Vamos a retomar el punto en dónde nos quedamos y progresar un poco a lo largo de esta discusión de la predicación. Comencé diciendo que, si eres un pastor, eres un predicador sobre cualquier otra cosa. Eso es lo que somos, eso es lo que hacemos, somos hombres totalmente dedicados a desplegar la gloria de Dios mediante la exposición de la Palabra de Dios. El Dr. Mayhue me pidió si podía en lugar de exponer una Escritura para la serie de apertura, si podía en cierta manera compartir mi corazón con ustedes, un poco de la predicación.
Y entonces, comencé al darles por lo menos un punto en mi pequeño bosquejo aquí, y ese es perspectiva. Y la perspectiva es que la predicación debe ser tanto profunda como alta, debe ser tanto profunda como trascendente. Y hablamos un poco del hecho de que solo tenemos una herramienta para hacer eso, una herramienta que nos lleva a la profundidad de la verdad divina, y nos lleva a las alturas de la alabanza y esa herramienta es la Escritura. Dios ha revelado y preservado la verdad divina en un libro del cual Él es el Autor. Le sugerimos que cuando en el pasado los reformadores descubrieron esto, entonces comenzaron a aislar la verdad al Libro, y de ahí vino la verdad de la salvación que produjo la Reforma.
Y entonces le recuerdo que el gran descubrimiento de los reformadores no fue en primer lugar el evangelio, sino que el gran descubrimiento fue en primer lugar la Escritura inerrante, y suficiente, y completa. Hablamos de la Palabra externa, esto es que está afuera de nosotros y que no está sujeta a nuestra intuición, a nuestra experiencia, en términos de su interpretación, no es un juguete de cera. También sugerimos que el Espíritu Santo es conocido únicamente y de manera precisa, mediante la Escritura, como lo es el Hijo de Dios, Cristo mismo. Tenemos esa perspectiva entonces, como un cimiento. Como resultado entonces, entregamos nuestra vida entera a la Palabra de Dios. Entramos en profundidad en ella, y elevamos a nuestra congregación a las alturas de la alabanza. Y creo que les mencioné que B. B. Warfield dijo que nadie tuvo un sentido más profundo de la gloria de Dios que Juan Calvino, y esa fue la clave de su teología, y la clave de su influencia. Lo mismo fue el caso con muchos otros.
Ahora, permítame en cierta manera ir más allá de nuestra plática de la perspectiva, la Biblia siendo el contenido entero de nuestra predicación a la preparación. Debido a esta perspectiva, debido a que entendemos que tenemos una herramienta con la que nos vamos a comprometer de por vida, este es nuestro llamado, alimentarnos de la Palabra de Dios y después alimentar a nuestra congregación como estilo de vida, diligencia inmensa se demanda en la preparación. Esa es la razón realmente por la que estás aquí en el Seminario, y están descubriendo cuánta preparación están teniendo que realizar, inclusive para su tarea de Seminario, por no decir nada del resto de su vida.
Debido a que toda la predicación verdadera debe ser expositiva, no tengo mensaje debe ser un mensaje expositivo, pero toda la predicación verdadera, inclusive la predicación temática debe ser el producto de la exposición. El predicador es por lo tanto llamado al estudio, él es llamado al estudio en la preparación para predicar. El estudio es absolutamente crítico debido a que este es lo que vas a hacer el resto de tu vida. La Biblia va a ser el campo en el que estás trabajando, la mina en la que vas a escarbar, y vas a hacer eso hasta que el Señor te lleve a casa. Si permaneces fiel.
Entonces, demanda un compromiso radical con la Biblia, un compromiso radical con estudiar la Biblia, y le sugerí que el significado de la Escritura es la Escritura. El mensaje de Dios no es conocido a menos de que sea entendido. Ahora, hay tres obstáculos diría yo, para la preparación. Suponiendo que tienes la Biblia, tienes la información disponible, tres obstáculos permanecen en pie. Obstáculo número uno es la soberbia. Cuando alguien menosprecia el estudio de la Palabra de Dios de manera diligente, quizás están dando evidencia de la idea de que realmente no necesitan la Biblia, que son lo suficientemente inteligentes o lo suficientemente ingeniosos como para inventar algo que quizás es mejor, o quizás es igual, a lo que la Biblia tiene que decir. Cuando escogen tomar una verdad teológica, y envolverla en el paquete de su propio razonamiento, sacando la Biblia de lo que llamamos la vestimenta bíblica, ese es un acto de soberbia.
No entiende, como dije, creo yo, para terminar nuestro tiempo el otro día, que los sermones de Dios son muchos más poderosos que los de los hombres, y son lo que Dios ha diseñado que nosotros prediquemos, entonces, si no hacemos eso, alguien que no es un predicador bíblico, alguien que no estudia de manera diligente, está dando evidencia de soberbia. Ese es uno de los obstáculos para el estudio bíblico, simplemente no piensas que lo necesitas, no piensas que hay algo ahí que puede llevarte a ti o a alguien más más allá del lugar en el que tú ya puedes llevar a la congregación.
