueden oír mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer, él ha sido homicida desde el principio y no permanece en la verdad porque no hay verdad en él. cuando habla mentira de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira. Y yo porque hablo la verdad, no creéis en mí.”

¿Entiende eso? Si algo es característico del mundo, es que son homicidas y mentirosos, son homicidas y mentirosos porque su padre el diablo es el archi-homicida y el archi-mentiroso. ¿Le sorprende a usted cuando oye mentiras de la gente? No se sorprenda, su padre es la fuerza en ellos que justifica la mentira. Somos hijos de Dios, por un lado, una separación muy clara. Y debido a que somos hijos de Dios, oímos la Palabra de Dios y seguimos Su palabra, y obedecemos Su palabra. Nos hemos vuelto hijos de Dios por nacimiento, y nos hemos vuelto hijos de Dios por adopción. Estamos cubiertos en ambas maneras.

Leí antes Juan 1:12, “Más a todos los que le recibieron,” esto es a Cristo, “les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre.” Esto es repetido con frecuencia en el Nuevo Testamento, somos hijos de Dios y estamos en medio de los hijos del diablo. 1 Juan 3:10, “Por esto los hijos de Dios y los hijos del diablo se manifiestan, el que no practica justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano.” Entonces, en dónde usted ve una falta de amor, y usted ve pecado, usted tiene a un hijo del diablo. Los hijos del diablo han estado a cargo de las cosas en esta sociedad, desde el principio.

En 1 Juan 3:1, “Mirad cuán grande es el amor que el Padre nos ha dado, de que seamos llamados hijos de Dios, y eso somos. Por esta razón el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.” Somos los hijos de Dios, y ellos no lo saben, porque la manifestación gloriosa de los hijos de Dios no ha sucedido aún. Romanos 8:17, “Y si hijos, herederos, también herederos de Dios y co-herederos con Cristo.” Romanos 8:16, “el Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.”

Entonces, aquí estamos, quienes somos, los hijos de Dios exactamente en dónde debemos estar, en una generación maligna y perversa. Y, en segundo lugar, “somos luminares en el mundo.” Phōstēr (φωστήρ) es la palabra griega. Es usada del sol, y la luna y las estrellas, somos las luminarias. Como el sol, la luna y las estrellas son las luminarias que alumbran la oscuridad en la creación, brillamos como las luminarias en la oscuridad del reino de Satanás. Me encanta esta afirmación, él dice, “en medio de,” al final del versículo del versículo 15, “en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo,” ‘entre los cuales aparece’, literalmente, “están apareciendo.”

Son las luminarias, son la luz brillante en la oscuridad del mundo, aquí es en dónde necesitamos estar, aquí es en dónde estamos como los hijos de Dios, y la única fuente de luz en la oscuridad. Isaías registra, en Isaías 49:6, hablando del Mesías el Señor Jesucristo, el siervo del Señor, quién vendría, también te haré luz a las naciones para que mi salvación alcance los fines de la tierra. Jesús vino al mundo, Él era la luz para las naciones, la luz de la vida, la luz de la verdad, y Él estableció Su residencia en nosotros para que ahora brillemos como luces en el mundo.

Los judíos pensaron que eran las luminarias del mundo, atrás en Romanos 2 Pablo los condena, en el versículo 17, pero si llevas el nombre judío, y te apoyas en la ley, y te jactas en Dios, y conoces su voluntad y apruebas lo mejor siendo instruido a partir de la ley, y tienes la confianza de que eres guía de ciegos, una luz a aquellos que están en oscuridad y un instructor de los necios, maestros de los inmaduros, teniendo en la ley la encarnación del conocimiento y la verdad tú por tanto que enseñas a otro, no te enseñas a ti mismo, tú que predicas que no se robe, robas, tú que dices que no se debe cometer adulterio, adulteras, tú que aborreces a los ídolos, robas templos, tu que te jactas de la ley, mediante el quebrantar la ley deshonras a Dios. La verdad es que el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles, debido a ustedes. Dices que eres la luz, pero tus obras no la demuestran. Tu simplemente eres una forma diferente de la oscuridad. Los judíos no eran esa luz.  