Un segundo obstáculo para el estudio bíblico es la incredulidad, sino crees en la Biblia, sino crees en la Biblia, sino crees que la Biblia es inerrante o sino crees que la Biblia es precisa o sino crees que la Biblia es inspirada, entonces es comprensible que no vas a estar comprometido con su exposición. Hay un tercer, creo yo, obstáculo para el estudio diligente, y ese es la pereza. O eres soberbio, incrédulo o perezoso, si no estudias diligentemente la Palabra de Dios. Y ahí es en dónde Lutero dijo que el exegeta debe tratar un pasaje, de una manera igual a la que Moisés trató la roca en el desierto, en dónde él golpeó con su vara hasta que el agua salió.
Puedo decir que a manera personal que la Biblia no siempre cede sus tesoros de manera fácil, ¿verdad? Es trabajo duro. Lutero dijo, “Los idiomas son las fundas que contienen la espada del Espíritu.” Él sabía eso. Fue ese estudio diligente de los idiomas originales que cedió a Lutero la verdad, la verdad de la Escritura, y la verdad dentro de la Escritura acerca de la salvación. De regreso al libro de Piper del Gozo Soberano, El Legado del Gozo Soberano. Piper dice, “En dónde los idiomas no son valorados y buscados, el cuidado en las observaciones bíblicas y el pensamiento bíblico y la preocupación por la verdad decrece.” ¿Por qué? él dice, “porque los idiomas son las herramientas para pensar conforme a la Biblia.” Y tiene razón, digo, tienes que regresar a los idiomas.
Ahora, no es necesario que toda persona que interpreta la Biblia conozca los idiomas, pero sino conoces los idiomas, más vale que tengas acceso a la información de alguien que conoce los idiomas. Mejor que conozcas los idiomas, para que sepas lo que alguien dice que conocen de los idiomas. Lutero dijo, “Si los idiomas no hubieran sido hechos más positivos en cuánto al significado verdadero de la Palabra, quizás habría permanecido como un monje encadenado. El Papa, los Sofistas, y su Imperio anti-cristiano habría permanecido sin haber sido sacudidos.” ¿Qué estaba diciendo él? Él estaba diciendo que la clave para la reforma fue ¿qué?, hebreo y griego. Digo, simplemente para que sepas, él no nada más se cayó un día de un vagón, y se pegó en la cabeza y se le ocurrió la justificación por la gracia mediante la fe únicamente. Sus 95 Tesis salieron de la exegesis. Lo que desató la Reforma, puede ser acreditado al poder de los idiomas originales. Y les dije, Lutero pasó su tiempo haciendo eso, y Calvino cuando él tuvo un exilio de tres años de Ginebra, pasó tres años dominando el hebreo.
R. L. Dabney en su libro, Elocuencia Evangélica dijo, “La gran Reforma fue de manera enfática un avivamiento de la exposición.” La historia de la iglesia ha girado en torno a un entendimiento preciso de la Escritura, y las personas que pudieron ser los instrumentos humanos para esos grandes giros, fueron personas que se aplicaron diligentemente al estudio de la Escritura. Esto se traduce en la lectura, he estado en esto por mucho tiempo y creo que leo ahora más de lo que jamás había leído antes. Es algo insaciable para mí. Tengo sed por libros antes de que me de sed de agua.
Mi doctor me recuerda continuamente que necesito tomar más agua, pero me meto a leer libros y se me olvida tomar agua. Esto es lo que te carga con la información importante que es necesaria para la interpretación precisa. De la mano con eso también, leer insaciablemente la Escritura en primer lugar, y después interpretar el original, y después buscar libros que explican el significado y enriquecen y te ayudan en tu entendimiento de historia y teología. Y también he aprendido a leer de manera selectiva.
Ahora, esta mañana tenía en mi escritorio, este es un día típico, llegué esta mañana alrededor de las ocho de la mañana, y apilados en mi escritorio hay una docena de libros. Uno de ellos me voy a llevar a casa porque tiene un capítulo ahí, acerca de cómo yo maté un animal, es una especie de libro un poco raro, loco, escrito por un hombre que caza. Pero me lo voy a llevar a casa porque tiene mi nombre ahí, y tengo una pequeña anécdota de matar un animal. El resto de los libros, excepto por uno, los diseminé en toda dirección, algunos en el bote de basura, algunos para el Dr. Mayhue, uno acerca de Tom Landry, alguien que sé que le gusta el futbol americano y demás, así a lo largo de los libros. En cada caso que recibo un libro, recibo una nota que lo acompaña con el libro, “Por favor lee esto y haz algún comentario.” Ustedes saben, para que puedan usarlo para promover el libro. Y probablemente estuve por encima del promedio, hoy me quedé con un libro escrito por Ian Murray y el resto los diseminé. Tengo que escoger lo que voy a leer, de manera muy selectiva.
La casa de publicaciones Word me enviaron este libro, esta novela cristiana que recientemente ha sido escrita, no sé cuál fue el nombre final, esta fue una edición de pre-publicación, en cierta manera un tipo de novela de John Grisham, solo he leído una de esas que un amigo me dio y me pidió si la podía leer, llamada el Testamento, algo que normalmente no leo que dejó su dinero a una dama misionera en Brasil, y es puramente recreativo y lo leí. Pensé, sabes una cosa, eso tomó mucho tiempo y realmente no me ayudó en nada. Confieso que el hombre puede escribir y es entretenido, pero realmente no necesito ser muy entretenido, tengo una necesidad muy, muy baja de ser entretenido, realmente necesito muy poco entretenimiento, unos cinco minutos de “Entonces, quieres ser un millonario”, es lo único que necesito.
Y después recientemente la Casa de publicaciones Word me envió otra novela, y realmente era una trama muy, muy compleja escrita por un hombre que era muy, muy inteligente, y dijeron, “Por favor, lee esto. Es importante que leas esto, queremos que evalúes esto.” Y de nuevo, salí de eso diciendo, “nunca vuelvo a hacer eso porque fue otra pérdida de tiempo para mí.” Además, si lees esas novelas, el único valor que tiene para mí es vocabulario. Entonces, tiendo a leer un poco más lento porque enriquezco en algo mi vocabulario al leer, esa es una en que la lectura te va a ayudar, va a enriquecer tu vocabulario.
Entonces, en cierta manera la estuve leyendo con más cuidado, porque estoy tratando de encontrar alguna virtud redentora, y mejorar mi vocabulario. Mientras que normalmente cuando leo otras cosas que pueden enriquecerme leo muy rápido. Y leo muy rápido y no estoy buscando palabras individuales simplemente estoy pasando ahí por la mitad de la página, y estoy capturando el pensamiento del párrafo, y conforme capturo el pensamiento del párrafo me detengo, y quiero detenerme y leer los detalles. Entonces, necesitas si vas a estar estudiando toda tu vida, y si vas a estar concentrándote en interpretar la Palabra de Dios, y como ustedes saben en algunas maneras es más difícil en la actualidad de lo que fue en el día de Lutero, en el día de Calvino, en el día de los Puritanos, aunque estaban llenándolo rápidamente, y eso es porque hay tanto más material en la actualidad, simplemente necesitas ser muy, muy selectivo, y tienes que leer con mucha rapidez, aprende a leer rápidamente, aprende a leer lo que quieres leer, lo que necesitas leer, no necesariamente todo lo que está en la página.
Después de que he leído la Escritura, lo cual hago continuamente y en preparación para un mensaje, leerla continuamente y después regresar al original y tratar con eso, y después leer con tanta amplitud y tanta altura y profundidad como puedo acerca de los temas, sea en comentarios o secciones relacionadas de teología, o lo que pueda hacer para ayudar en todo eso, el trabajo va de toda esa lectura, absorber y escribir. Y realmente soy un creyente de que necesitas escribir lo que vas a predicar, necesitas escribirlo más que tan solo un bosquejo, necesitas escribirlo porque escribir es un proceso de aclaración. Si estas usando una computadora necesitas mecanografiarlo, o meterlo en tu computadora, ese proceso te ayuda a ver la realidad del desarrollo de pensamiento, entonces, para mí es un primer borrador, segundo borrador, tercer borrador, antes de que llegue adonde lo quiero.
Ahora, hago eso toda semana de mi vida y lo he hecho por años, y años, y años, por lo menos para dos mensajes y con frecuencia más que eso. Esta es una vida de trabajo duro, pero el producto que ha producido en ese trabajo duro trae gloria a Dios y salvación, y santificación para personas. Y de nuevo, estaba regresando, están escuchando el fruto de mi lectura reciente. Regresando a Calvino y leyendo un poco de la productividad de Calvino, él escribió folletos, La Institución, los Comentarios, obviamente son muchos. Calvino escribió todas estas cosas mientras que al mismo tiempo estaba dando clases. Como patrón, él predicó diez sermones cada dos semanas, cinco por semana. Todo esto, exposición de la Escritura, todo esto basado en su conocimiento de los idiomas originales. Todo lo que él hizo fue exposición de la Biblia. Lutero, entre 1510 y 1546, predicó tres mil sermones, frecuentemente predicando muchos días por semana, y frecuentemente predicando muchas veces al día. Y para estos hombres no hay descanso del estudio de la producción y la predicación.
Ahora, la Institución original de Calvino, creo que tenía unos 23 años cuando salió, y hubieron 5 ediciones diferentes de la Institución, la cual él continuamente refinó, y refinó, y refinó, y refinó, y refinó y al mismo tiempo él estaba produciendo material nuevo. Al mismo tiempo también estaban involucrados en debates. Estaban involucrados en tener que confrontar a la oposición, confrontar el error, y dialogar con personas que estaban en esos errores. Es sorprendente pensar en eso, al mismo tiempo estaban tratando con todos sus problemas y asuntos personales de la vida, esposas, hijos, la muerte de hijos. Creo que fue la esposa de Lutero, quien le dio seis hijos, algunos murieron, y él les predicaba a todos ellos el domingo por la tarde, cuando él los catequizaba. En 1520 Lutero escribió 133 obras. En 1522, 130. En 1523, 183. Esa es una cada día alternando, uno sí y uno no.