Pero nuestro Señor en Su sermón de apertura en Mateo 5, le dijo esto a sus seguidores, a nosotros, “Vosotros sois la luz del mundo, así brille vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Somos las luminarias, estamos exactamente en dónde necesitamos estar, estamos en la oscuridad, estamos en el mundo maligno y perverso, aquí es donde Él quiere que estemos, Él no quiere que estemos alejados de esto, Él no quiere que seamos sacados de aquí, Él quiere que seamos protegidos del maligno, Él quiere que seamos santificados con la verdad, pero estamos exactamente en dónde debemos estar.

Fue dicho de Juan el Bautista, en Juan 5:35, que él era la lámpara, que estaba ardiendo y estaba brillando. Y eso debe ser verdad de nosotros. Están brillando, él dice, me encanta eso, en el versículo 15, están brillando, resplandeciendo, están apareciendo como las luminarias.” Proverbios 4:18 dice: “Por el camino de los justos es la luz del amanecer, que brilla más y más hasta el día completo.” Somos la única esperanza que esta generación maligna y perversa tiene, ¿verdad? Sabemos en dónde estamos, y sabemos quiénes somos, y exactamente dónde el Señor nos coloca, para ser sus hijos, en contraste a los hijos del diablo, y para ser luminarias brillando con la luz de la presencia de Dios y la gloria del evangelio en medio de la oscuridad.

Ahora, eso nos lleva a la tercera respuesta y esto es práctica, ¿qué debemos hacer? ¿cómo vivimos? ¿cómo vivimos? Quiero establecer algo, entonces quiero que regrese a Juan 18 por un momento, porque quiero reforzarle algo, ¿cómo vivimos? Porque esto es desafiante para nosotros. Debido a que vivimos esencialmente en un universo paralelo. Vivimos en un universo paralelo, literalmente un universo que el mundo incrédulo no entiende, con el que no se relaciona, con el que no se identifica porque están muertos en delitos y pecados, y estamos vivos para Dios, vivimos en una esfera totalmente diferente.

Escuche las palabras de Jesús en el capítulo 18 de Juan, versículo 37, la pregunta se presentó ahí atrás en el versículo 33, si Jesús era un rey, y fue sarcástica por parte de Pilato. Él dijo entonces Pilato: ¿eres tu rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey, yo para esto he nacido, para esto he venido al mundo, para darte testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿qué es la verdad? ¿qué es la verdad? “Eres un rey.”

Pero regrese al versículo 36, “Sí, mi reino no es de este mundo.” Al final de ese versículo, “Mi reino no es de este mundo.” Mi reino, Su reino, el reino que le pertenece a Él. Trataron de hacerle un rey, Juan 6:15, no lo permitió Él. Y aquí está lo que Él está diciendo, escuche con mucho cuidado, Su reino no tiene conexión con los reinos de este mundo. ¿Entendió eso? No tiene conexión. El mundo entero está bajo el maligno. Hemos sido librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al reino del Hijo querido de Dios. Colosenses 1.

Permítame ver si puedo explicar eso. El reino que le pertenece a Cristo trasciende al mundo, no debido a su poder del mundo, no debido a su éxito del mundo, no debido a su realidad, su origen, su naturaleza, su extensión, su duración, de ninguna cosa creada. El título real de Cristo, la autoridad real y poder soberano, no se derivan ni dependen de ninguna persona creada, institución, fuerza, energía, obra, esfuerzo, o derecho. Su dominio es eterno, y se deriva únicamente de Su naturaleza propia, gloriosa, como el Hijo de eterno. Su dominio no es dado ni quitado por nadie, Su poder y autoridad no pueden por esfuerzo alguno, por ningún ataque puede ser disminuido, limitado, alterado, quitado, reemplazado. Su gobierno es completo, amplio, eterno, y está por encima del tiempo, y la eternidad y toda alma. Y nada de ese poder viene de ninguna fuente creada. Un día él va a gobernar sobre toda la creación, con vara de hierro, y verdad, y justicia. Salmo 2 y Apocalipsis 20.