Entonces, todo lo que hicieron fue tratar con la Escritura y predicar, y enseñar, y escribir. Y demandó una cantidad tremenda de trabajo. No estoy esperando que todos ustedes hagan eso, algunos de ustedes quizás se van a aproximar a eso, pero únicamente estoy diciendo que es ese tipo de trabajo sobre el cual la historia de la iglesia gira. Y regresó adónde comencé con este punto el día de hoy. Lo que evita que la gente trabaje duro en el ministerio es, uno soberbia, esa es una cosa seria, ¿no es cierto? Suponer que la Escritura no tiene tanto que ofrecerte para tus sermones. Esa podría ser una excusa por no estudiar duro.
La segunda, sería que realmente no crees en la Palabra de Dios. La tercera es, ¿qué? pereza.
Ahora, permítame incluir un tercer punto aquí, perspectiva, preparación y sé que en cierta manera estoy desviándome un poco, pero esta es una de las cosas que haces cuando tienes mucho que decir, en cierta manera editas conforme avanzas, en tu cabeza, quiero hablar de paso, quiero hablar de paso. Con frecuencia se me pregunta porque me toma tanto tiempo cubrir un libro. Y siempre me acuerdo, no me puedo acordar de su nombre, pero me acuerdo leer de un predicador en Nueva Inglaterra, quien en cierta manera era un puritano estadounidense quien pastoreó una iglesia, creo que fue por más de 20 años, y él llegó ahí y comenzó en Isaías, y veinte y tantos años después él murió en Isaías 8.
Ahora, esto es verdad, no estoy diciendo que ese realmente es un paso apropiado, me parece un poco lento, eso sería en cierta manera como el trabajo de Barnhouse de Romanos, el cual es Romanos y todo lo demás en la Biblia que necesitas conocer, es un enfoque tangencial, ustedes saben, cualquier palabra que presenta un paradigma entero de verdad bíblica y de ahí sales, Martin Lloyd-Jones puede ser así un poco, ¿no es cierto? Digo, no creo que es absolutamente necesario tomar el Sermón del Monte y desarrollarlo en 1,000 páginas. Ciertamente no hay nada malo con hacer eso, pero pienso que el paso, y pienso que esto es simplemente para decir esto, es mejor ir lento que rápido. Ir más lento es mejor que más rápido, ¿por qué? porque más profundo es mejor que lo superficial, porque minucioso es mejor que superficial.
Escuchen esto, la meta nunca es homiletica, esa nunca es la meta del sermón. La homiletica es una parte muy insignificativa en la preparación de un sermón, es meramente un marco en el cual colocas el retrato, no es el retrato. Sin embargo, hay personas cuya gran satisfacción en su predicación se encuentra en su homiletica, esa nunca es la meta. La meta es entender el texto, y más profundo es mejor que más superficial, y minucioso es mejor que superficial y más lento es mejor que más rápido.
Oí a un predicador por la radio ayer, conforme iba manejando, no de hecho fue en la tarde, iba manejando a ver al doctor, y él estaba diciendo, “queremos tener la perspectiva desde el aire, de este texto”. Bueno, hay un lugar para la perspectiva desde el aire, esa es la idea en la que simplemente estás viendo un panorama general del texto. Y él dijo, “estos ocho versículos significan esto, y estos ocho versículos significan esto, esto siete versículos significan esto, y estos cinco versículos significan esto.” Ese no es un punto final, no obstante, ese es un punto inicial, ¿verdad? Eso es meramente un reconocimiento del contexto, pero esa no podría ser una manera apropiada de exponer un texto.
Visité una iglesia, nunca lo olvidaré, visité una iglesia y el predicador estaba estudiando Mateo, y el sermón que yo oí fue Mateo 24 al 28, nunca lo olvidé. Y duró unos 40 minutos. Si estás enseñando una clase de panorama, o estás presentando un libro al dar un panorama general desde el aire, esa podría ser una manera de comenzar, pero esa no es una manera de enseñar la Biblia, tienes que ir lento porque tienes que ir profundo, debes ser detallado. Me digo a mí mismo todo el tiempo, quizás podría acelerar esto para que pueda terminar el Nuevo Testamento antes que muera, pero, de hecho, creo que la manera en la que va el doctor me dijo ayer que hasta dónde él sabe no me estoy muriendo, y hasta dónde sé no puedo sentir nada, entonces, me siento bien. El paso al que voy ahora, estoy es algo interesante, el paso al que voy ahora, probablemente otros 6, 7 años en Lucas, eso me va a llevar a los 68, y después puedo hacer Marcos en 7, y terminar a los 75, y me puedo ir al cielo y habría acabado con el Nuevo Testamento de manera total.