El Señor le dio a Pilato una declaración del reino, Su reino va a triunfar sobre la creación entera de los reinos. Es expresado de manera magnifica, usted sé que recordará en el onceavo capítulo del libro de Apocalipsis. Tan glorioso, 24 ancianos, esos ancianos se postran sobre sus rostros y dicen: Te damos gracias, oh Señor Dios todopoderoso, el que era, o es, porque has tomado Tu gran poder y has comenzado a reinar, y las naciones enfurecieron y Tu ira vino, y el tiempo vino para que los muertos fueran juzgados, y el tiempo para recompensar a Tus siervos, los profetas y los santos y aquellos que temen Tu nombre, los pequeños y los grandes, y destruir a aquellos que destruyen la tierra, y el templo de Dios que está en los cielos se abrió y el arca de su pacto apareció en su templo, y habían relámpagos y sonidos de truenos y un terremoto, y una gran tormenta de granizo.”

¿Qué está señalando eso? Regrese al versículo 15, el reino del mundo se ha vuelto el reino de nuestro Señor y de Su Cristo, y Él va a reinar por los siglos de los siglos. Eso está por venir. Él va a detener la existencia de los demás reyes y todos los demás reinos, Él va a gobernar como Rey de reyes, y Señor de señores. Después de eso, Él va a crear el nuevo cielo y la nueva tierra. Como leemos en Isaías 65 y 66, y Apocalipsis 21, Él va a gobernar de manera soberana para siempre. Por ahora, el reino de Dios todavía no en su forma milenial, todavía no en su forma eterna, un nuevo cielo y una nueva tierra, es un reino espiritual, es una realidad espiritual separada de toda potencia terrenal, por encima de toda potencia terrenal, y toda autoridad terrenal, y lo estoy diciendo, nada ninguna persona, personas, autoridades sobre la tierra, tiene efecto alguno sobre Su reino.

No importa quien está en el Congreso, quien está en el Senado, quien está en la Presidencia, no tiene conexión con Su reino glorioso, eterno, que Él gobierna de manera única, solo como un Dios trino. Por ahora el reino de Dios, el reino de Cristo es una realidad espiritual separada de todos los demás reinos. Las realidades de Su reino no pueden ser propagadas, ni protegidas, ni alteradas por ningún poder terrenal gubernamental. Las realidades de Su reino no pueden ser dañadas, no pueden ser estorbadas, no pueden ser limitadas por ningún poder. Ninguna ley puede ser formulada que puedan hacer que su reino sea más exitoso, más obligatorio, más eficaz, nada que ningún gobierno, ningún gobernante o ninguna persona o personas pueden hacer mediante sus fuerzas temporales, hace algo para extender Su reino o disminuirlo.

Ahora, por ahora Su reino está en los corazones de aquellos que creen en Él ¿verdad? Él es nuestro Rey. En la iglesia es en dónde Su reino se vuelve visible, y es construido cómo Él dijo sobre la verdad. Entonces, comenzamos con ese cimiento. Entonces, en dónde estamos: exactamente en dónde Dios quiere que estemos; quienes somos: somos exactamente lo que Él ha querido que seamos al redimirnos. ¿Cómo vivimos en este universo paralelo? Bueno, hay varias cosas que usted podría ver. Si usted regresa va a encontrar algunos imperativos, regrese al versículo 5, aquí están los imperativos o mandatos. Esto responde a la pregunta, ¿cómo vivimos? “Haya pues en vosotros este mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual se humilló a sí mismo.”

Entonces, ¿cómo debemos vivir? Debemos vivir en humildad, debemos tener la misma actitud que nuestro Señor tuvo cuando se despojó a Si mismo y tomó forma de un esclavo. Después debido a que se humilló a Si mismo Dios lo exaltó hasta lo sumo. Entonces, el primer imperativo en la sección que leímos es “haya pues en vosotros este mismo sentir, esta actitud de humildad total y absoluta.”

Dice usted, la vida está volviéndose más dura en esta situación, probablemente todos vamos a ser humillados. Pero eso es algo bueno, porque aquel que se humilla el Señor lo exalta. Conocemos todo eso, 2 Corintios 8:9, porque vosotros conocéis la gracia de vuestro Señor Jesucristo, como que él era rico, por causa de vosotros se hizo pobre para que mediante su pobreza pudierais ser hechos ricos. Él se humilló a Sí mismo y mediante esa humillación fue exaltado hasta lo sumo y cumplió con ese propósito glorioso de salvación de Dios. En los versículos 3 y 4 de Filipenses 2, con los que estamos muy familiarizados y mencionamos hace un momento somos llamados a sacrificarnos unos por otros.