Un hombre me preguntó recientemente, “¿Cuándo termines eso, vas a hacer el Antiguo Testamento?” Le dije, “Seguro, cuando tenga 190 años voy a acabar.” No. Pero ustedes saben, en cierta manera es algo interesante, providencialmente si sobrevivo, en cierta manera me va a llevar adónde necesito estar en términos de edad, y terminar lo que había esperado poder esperar en mi vida. Eso quizás es lo único que puedo decir acerca de esto, quizás Dios tiene eso en su plan providencial, pero mi mente en la predicación, nunca es meter algo en una agenda.
Algunas veces los predicadores me dicen, “¿Planeas tu año? ¿Cómo planeas tu año de predicación?” Yo digo, “Yo no planeo mi año de predicación, yo planeo para el próximo domingo, porque realmente no sé hasta que me meto al texto, cuanto voy a poder cubrir.” Si de manera arbitraria tomara un libro como Filipenses o lo que fuera y dijera, “Muy bien, voy a dividir esto en x número de sermones, y predicar estos sermones en tantas semanas, y metiera eso en concreto, entonces, habría impuesto ese bosquejo en el texto, ¿verdad? Yo le he impuesto eso. Realmente no quiero hacer eso. Y con mucha frecuencia, el caso en el que me encuentro en la predicación de un sermón mismo es que estoy expuesto a cosas que no había preparado planeado, decir y cambia lo que voy a decir la semana después.
Entonces, nunca planeo por adelantado la duración de mis mensajes, el número de mis mensajes o las semanas en las que voy a terminar un libro. Voy con lo que creo que el texto me está presentando y de hecho no sé qué es lo que me está presentando hasta que me meto, pero nunca estoy bajo la soberanía de la homiletica, nunca estoy bajo la tiranía del bosquejo, y yo creo que es mucho mejor ir lento de lo que es ir rápido. No necesitamos el panorama rápido, necesitamos el entendimiento profundo. El paso es muy importante.
En Hechos 20, el apóstol Pablo dice que él no retuvo nada, él no rehusó anunciarles nada. Y Juan Calvino predicó de manera constante a lo largo de libro tras libro de la Biblia, él nunca se desvió de esta manera de predicar durante 25 años ahí en Ginebra, con la excepción de unos cuantas ocasiones especiales y festividades, un escritor dice, “el domingo él siempre tomó el Nuevo Testamento excepto por unos cuantos Salmos, los domingos por la tarde, durante la semana siempre fue el Antiguo Testamento, los registros muestran menos que media docena de excepciones debido al año cristiano. Escuchen esto, él casi ignoró de manera total la Navidad, y el Domingo de Resurrección. Un hombre conforme a mi corazón, ¿me entiende?
Pueden dividir el calendario de la iglesia con todas estas cosas y te sales del flujo de la exposición. El día de la madre, el día del padre, el día del abuelo, sea cual sea este día, aquel día, y ustedes saben, algunos hombres simplemente rebotan de día a día, él casi ignoró de manera total la Navidad, y el Domingo de Resurrección en la selección de su texto. Para darles una idea del espectro de su púlpito, en el sentido de como él predicó en términos de paso, él comenzó una serie de los Hechos el 25 de agosto en 1549, y la terminó en marzo de 1554. Después de Hechos él fue a la epístola a los Tesalonicenses, en dónde él predicó 46 sermones. En Corintios él predicó 186, en las epístolas pastorales, 86; Gálatas, 43; Efesios, 48; y él hizo eso hasta debería decir no sé exactamente cuándo comenzó eso, pero el terminó en 1549, 1559 perdón. Después, en la primavera de ese año, él comenzó la armonía de los evangelios y nunca la terminó, 5 años después murió. Murió en mayo de 1564. Entre semana, durante esa temporada él predicó 159 sermones de Job, 200 de Deuteronomio, 353 sermones de Isaías, 123 de Génesis, y demás.
Lo que les estoy diciendo caballeros es que este es el tipo de diligencia, el tipo de estudio, el tipo producción sobre el cual la historia de la iglesia gira. Alguien dijo, una de las ilustraciones más claras de este compromiso con la predicación expositiva fue una decisión consciente por parte de Calvino, que, en el día de domingo de Pascua del 1538, después de predicar él, dejó el púlpito de San Pedro, fue expulsado del Concilio de la ciudad, regresó en septiembre de 1541, tres años después, y ahí es dónde retomó la exposición del siguiente versículo. ¿Por qué es que él estaba tan comprometido con esto? tres razones son sugeridas para esto, por parte de John Piper, él dice, tres razones son sugeridas para entender por qué es que él estaba tan comprometido con lo que Piper llama, “la predicación expositiva secuencial.”