En 1 Pedro, 1 Pedro capítulo 2, se nos dice que Cristo murió como un sacrificio no solo para expiar nuestros pecados, sino como un ejemplo, como un ejemplo de sufrimiento voluntario para cumplir propósitos divinos. Santiago 4:10, “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Tome el sufrimiento, Pedro dice, echando toda vuestra ansiedad sobre el Señor, encomiéndese a Él.

Entonces, el primer imperativo es: tenga esta actitud: humildad. El segundo imperativo, está de regreso en el versículo 16, “ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor.” Ocupaos de vuestra salvación, un verbo presente, medio, reflexivo, “ocúpese, manifieste su propia salvación, lleve a su término la obra salvadora.” ¿Cómo es que usted hace eso? Bueno, esto está hablando de santidad y santificación. Busque la santificación. Tomando, por así decirlo las palabras maravillosas de Pablo en el capítulo 3 de Filipenses, en dónde él dice, versículo 12, “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo por ver si logro asirme de aquel para lo cual fui también asido por Cristo Jesús, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Este es Pablo diciendo: “Persigo la santidad, persigo la semejanza a Cristo.” Pero el versículo le dice eso, porque el versículo 15 dice que deben ser irreprensibles e inocentes.

Entonces, conforme usted manifiesta su salvación, versículo 12, él dice esto: “Entonces amados míos, así como siempre habéis obedecido, ocupaos de vuestra salvación.” ¿Y cómo manifiesta usted su salvación? ¿Cómo se ocupa de su salvación? Mediante la obediencia, mediante la obediencia, al buscar una vida irreprensible, inocente, virtuosa. Hay un elemento de adoración aquí: “con temor y temblor, versículo 12.

Entonces, ese es un imperativo, es para todos nosotros, busque el término, katergazomai (κατεργάζομαι) significa básicamente llevar a su término, busque su santidad, persiga su santidad. ¿Es eso realista? ¿Cómo hacemos eso? Es realista, porque el siguiente versículo 13 dice: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, según su buena voluntad.” Su buena voluntad significa, para el placer de Él. Usted puede perseguir la santidad porque Dios está operando en usted. Él está operando, produciendo esa santidad. Es posible. Y, es mandada.

Entonces, ¿cómo vivimos en el mundo? Vivimos humildemente, y vivimos de manera santa. Hay un par más que se mencionan al final del texto. Vaya al versículo 16, una versión dice: “Aferrándose a la palabra de vida,” preferiría “extendiendo o presentando la palabra de vida,” “exaltando o sosteniendo en alto la palabra de vida,” “ofreciendo la palabra de vida.” Porque estaba hablando básicamente de proclamar el evangelio. La palabra de vida podría ser, la palabra de vida podría ser Cristo, la palabra de vida podría ser el Espíritu Santo, quien es el Espíritu de vida. La palabra de vida podría ser la Escritura, la palabra de vida es de hecho la suma de toda la Trinidad, Dios, Cristo, el Espíritu Santo, dan vida, esa vida viene mediante el evangelio.

Entonces, ¿qué se nos llama a hacer? Ser humildes, ser santos y ser fieles en proclamar la Palabra que da vida. Sabemos eso, esa es la Gran Comisión, es la razón por la que estamos aquí, para proclamarle a este mundo oscuro, perverso, malo, el mensaje de vida del evangelio de Cristo. Hay un cuarto deber, y se presenta en el versículo 18: “Regocijaos de la misma manera.” ¿Qué quieres decir de la misma manera? Me estoy regocijando en mi sacrificio, de regreso al versículo 17, “me estoy regocijando en mi sacrificio”. Él usa lenguaje sacrificial en todo esto ahí, Él es como una ofrenda de bebida, esto es libación, siendo derramada. Había un animal siendo derramado en un altar y traían vino y lo derramaban encima del animal que estaba siendo quemado. Y esto producía humo.

Pablo literalmente dice: “Estoy ofreciendo mi vida como un sacrificio y un aroma dulce para Dios. En mi sacrificio encuentro gozo. Me regocijo, dice él, me regocijo en el sacrificio que estoy haciendo por ustedes, y los insto: Regocíjense de la misma manera.” Van a ser sacrificios, van a ser demandados, regocíjense, regocíjense.