Una, Calvino creía que la Palabra de Dios es una lámpara que había sido quitada de las iglesias. Él dijo en su propio testimonio personal, “Tú Palabra, la cual debía haber brillado en toda la gente, como una lámpara fue quitada, por lo menos suprimida de nosotros. Y ahora, oh Señor, lo que le queda a un miserable como a mí, no es nada más que suplicarte de manera apasionada, que no juzgues conforme a lo que merezco. Ese abandono terrible de tú Palabra, del cual tu bondad asombrosa que tú me has entregado.” (Fin de la cita)
Calvino decidió que la exposición continua de libros de la Biblia era la mejor manera de vencer lo que él llamó, “el abandono aterrador de la Palabra de Dios”. Este es ese tipo de tiempo, ¿no es cierto? Cuándo hay un abandono aterrador de la Palabra de Dios, y la verdad triste es que hombres que han sido preparados para realizar exposición bíblica están uniéndose a aquellos que han abandonado la Biblia. Y lo que necesita suceder en la actualidad es exactamente lo opuesto. La exposición continua de los libros de la Biblia fue la mejor manera de superar eso.
En segundo lugar, Parker, escribiendo de Calvino, dice que Calvino tuvo una segunda razón por la que él realizó la predicación expositiva secuencial. Calvino tenía un horror hacia aquellos que predicaban sus propias ideas en el púlpito. ¿Por qué creen ustedes que él desarrolló eso? Bueno, él desarrollo eso debido a que él estaba involucrado de manera tan profunda en la Escritura. Él dijo, y cito: “Cuando entramos al púlpito no es para que traigamos nuestros propios sueños y deseos con nosotros.” (Fin de la cita) Él creyó que, al exponer la Escritura como un todo, él se vería forzado a tratar con todo lo que Dios quería decir, no solo con lo que él quería decir. Y eso es lo que garantiza la exposición secuencial a lo largo de la Biblia, que vas a decir todo lo que quieres que sea dicho.
En tercer lugar, tercera razón para la predicación expositiva secuencial por parte de Calvino es esta. Calvino vio la majestad de Dios en la Palabra de Dios. Él realmente creyó que la Palabra de Dios era la Palabra de Dios y que, en ella, la gloria de Dios era revelada. En el sermón número 61 de Deuteronomio, él desafió a los pastores de su día, y el nuestro, él escribió “que los pastores declaren con valentía todas las cosas por la Palabra de Dios, que refrenen todo poder, gloria y excelencia del mundo, para darle lugar a, y obedecer la majestad divina de esta Palabra. Que le prediquen a toda persona desde la más alta hasta la más baja, que edifiquen el cuerpo de Cristo, que devasten el reinado de Satanás, que pastoreen a las ovejas, maten a los lobos, instruyan y exhorten a los rebeldes, que aten y desaten relámpagos y truenos si es necesario, pero que hagan todo conforme a la Palabra de Dios.”
Una cuarta P en mi bosquejo, ahora, “personal”, “personal”. Simplemente estoy tratando de ayudarle a saber cómo veo esta predicación. Para mí esta oportunidad entera de estudiar, la perspectiva está ahí, la preparación está ahí, el paso está ahí, pero avanzando en esto, esto es algo muy personal para mí. He dicho esto a lo largo de los años, lo vuelvo a decir, nunca estudio la Biblia para producir un sermón. Nunca, nunca me acerco a la Escritura para hacer un sermón. El sermón es lo último que hago, estudio no para preparar un sermón, estudio para conocer la Palabra de Dios y al Dios de la Palabra. Busco la verdad para mi propia alma, estudio para mi propia alma, entro en profundidad porque ahí es adónde quiero ir, para elevarme en adoración al Señor. Siempre ha sido así, y realmente no sé porque, porque la gente es motivada como es motivada, no sé porque me veo motivado a ser motivado como lo soy.
Me acuerdo como un niño muy pequeño, yo estaba en secundaria y tenía esta especie de hambre en mi interior por entender la Biblia. Mi padre predicó la Biblia fielmente, pero eso aparentemente no fue suficiente para mí. Simplemente tenía esta hambre en mi interior, por algo que pensaba que estaba ahí, pero que todavía no había conocido. Estaba ahí por secundaria, era un joven típico de secundaria. Me metí en problemas como el resto de la gente, pero Dios había colocado algo en mi corazón. Y alguien me dio un libro titulado La Imitación de Cristo, por Tomás Á Kempis, el cual realmente es un libro místico, pero comencé a leerlo, imagínate un joven de secundaria leyendo eso, comencé a leerlo y me llevó a las profundidades de la contemplación acerca de Dios, que realmente jamás había visto.
Y después alguien me dio un libro escrito por E. M. Bounds. Ustedes conocen ese libro de la oración. Y habla de gente que hacía que hubieran agujeros en suelos de madera con sus rodillas, y ese tipo de situación y teniendo hambre de Dios, y yo soy este niño leyendo estas cosas místicas y preguntándome qué tipo de profundidad de entendimiento de Dios tenían estas personas. He llegado a entender que no todo lo que estaba pasando en estos enfoques místicos, no necesariamente era válido, pero eso fue lo que me cautivó. Y esa necesidad continua por conocer la Escritura me llevó a la universidad. Lo primero que hice es que tomé una especialización en griego, todo lo que pude estudiar en la universidad en una especialización en griego, pero tomé una especialización en griego porque pensé que si voy a aprender el Nuevo Testamento tengo que conocer el idioma original.
Entonces, desde mi primer año tomé diez unidades. Mi segundo año tomé seis. Y terminé con 24, 26 unidades en mi universidad. Los últimos, 3ro y 4to año de griego era el único alumno en la clase. Tuve un tutor en el tercer y cuarto año de griego porque todavía tenía, y no era que quería conocer griego, no era que quería memorizarme todas esas cosas, no era que quería cubrir todas esas tarjetas, y todo en el idioma entero es irregular sin esperanza alguna. Ninguno de nosotros disfruta eso de manera particular, pero fue que sabía que esa era la clave para abrir lo que necesitaba conocer, y lo que quería conocer. Mi corazón tenía hambre por conocer.
Y después me fui al seminario, y conseguí un libro titulado, La Existencia y Atributos de Dios, escrito por Steven Charnock, y me sumergí en eso al principio de mi seminario, y todavía no he podido subir de regreso. Eso, sigue y sigue, y sigo. Puedes ahogarte en eso, eso fue simplemente algo que estaba en mi interior. Al mismo tiempo tenía todos los asuntos normales de la vida, ustedes saben, estaba muy involucrado en todo tipo de actividades y demás. Pero en la profundidad de mi ser, estaba este apetito fuerte por conocer cosas y después me encontré con algún estudio psicológico cuando estuve en el seminario, que decía que el deseo por conocer era más fuerte que el deseo sexual, o el deseo por comer, de acuerdo con cierta prueba psicológica. Bueno, algunas personas podrían cuestionar eso, no estoy seguro que estoy en una posición para decir eso, pero indica que es un deseo fuerte, fuerte. Y creo que el Espíritu Santo lo había elevado en mi caso.
Y entonces, cuando me gradué del seminario y yo, veamos, yo me gradué de la universidad cuando tuve 21, creo. Me gradué del seminario a los 24. Entonces, era demasiado joven para servirle a alguien de algo. Entonces, ninguna iglesia me quería, no quería ser un pastor de jóvenes en particular porque quería exponer la Escritura. En esos días, un pastor de jóvenes, bueno, simplemente les estoy diciendo, en esos días un pastor de jóvenes, te daban un balón de voleibol, ustedes saben, y te decían, “Tú eres el pastor de jóvenes, planea una fiesta en la playa.” El paradigma de un pastor de jóvenes no era nada como lo hemos establecido aquí.
Entonces, yo dije, solo quiero predicar, solo quiero predicar, solo quiero exponer la Palabra, pero nadie me quería. Entonces, terminé como predicador itinerante, comencé a hablar por todos lados en grupos de jóvenes, pero estaba frustrado porque siempre querían oír lo mismo. Y tú tienes esos sermones de diez paletas de azúcar y se los puedes dar mientras estas dormido y estaba muy insatisfecho. En un punto comencé a pedirle al Señor, por favor, colócame en un lugar en dónde pueda aprender la Palabra, necesito estar estudiando la Palabra todo el tiempo.
Una iglesia se puso en contacto conmigo y entonces decidió que era demasiado joven, y después Grace se puso en contacto conmigo, y claro, tuvieron dos pastores que murieron y querían uno joven, entonces ese fue mi requisito primordial. Realmente esa era la verdad. tenían a dos viudas en sus manos y eso llega a ser caro, entonces dijeron, bueno, ustedes saben, “queremos un joven saludable, y demás.” Entonces, vine aquí y estaban tan emocionados porque iba a poder estudiar diariamente, porque tenía este apetito. Nunca he perdido eso. Para mí, lo que todavía me motiva no es el sermón, sino lo que me motiva es la revelación, el descubrimiento.
De hecho, ahora les voy a decir los secretos reales. La predicación no es mi gozo más grande, es trabajo. Con toda honestidad, muchos domingos por la mañana cuando me levanto, si pudiera escoger, simplemente yo escogería no predicar. Yo preferiría oír a alguien más. Me gustaría venir, simplemente sentarme y adorar al Señor y oír a alguien más predicar. Es trabajo, algunas veces estoy cansado, algunas veces no me siento bien, algunas veces me duele el estómago y no es fácil y a un lugar como Bielorrusia y enseñar todo el Nuevo Testamento 9 horas al día por seis días seguidos. Esa parte es el trabajo, lo que nunca es trabajo para mí es el descubrimiento, ese es el gozo, esa es la emoción. Y siempre estudio para descubrir y esa es la razón por la que mi información es mejor que mi homiletica. Lo confieso, lo confieso, mi contenido es mejor que mi homiletica.