Entonces, como vivimos, en esta generación maligna y perversa, vivimos de manera humilde, santa, proclamando el evangelio, y con gozo. Todas esas son esenciales, pero esas realmente no son el punto. Le voy a dar el punto ahora, regrese al versículo 14, aquí está el imperativo que está conectado al versículo 15, “Haced todo sin murmuraciones ni contiendas.” Ahora, ahí hay algo muy práctico, “deje de quejarse,” así es como ustedes muestran ser irreprensibles, hijos inocentes de Dios en medio de una generación maligna y perversa entre las cuales resplandecen como luces en el mundo.

Dejen de quejarse. Sí sean humildes, sí sean santos, sí sean fieles en dar testimonio del evangelio, sí estén gozosos, pero la prioridad aquí es, “dejen de estarse quejando.” Ambos están en el plural, murmuraciones y contiendas. De hecho, contiendas es una palabra onomatopéyica, en el griego es “Rah-rah-rah-rah-rah-rah.” Es una de esas expresiones de falta de satisfacción, falta de contentamiento, con sonidos guturales bajos.

¿De qué estás hablando, quejarte contra el gobierno? No. Deja de quejarte con Dios acerca de la situación. Ustedes son quienes son, están en dónde están y no deben quejarse, porque aquí es dónde Dios los tiene a ustedes. No discutan con Dios por Su voluntad, no discutan con Dios por Sus propósitos. Pablo tomó esta frase y ahora puede hacer lo que le dije que haríamos antes, vaya a Deuteronomio 32, Deuteronomio 32. Moisés al final de su vida, él va a morir y él está dando un mensaje de advertencia, únicamente vamos a ver los primeros versículos.

“Oíd, oh cielos, y que la tierra oiga las palabras de mi boca, que mi enseñanza cae como la lluvia, que mis palabras sean como el rocío, como gotas sobre el fresco pasto, y las lluvias sobre la hierba porque proclamo el nombre de Jehová. Dad grandeza a nuestro Dios, la Roca, su obra es perfecta, porque todos sus caminos son justos, Dios de verdad y sin ninguna iniquidad en Él. Él es justo y recto.” Wow. ¡Ese es nuestro Dios!

¿Entendió eso? La grandeza de nuestro Dios, la Roca, el Inmovible, Su obra es perfecta, Sus caminos son justos. Él es un Dios de fidelidad, sin injusticia, Justo y Recto es Él. Por otro lado, el pueblo ha actuado de manera corrupta hacia Él, no son sus hijos debido a su pecado, sino que son una generación maligna y perversa. De ahí viene eso. Y Moisés está condenando a Israel. Ustedes se han vuelto una nación maligna y perversa.

¿Cuál era la evidencia de eso? Bueno, habían muchas cosas. Ciertamente, bastante idolatría. Pero en ese mismo capítulo, versículo 51, “quebrantaron la fe conmigo.” ¿Qué quiere decir Él con eso? Dejaron de confiar en Mí. Dejaron de confiar en Mí. Eso es algo conocido, esto es al final de los cuarenta años. Regrese al principio, regrese a Éxodo 5. ¿Quién fue el primero que se quejó? Éxodo 5:22-23, Moisés. Moisés, quién da este discurso comenzó como un quejumbroso. Éxodo 14, y después, no tengo tiempo de cubrirlos todos, los israelitas se quejaron por todo. ¿Por qué nos llevaste aquí? ¿Por qué estamos en el desierto? No nos gusta la comida, no tenemos nada de agua. Quejas interminables al principio, a la mitad, y al final. Incluso, la gente más cercana a Moisés, María y Aarón, Números capítulo 12, estaban quejándose de tal manera que Dios azotó a María con lepra.

1 Corintios 10, Pablo dice: “Esto les sucedió como ejemplos para nosotros.” 1 Corintios 10, Pablo dice: Esto sucedió como ejemplos para nosotros. No se queje contra Dios, no se queje contra Dios. Usted lee el libro de Éxodo y ve eso, mucho de eso, usted lee el libro de Números, usted ve más de eso. Pero permítame leerle algunos resúmenes en cierta manera, concluyendo a partir de los Salmos.