Estaba en un seminario de pastores en Montreal, fui ahí, unos nueve viajes ahí, comenzaron un seminario. Es un seminario francés, el Seminario Bíblico de Quebec. Quebec francés es el único lugar en la civilización occidental en dónde hay una iglesia de primera generación. Muy bien. Los católicos dominaron Quebec. En los 1960 y al principio de los 70’s la iglesia católica estaba metiendo a misioneros protestantes en la cárcel, de tal manera que la iglesia en Quebec ahora es una iglesia de primera generación. Bueno, lo que pasó fue que las iglesias estaban comenzando a explotar y no tenían a ninguna persona madura que fuera pastor, entonces levantaron un seminario y consiguieron a los jóvenes más brillantes que tenían que se sentían llamados a predicar y los hicieron pastores sobre estas pequeñas congregaciones. Las iglesias estaban iniciando como 25 por persona, o 25 cada cierto número de semanas, y simplemente bum, bum, bum, por todos lados conforme en las personas francesas comenzaron a responder a la verdad.
Pero bueno, entonces querían sacar a estos jóvenes de sus iglesias porque no tenían nada de preparación. Entonces los sacaban para una semana aquí y allá, una semana aquí y allá, una semana aquí y allá, una semana aquí y allá, y algunos de nosotros íbamos. Dan Carson, quien por cierto habla francés porque él es de Quebec, él nació ahí y yo y otros íbamos y tenemos estos hombres, estos hombres que eran cristianos bebés, quizás tenían cuatro, cinco semanas de salvos, eran el pastor, y simplemente querían todo esto. Me acuerdo que durante una semana di una clase de predicación expositiva, y les dije como hacerlo. Ustedes saben, simplemente la manera de hacerlo, y después tuvimos preguntas y respuestas en el día final, y la primera pregunta este hombre se pone de pie y dice en francés, con traducción simultánea, con, ustedes saben, con esto electrónico en el oído, entonces me dice, él dice, “Pastor MacArthur, él dice, hemos oído lo que tienes que decir y hemos escuchado tus cintas, porque podemos hablar algo de inglés, y queremos saber porque no predicas como nos has dicho.”
Entonces, le dije, “Bueno, sí, yo sé, ese es un problema.” Ustedes saben, yo sé cómo organizar, nada más que no puedo superar la dinámica de la predicación, y no quiero estar confinado por la homiletica. Entonces, lo que comienza como algo que está bien organizado, que está preparado con cuidado, termina siendo una serie que anda por todos lados. Pero eso es porque siempre soy el siervo del contenido, nunca del bosquejo.
Entonces dije, “Mira, te voy a decir que el contenido es el rey, y la homiletica es el siervo. Eso es todo.” Y eso es porque estudio para conocer la verdad. Bueno, simplemente otro pensamiento y pueden darle seguimiento ustedes. Hay otra P en la lista, “poder”, “poder”. Nunca debes entrar a la Escritura antes de que llegues ahí, ve al trono, “Abre mis ojos, para que mire las maravillas de tu ley.” ¿En dónde se encuentra eso? Salmo 119, “Abra mis ojos para que mire las maravillas de tu ley.” Esa es su oración, esa es su oración caballeros, esa es su oración. O podrían orar el versículo 27, ¿saben lo que dice ese? “Hazme entender tus preceptos.” O el versículo 34, “Dame entendimiento, para que pueda observar, guardar tu ley.” Y hay varios, versículo 35, 36, 37, ¿y quién es el agente a quien estas invocando? Al Espíritu Santo quien ilumina. Más podría decir, pero lo voy a dejar ahí.
Esta ha sido una persistencia de por vida constante para mí. Esa es otra P que puedes colocar en la lista. Persistencia. Nada jamás ha podido cambiarlo. Y lo que quiero decir con eso, como ustedes saben, todo, parece a lo largo de mi ministerio, he vivido por suficiente tiempo ahora, como para saber que todo viene en contra del lugar de la Palabra de Dios en la iglesia, todo. Todo lo que es malo para la iglesia en últimas, tiene que ir en contra de la Palabra, ¿verdad? tiene que ser reemplazada por la carismanía, o la psicología, o la sociedad contemporánea, o lo que sea, pero todo quiere atacar la Escritura, pero simplemente tienes que ser absolutamente imparable, en contra de tu propia debilidad.
No sé si ustedes llegaron a leer esto, Calvino sufrió tremendamente de problemas físicos, migrañas, escupiendo sangre, y otros problemas que tuvo, también tuvo piedras en los riñones, que le dieron, dijo él, este es un párrafo interesante antiguo de Calvino, “Me dieron dolor exquisito. No sin las luchas más dolorosas, fui librado, y mi grado de sufrimiento en cierta manera fue mitigado, pero tan grande fue el tamaño de las piedras del riñón que me laceraron, y la hemorragia solo podía ser quitada por una inyección de leche.” Él realmente sufrió, sin embargo, él era tan imparable y tan persistente.
Hay otra P y voy a dejarlos trabajar en esta. Persecución. Ciertamente no puedo estar con algunos de esos hombres en el pasado, pero les voy a decir esto, si predicas la Palabra fielmente vas a recibir una reacción negativa, vas a encontrar algo de hostilidad. Pero el apóstol Pablo le dijo a Timoteo, “Tú pues, padece persecuciones conmigo, como buen soldado de Jesucristo,” ¿verdad?
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