En el Salmo 106, quizás el versículo 19: “Hicieron becerro en Horeb, se postraron ante una imagen de fundición. Así cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. Olvidaron al Dios de su salvación que había hecho grandezas en Egipto. Y trató de destruirlos, de no haberse interpuesto Moisés, su escogido delante de él, a fin de apartar su indignación para que no los destruyese, pero aborrecieron la tierra deseable, no creyeron a su palabra, antes murmuraron, o se quejaron en sus tiendas.” Murmuraron en sus tiendas. Eso es algo conocido. Me temo que algunos de ustedes han estado murmurando en su tienda, porque no les gusta la manera en la que las cosas han salido.

Salmos 78, versículo 17, “Pero aun volvieron a pecar contra él, rebelándose contra el Altísimo en el desierto, pues tentaron a Dios en su corazón pidiendo comida a su gusto. Y hablaron contra Dios, diciendo: ¿podrá poner mesa en el desierto? He aquí he herido la peña y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra. ¿Podrá dar también pan? ¿dispondrá carne para su pueblo? Por tanto, oyó Jehová y se indignó. Y se encendió el fuego contra Jacob y el furor subió también contra Israel, por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado en su salvación.” Ahí en el versículo 33, “Por tanto consumió sus días en vanidad y sus años en tribulación.” Versículo 40, “Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, lo enojaron en el yermo, y volvían y tentaban a Dios, y provocaban al Santo de Israel. No se acordaron de su mano, del día que los redimió de la angustia.”

¿Usted piensa que alguien en este mundo podría hacer algo para dañar a la iglesia de Jesucristo? Dios es nuestro protector, deje de quejarse, deje de murmurar. Deje de cuestionar la voluntad de Dios, deje de cuestionar la obra de Dios. Su obra es para nosotros, es en nosotros y es desde nosotros. Y lo que el mundo necesita ver es un testimonio humilde, santo, y gozo, de los hijos de Dios que brillan como luces en el mundo. Y entonces seremos los hijos de Dios irreprensibles, inocentes, brillando como luces en el mundo.

Quiero cerrar con dos, dos fuentes de revelación divina que nos van a alentar. La primera es de David, Salmo 37. “No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad, porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová y haz el bien, y habitarás en la tierra, y te apacentarás en la verdad. Deléitate así mismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino y confía en él y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová y espera en él, no te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira y desecha el enojo, no te excites en manera alguna a hacer lo malo, porque los malignos serán destruidos.” Me encanta esto, “Pero los que esperan en Jehová,” ¿ellos qué? “heredarán la tierra, pues de aquí a poco no existirá el malo, observarás su lugar y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz.”

Y después, de eso de David, esto de Pedro. 2 Pedro 3, “Mas, oh amados, no ignoréis esto,” versículo 8, “que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” El Señor no puede venir y corregir las cosas hasta que Él haya reunido a toda persona que ha sido escogida, “pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y la tierra y las obras que en ellas hay serán quemadas, puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, como no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir.” Todo esto se dirige a la destrucción.

¿Qué tipo de persona ha de ser usted? Andando en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos encendiéndose serán desechos, y los elementos siendo quemados se fundirán, pero nosotros esperamos según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él, sin mancha, irreprensibles, en paz.” No se queje contra Dios, todo va de acuerdo con el plan. Humildad, santidad, proclamación, gozo, y confianza.

Padre nuestro, te agradecemos porque nos has reunido en esta hora maravillosa de adoración. Te agradecemos por el comienzo de la celebración de la llegada de nuestro Salvador. Te agradecemos porque el vino al mundo para buscar y salvar a pecadores. Te agradecemos porque nos has llamado ahora, a ser en el mundo como instrumentos quienes, mediante nuestra humildad y nuestra santidad, y nuestra fidelidad, a proclamar el evangelio y nuestro gozo y nuestra confianza, no importa cuán difícil se vuelva la situación. No importa cuán grande sea el sacrificio que tengamos que hacer, confiamos en Ti. Que vivamos con fe plena en tu voluntad y Tu obra, lo cual harás para Tu placer propio. Que disfrutemos esa realidad y que quite el temor y las dudas, para que podamos proclamar Tu gloria, como hijos irreprensibles e inocentes, resplandeciendo como luminares en el mundo oscuro. Gracias por un llamado como este. En el nombre de nuestro Salvador. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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